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Cat



— ¡Soy un bobo! No me había dado cuenta de que eres una gatita calicó, eres muy bonita eh — Jimin seguía abrazado al cuerpo del pequeño animal mientras emprendía un lento caminar hacia el parque donde dormía por las noches.

— Pero siendo así de bonita, cualquiera podría hacerle daño a tu cuerpito, bebé. No deberías estar solita de noche — La gatita seguía ronroneando pegada a su pecho. A modo de respuesta, soltó un delicado Meow.

El camino hasta el parque fue tranquilo y sereno. Al ser tan tarde por la madrugada, las calles se encontraban completamente vacías y solo se oía el lejano murmurar de los insectos nocturnos. Jimin escogió una banca que se encontraba cerca de una farola, pues a pesar de ser muy independiente, no disfrutaba del todo la oscuridad. Más bien, le aterraba. Le recordaba a aquellas noches frías en su habitación en Busan y...

Prefería no traerlo al ahora.

Permitió que el cuadrúpedo descendiera de sus brazos con un elegante salto, y tomó lugar en una esquina del asiento de madera, como permitiéndole recostarse. Como si supiera algo.

Un bostezo abandonó sus labios y acariciando la cabeza de la pequeña tricolor, la cual se ubicaba en su pecho, cerró los ojos y se durmió.

Un bostezo abandonó sus labios y acariciando la cabeza de la pequeña tricolor, la cual se ubicaba en su pecho, cerró los ojos y se durmió

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Los rayos del sol se colaban con suavidad a través de las copas de los árboles del parque. El canto de las aves era tan sutil, que parecía una canción de cuna y el césped contaba con el rocío típico de la mañana. Un animalito tricolor dormido sobre un muchacho con ropas rasgadas era lo único que desentonaba en aquel armónico paisaje, pero aún así, se podía contemplar como una obra de bellas artes.

— Eh, niño — movió con brusquedad innecesaria el cuerpo dormido de Park Jimin.

El joven apretó los ojos y parpadeó reiteradas veces antes de enfocar su vista ante los dos policías que se encontraban frente a él. Uno de ellos golpeándole las costillas con su bastón. Se recompuso de inmediato.

— Pe-perdón...

— Por ley, está estrictamente prohibido dormir en la vía pública — mencionó un grandote con mala cara, el que le había picado con la porra —, y no es la primera vez que te encuentro acá.

— Lo siento, señor... — Jimin bajó la cabeza y trató de aguantar las lágrimas que amenazaban con salir. El gatito estaba sentado a su lado observando la situación.

— Ponte de pie, te vamos a tomar detenido. Podrás seguir durmiendo en una celda si quieres — añadió con humor ácido.

— Minjoon, es un niño, no puedes llevarlo a la comisaría...

— Yejun, está rompiendo la ley y las ratas inmundas como ésta — golpeó el muslo del menor con la fuerza suficiente como para dejar una marca del palo que seguía sosteniendo entre sus dedos —, solo ensucian las calles y la comunidad. Te aseguro que no aporta en nada, solo gasta oxígeno.

Stay with me || YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora