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¤ø Bright eyes ¤ø


De un brinco se colocó de pie rápidamente sacudiendo todo rastro de migajas que habían caído de manera descuidada sobre su delantal negro y, aguantando la mueca de dolor que amenazaba con asomarse, se inclinó frente al muchacho a modo de saludo y también de disculpas.

Se maldijo mentalmente.

Estaba completamente avergonzado por ser encontrado en esa situación tan humillante. Cerró los ojos con fuerza mientras sentía como sus mejillas ardían y esperaba que aquella luz que titilaba con fallas sobre él, lograra apaciguar un poco el tinte rojizo.

Estúpido.

— Pe-perdón...

Min Yoongi, aún con la mirada pegada en la baldosa celeste, solo alcanzó a visualizar un par de botas negras y unas piernas enfundadas en un pantalón muy ceñido del mismo tono.

Intentó incorporarse con lentitud evitando a toda costa que el recién llegado se percatara del sutil temblor de sus manos. Dio un par de pequeñas inhalaciones y elevó la vista para sonreír, solo por cortesía, a su nuevo cliente; aunque toda su calma se desvaneció nuevamente cuando advirtió del par de ojos curiosos que lo miraban con expresión divertida. Bajó la mirada, con el cuerpo tenso.

Una capucha acompañada por un cubrebocas finalizaban el atuendo completamente negro del recién llegado.

Y si no fuera por la tranquilidad y el aroma dulce que desprendía el cuerpo del otro, Min Yoongi hubiera pensado que estaban a punto de asaltarlo, porque vamos, eran las dos de la madrugada y estaba completamente solo en la tienda.

— No te disculpes, de todas formas esos pequeños e indefensos dinosaurios hubieran sido cruelmente devorados por otros humanos. —Mencionó mientras sus ojos desaparecían por la sonrisa que ocultaba detrás del cubrebocas.

Min Yoongi intentó controlar el rubor que se esparcía por sus mejillas llevando sus manos para acariciar una y otra vez sus despeinadas hebras rubias y así desviar la atención. Sin embargo, el chico de ropas negras parecía fascinado - ¿o preocupado? - con su nerviosismo, por lo que optó por sujetar sus manos detrás de la espalda para parecer más normal.

Estúpido, se supone que trabajas atendiendo gente. Contrólate.

Tragó saliva antes de responder. — ¿E-en qué puedo a-ayudarle?

— Luego de observar cómo exterminabas toda una especie de dinosaurios, creo que lo correcto sería que costearas mi tratamiento psicológico. — La risa del más bajito, solo por un par de centímetros, resonó con eco en toda la tienda.

Min Yoongi parpadeó perplejo.

¿Debería reír? ¿Por qué hizo una broma si no me conoce? ¿Acaso no nota el fracaso que soy? ¿No ve los parches en mi cara? ¿Se está burlando de mí? ¿Será amigo de los que me molestan en la escuela?

El rubio se limitó a observar sus zapatillas negras mientras un silencio incomodo se acentuaba entre ellos.

Luego de unos - tortuosos - minutos, el recién llegado aclaró su garganta antes de hablar nuevamente. — Solo llevaré estas cosas.

Asintió levemente y, aún sin realizar contacto visual con el cliente, el rubio llevó su dedo pulgar hasta la altura de sus dientes para mordisquear la piel mientras caminaba con paso inseguro a la caja para realizar el cobro de los productos.

— Disculpa si dije algo que te pusiera incómodo.

— N-no es nada. — Negó con la cabeza mientras deslizaba los alimentos por la cinta de cobros.

Stay with me || YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora