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Lost

Le dió una última calada a su cigarrillo y lo apagó contra la suela de zapato a la vez que exhalaba el humo ante la soledad de las nocturnas luces de Daegu. Se sentía completamente perdido en aquel momento, como un astronauta en medio del extenso y desolado espacio pero carente de algo que lo conectara a la nave que lo llevaría de vuelta a la tierra, a casa. Porque volver a ese lugar solo significaba una cosa para él; sufrimiento.

Llevaba mucho tiempo considerando que lo que estaba experimentando había dejado de ser catalogado como vida y sabía que no podía continuar así; sin hogar o comida en buen estado, necesitando de lo básico para mantenerse con vida, sobreviviendo únicamente de las sobras que las demás personas dejaban olvidadas y de un par de cigarrillos que encontraba por ahí. No era realmente fanático de la nicotina, pero solo de esa forma podía engañar a su hambriento y cansado cuerpo. 

Estampó su rostro contra el duro concreto que formaba el muro del puente que solía frecuentar las últimas semanas cuando se sentía extraviado y agotado de sí mismo. El picor al que estaba tan acostumbrado no tardó en llegar y junto a la cálida brisa que besó su desnuda piel, se echó a llorar.

¿Era esto acaso una especie de castigo por algún error cometido en el pasado?

No entendía la razón de por qué la vida no podía tener aunque fuera un poquito de compasión con él. Había sido buen estudiante en la escuela, nunca hizo travesuras y era muy obediente y callado. El hijo perfecto. Pero al parecer no era suficiente... jamás era suficiente.

Se estaba convirtiendo en algo que no le gustaba, porque se había comenzado a perder poco a poco aquella luz que poseía dentro de sí y que era tan característica de su personalidad. El recuerdo de la única persona que le había hecho mantener esa chispa hasta el día de hoy, poco a poco se estaba desvaneciendo hasta convertirse en solo una mancha en sus recuerdos a los que no podía acceder aunque lo intentara. Se estaba abandonando a sí mismo y se cuestionó, con las mejillas empapadas, si afectaría en la vida de alguien su ausencia. Porque vamos, ¿qué tan relevante era su existencia en este asqueroso mundo? Solo era un pequeño punto en el universo con poco valor.

Ni siquiera estaba viviendo como él mismo. No era Park Jimin sino que Park Junmin...

¡¿Quién carajos era ese sujeto?!

Sinceramente esperaba que fuera un buen ciudadano, porque había robado su nombre y se estaba presentando ante la sociedad de esa manera. Además si Yoongi llegaba a leer en el periódico o escuchar en las calles que el tal Park Junmin realizaba desmanes a pequeñas tiendas, lo asustaría.

Yoongi...

Suspiró mientras la imagen de aquel tímido chico se colaba por sus nublados y grises pensamientos. Quería mantenerlo alejado de estos, pues no deseaba contaminar la dulce imagen del rubio con sus traumas personales... Y ojalá fuera más fácil hacerlo que decirlo.

Había decidido por su propia cuenta evitar pasear por los terrenos de Yoongi porque una voz en su interior le decía - o gritaba, mejor dicho -  que en su último encuentro había metido la pata.

O quizás ambas.

Tenía muy claro que se había sobrepasado al tocar de manera tan íntima al otro cuando apenas se conocían y el hecho de que huyera y luego se encontrara con el otro chico...Resultó ser una catástrofe monumental que su mente se esforzaba de sobremanera en repetirlo como una especie de película.

Frotó con un poco de fuerza su rostro contra el concreto al recordar la última mirada que le otorgó. La forma en que aquellos rasgados ojos grisáceos, que lo observaron por un momento sin perder el contacto visual, le habían comunicado un sinfín de emociones que lo abrumaron al punto de querer llorar ahí mismo, pero no lo hizo. Fue tanto así, que no pudo conectar nada en palabras o pensamientos claros, todo fue tan confuso pero a la vez demasiado sugerente. No sabía que un simple vistazo pudiera expresar tantas cosas.

Stay with me || YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora