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-Esto no va a funcionar-. Dijo Mello, subido a un banco.

-Tú solo hazlo-. Dijo Near apuntando todo en una hoja.

-Ahhh-. Mello suspiró, y saltó del banco, pero cayó al suelo. -Es imposible, ¿No podemos probar otra cosa?-. Preguntó el rubio.

-¿Como que?-. Preguntó Near curioso.

-No lo sé..., Ni siquiera sé que poderes tenía mi padre-. Dijo Mello.

-¿Porqué no se lo preguntas a tu tío?-. Propuso Near.

-No me llevo mucho con él, y encima, creo que no confía mucho en mi para suceder a mi padre-. Dijo el rubio.

-Igual pregúntale-. Mello lo pensó.

...

-No te dejará subir, mejor espera aquí abajo-. Near torció el labio, pero lo aceptó, y Mello subió arriba y entró a su casa. -Tío-. Dijo Mello, pero vio como su tío estaba hablando por teléfono.

-No, no puedes hacer esto-. Mello escuchaba la voz de su tío, se notaba preocupada. 

-Cállate viejo idiota, ¡Dime ahora mismo donde está el fragmento!-. Gritó el chico.

-¡Te juro que no lo tengo!-. Gritó el tío.

-¡DONDE ESTÁ!-. Mello entró a su casa rápidamente.

-¿¡Que está pasando aquí!?-. Gritó, y vio a su tío, tirado en el suelo, le habían tirado la silla de ruedas, y había un hombre exactamente igual que él, pero con el pelo corto. -¿¡Q-Quién eres tú!?-. Preguntó.

-Mihael-. Sonrió, y Mello se quedó impresionado.

Aquel hombre, vio el colgante de Mello, era una circunferencia donde dentro guardaba una piedrecita verde.

-¡Ahí está el fragmento que necesito de la gema del poder supremo!-. Gritó acercándose a Mello. -¡Dámela insensato!-. Intentó arrancarle el collar a Mello.

-¡Aléjate de mí!-. Mello impulsó a ese hombre hasta la pared de casa, impulsándose. -¡FUERA DE AQUÍ!-. Gritó y lo chocó contra la pared, haciendo que saliera volando, y totalmente impulsado.

Mello, después de sorprenderse ya que había sacado esa fuerza de ni siquiera él sabe donde, se fijó en su pobre tío, y le levantó.

-Tío, ¿Quién es ese?, ¿Y porqué dice que yo tengo "uno de los fragmentos" de la gema del poder supremo?, ¿No se rompió en la batalla contra el Dios?-. Preguntó Mello curioso.

-Lo cierto Mihael..., Es que no es así-. Dijo su tío. -Yo..., En la batalla final contra el Dios del infierno..., Lo derrotamos, y 3 fragmentos de la gema se esparcieron por el mundo, uno de ellos lo encontraron y hoy día está expuesto en el museo del prado de España, otro está escondido bajo tierra, en un lugar que yo sé, y el otro...-. Su tío miró el colgante de Mello.

-Mihael, tienes que proteger el fragmento, si llega a conseguirlo..., Tú..., El mundo...-. Mello soltó a su tío.

-¿Cuando pensabas decírmelo?, ¿Esa es la amenaza que siempre decías que vendría?, ¿Que un tío va a aparecer a robarme la gema que custodio yo vete a saber porqué?-. Preguntó rabioso.

-Mello, yo...-.

-¿¡PORQUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES!?-. Gritó Mello furioso. -¿Como es que guardo esta gema?, ¿Me la dio mi padre?, ¿¡Sabía mi padre que iban a venir por mí y le dio igual!?...-. Mello estaba enfadado tanto con su tío, como con su padre.

-Mi padre, y tú..., Sois repulsivos...-. Su tío se sentía culpable.

-Tú padre...., No...-. Mello le interrumpió.

El Último [Meronia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora