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¤ø Idea ¤ø

— Aquí estabas, pequeño ratoncito escurridizo.

El aludido elevó su grisácea mirada hasta el hombre de cabellos negros que le hablaba y luego la descendió hasta su cuaderno lleno de pequeñas notitas. Lo tapó de inmediato con los brazos para evitar ojeadas curiosas.

El ocaso ya había teñido con sus colores clásicos el cielo otorgando un bello atardecer que se reflejaba, a través de la ventana, en la piel blanca de Min Yoongi que actuaba como un bello lienzo.

Sintió cómo el hombre, que jadeaba quedito como si hubiera estado corriendo, tomaba lugar a su lado en la vacía biblioteca.

— Te estuve buscando, no te presentaste a la clase de hoy.

El rubio suspiró al mismo tiempo que jugueteaba con las hojas de su libreta, aún sin realizar contacto visual. Se había estado escondiendo durante todo el día en la biblioteca, ayudando a la señora Hiki en ordenar las mesas, guardando libros y evitando a toda costa ser visto por algún otro docente, personal del equipo directivo o alumno. Jamás pensó que el señor Seung se presentaría frente a él, revelando que lo había intentado localizar.

¿Por qué? ¿Para qué?

— Yoongi...

Por el rabillo del ojo, lo notó examinando su rostro con detenimiento y supo que le preguntaría el por qué de su desaparición. Y por un segundo, pensó en confesarle la razón de su falta a la jornada académica.

Analizó qué sucedería si le comentaba que, el hecho de su ocultamiento era la vergüenza que sintió luego de ser humillado por su tío en el frontis de la escuela. El hombre se había ofrecido de llevar a Taeyang hasta el instituto y su primo simplemente lo jaló del brazo; montándolo sobre el vehículo. El viaje transcurrió con normalidad hasta que llegaron a su destino y por alguna razón que aún no comprendía del todo bien, su cuidador lo había golpeado tan fuerte en el rostro que, momento después, su sien se había tornado amoratada. Un par de gritos, empujones y golpes fue todo lo que recibió de su parte; frente a los demás estudiantes.

Rozó la zona con sus dedos ante el amargo recuerdo de lo sucedido acompañado de una mueca de dolor.

No puedes decir nada, idiota. Seguramente llamará a servicios sociales o algo así y ... ¿Quién se quedará sin hogar como un vagabundo? Sí, tú.

Ahora cállate.

— ¿Estás bien?

— ¿Señor Seung? — murmuró bajito.

— ¿Sí?

— C-creo que... — aclaró su garganta antes de continuar — creo que ya sé qué hacer para el proyecto.

Despistar a su maestro, eso era justamente lo que intentaba. Y lo logró. El hombre a su lado no cuestionó nada e ignorando la lesión que estaba frente a sus ojos, continuó con la conversación.

— ¿De verdad? — Min Yoongi asintió con la cabeza. No sabía por qué estaban susurrando pero no le molestaba. Tampoco le molestaba la cercanía de su maestro. — Te escucho.

Tardó un par de segundos en armarse de valor y deslizar sus brazos lejos de la libreta que seguía ocultando bajo estos. Una clara invitación a leer lo que había estado pensando durante todo este tiempo libre.

— ¿Hacer amigos? — asintió nuevamente.

El señor Seung llevó una de sus manos hasta el mentón, acariciándolo con un suave vaivén mientras su mirada se perdía en la lejanía de la ventana, a la vez que seguía murmurando "hacer amigos".

Unos minutos después, contestó — ¿Una aplicación para conocer gente?

Está vez, Min Yoongi negó con una pequeña y difusa sonrisa. — No...

El docente releyó entre las pequeñas notas desordenadas algunos;


"¿Cómo hacer amigos? No sé, nunca hice muchos. Cuando creces la gente deja de ser amable..."

"¿Es realmente necesario tenerlos?... SÍ"

"Aplicación para conocer gente X - demasiado típico"

"Alguien que no te abandone jamás..."


— ¿Alguien que no te abandone jamás...?

— L-las personas... suelen dejarte, sin razones. Sin dar muchas explicaciones.

— Entonces no te refieres a conocer a gente real

Negó suavemente. — No...

— Explícame tu idea Yoongi, sé que puedes.

Bien ¿Qué tan difícil podía ser decir algo?

Cerró los ojos, inhaló con ímpetu un par de veces y con el aire contenido, finalmente lo soltó. — Me gustaría crear algo... para la gente que está completamente sola. Un amigo que no se vaya.

Sentía arder hasta las orejas y parte de su cuello comenzaba a picar. Quizás lo había dicho muy rápido, quizás no se explicó tan bien como creía.

Sonaste estúpido.

Pero una risita resonó ligera, lo que le causó más confusión acompañado de un poco de temor. Abrió despacio los ojos para echar un vistazo a la expresión del docente.

Ya fracasaste y apenas compartiste tu idea. Genio.

— Me parece una idea muy ingeniosa, Yoongi — mencionó emocionado el adulto —. ¿Cómo lo harías? ¿Cómo lo desarrollarías?

Ah qué excelente pregunta, porque la respuesta sonará aún más estúpida.

— Pensé en un holograma — ¿en serio pensaste? —. Una IA.

— ¿Inteligencia artificial que haga compañía a cualquier persona que se sienta sola? — asintió. — ¿Sabes cómo suena eso?

No quiso responder. Seguramente el señor Seung pensaba que aquello era completamente inútil y poco probable de llevar a cabo, era obvio. Una persona tan seria como su maestro jamás apoyaría una idea tan ilusa como...

— ¡YOONGI ES MARAVILLOSO!

... esa.

 esa

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Stay with me || YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora