Se dice que le gustas ➳ Markhyuck

Seis.

Donghyuck recordaba que el año anterior Kang Daniel y Lee Seokmin se habían peleado en el patio de la escuela, había sido una de las peleas más épicas del año y todo el cuerpo estudiantil había quedado hablando de ellos por semanas. Lo que Donghyuck no podía recordar con claridad era la razón por la que habían peleado y, mucho más importante, quien había ganado la pelea. Todo porque había estado muy ocupado burlándose junto a Renjun y Yangyang de Jihyo (la entonces novia de Daniel, y líder del club del teatro) por haberse metido en medio de la pelea.  

Se habían reído hasta que les dolió el estomago a costas de la muchacha, murmurando sobre si acaso estaba loca para meterse en medio de dos hombres peleando, o si  al pasar tanto tiempo en obras teatrales se le había quedado lo dramática. Incluso habían imitado sus palabras mientras caminaban a la parada de buses, dramatizando una pelea entre él y Yangyang donde luego Renjun se metía en medio diciendo: "Yangles, mírame, tu no eres así... ¡Por favor, calmate!". 

Suponía ahora que el karma existía de verdad, verdad y que era cierto eso de que no había que jurar en contra de algo porque después uno terminaba cayendo en eso mismo. Si Yangyang y Renjun estuvieran ahí, seguro que se burlaban de él por hacer eso mismo que había hecho Jihyo el año anterior. 

Incluso si intentaba excusarse con que una pelea con tu padrastro era mucho más seria que una pelea de escuela sabía que no tenía caso, ya había hecho el ridículo. ¿Cómo se le había ocurrido meterse en medio? ¿Quien se creía que era? ¿Por qué no se había escabullido a su casa y luego ver el chisme por la ventana como la gente normal? Y lo peor del asunto era que ahora estaba atrapado con Mark, la persona que justamente había tratado de evitar todo el santo día, en medio del parque infantil de su vecindario. 

Sentado en un columpio, Donghyuck no dejaba de mirar al suelo. Le daba pánico, nerviosismo, náuseas... En fin, de todo. Le daba de todo nada más la idea de levantar la mirada y encontrarse a Mark. No quería enfrentarlo, incluso si se moría de ganas por saber por qué había estado a punto de pegarle a su padrastro. En su cabeza no hacía más que regañarse a sí mismo por haberse metido en esa situación y, además, recordar el vídeo de Mark borracho declarando su amor por él. 

—Gracias...

—¿Eh?

Donghyuck levantó la vista de golpe y se quedó mirando al otro con el ceño fruncido sin haber entendido lo que había dicho. Los latidos de su corazón y sus pensamientos no le habían dejado oír, y por un momento se sintió perdido, hasta que después de un rato su cerebro se puso al corriente con el resto de su cuerpo y le reprodujo el agradecimiento ajeno.

—¿Gracias por qué? —inquirió, y cuando Mark volteó al verlo, rápidamente miró hacia otro lado, pestañeando varias veces por el nerviosismo. 

—Habría sido muy malo si mi puño hubiese aterrizado siquiera cerca de la cara de Chanyeol... Ya es malo ahora porque sé que él sabía lo que iba a hacer, pero pudo haber sido peor si tu no... —Lo escuchó suspirar y agradeció mentalmente que no continuara con esa frase, porque en serio, lo habría torturado. 

—Oh, no hay por qué creo... Aunque realmente no hice nada, tu te detuviste solo.

—Mhmm... 

Miró de reojo al pelinegro, sintiendo que el estomago le daba vueltas al hacerlo y luego miró a sus pies y el pasto bajo ellos. Estaba empezando a oscurecer, y el ambiente se pintaba con los tonos del atardecer iluminándolos a ambos con los últimos rayos del sol. A Donghyuck de repente le sudaron las manos y tuvo que soltar las cadenas de los columpios para limpiar sus palmas contra el pantalón del uniforme. 

—¿Puedo saber... ? —empezó y luego se interrumpió a sí mismo. Era mejor no saber nada, seguro que luego Mark creía que era un chismoso—. Eh, no. Mejor no.