Siete.

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Donghyuck tendría que estar haciendo sus deberes, específicamente debería estar escribiendo el ensayo de estadística que había dejado a la mitad días atrás y que se suponía debía entregar en menos de una hora. Se había olvidado hacerlo con todo el drama de Mark, y no lo había entregado durante las clases de ese día, así que luego de mucho llorarle al profesor Kim, este le había dado una oportunidad para que se lo enviara por correo. 

Pero él no había logrado avanzar nada, y también podía culpar a Mark por esto. 

No podía dejar de pensar en él y en la conversación que habían tenido el día anterior en el parque, «Tú me gustas, pero sé que no sientes lo mismo» habían sido sus palabras exactas y estas no dejaban de dar vueltas en su cabeza como disco rallado. No lo soportaba. 

—Dios mío, por favor... Necesito estudiar —se quejó, escondiendo la cara entre las manos, apenas asomándose para mirar el documento de word en su laptop. 

Nada, no había nada en su cabeza más que las palabras de Mark. La cara de Mark. Mark. Mark. Mark. Y no se entendía a sí mismo, porque no era solo pensar en lo que le había dicho y sentirse abrumado por la revelación, o incómodo o algo similar. La verdad era que estaba molesto. Molesto porque, ¿cómo podía Mark declararse de forma tan tranquila? ¿Acaso lo tomaba a la ligera? ¿Por qué no había actuado o intentado algo incluso a sabiendas que podría resultar en nada? ¿Era tan cobarde así?

A Donghyuck no le gustaba Mark, pero le molestaba que este se hubiese dado por vencido tan fácilmente. Y aún peor, le molestaba estar molesto por culpa de Mark. Por eso no se entendía. 

—Podría haberle dicho: "¿Cómo estás tan seguro de que no te habría correspondido?" —murmuró para sí mismo, cuando se repitió la conversación en su cabeza, como si tuviera a Mark en frente y como si no hubiese pasado ya un día desde ese momento. 

Si le hubiese dicho algo como eso, ¿cómo habría reaccionado Mark? Se preguntó, y contuvo un chillido cuando un pensamiento fugaz de Mark intentando tener algo con él. ¿Por qué pensaba en esas cosas? Si hubiese dicho algo como eso, sólo habría servido para darle esperanzas a Mark, y Donghyuck no era ese tipo de persona.

A él no le gustaba Mark. No, no, no. 

—Me voy a volver loco —sentenció finalmente y se propuso a terminar lo que le quedaba de tarea a regañadientes. 

Solo cuando hubo enviado el documento al correo de su profesor se permitió volver a mortificarse por el tema. No había quedado contento con el resultado de su ensayo, pero al menos era mejor que enviar nada y reprobar, y de todas formas, los números no eran su fuerte, así que ya había hecho mucho de todas formas. Pequeñas victorias, se decía a sí mismo, pequeñas victorias.

—¡Hey! 

Aquel grito lo asustó, y casi se caía de la silla de no ser porque terminó agarrándose del borde del escritorio para salvarse. Al mirar a la puerta de su habitación encontró a Dongsoon, apenas asomada en el interior, con una sonrisa en la cara (claramente se burlaba de él por su reacción) y el celular en la mano. 

—¿Qué quieres?

Su gemela le mostró una sonrisa malvada—. ¿Es qué estás pensando? Estás todo rojo. 

—Si no es importante, no me molestes.

—Mhm, venía para saber si querías cenar pizza —soltó ella entonces, sin rodeos. 

—Uhm, si, está bien. 

—Entonces préstame 500 won para pagarle al repartidor que está en la puerta. 

Donghyuck miró a su hermana con reproche, y se reprochó más a sí mismo por haber caído en su trampa. En serio, ni siquiera le sorprendía porque ese tipo de actos eran muy típicos en Dongsoon. Rodando los ojos y con un suspiro cansado se estiró para alcanzar su sudadera, que estaba tirada en la cama, y sacar del bolsillo su billetera. 

—¿Tiene champiñones? —preguntó con los ojos entrecerrados, ya con el billete en la mano.

Dongsoon asintió—. Y aceitunas. 

Convencido, le entregó el dinero a su gemela y la observó irse tan rápido como había llegado. Nada más el día anterior había querido llenar a Dongsoon de preguntas y atormentarla para que las respondiera todas, pero ahora no se sentía de ganas, y menos cuando su cerebro empezaba a traicionarlo. Después de todo Yangyang tenía razón, si Dongsoon no le había dicho nada a lo mejor era por pura lealtad a Mark.

A lo mejor podía hablarlo con Taeyong. Como él era mayor quizá pudiera darle un punto de vista más maduro sobre el tema. 


[ ... ]


La cruda realidad era que no. Ser el mayor no significaba que Taeyong fuese más maduro. O eso creía Donghyuck después de haberle contado su predicamento a su hermano, con todo y sus pensamientos confusos, y que luego este no hiciera más que burlarse de él. 

—Creo que hubiese sido mejor si no te hubiese dicho nada —refunfuñó, con los brazos cruzados y mala cara. 

—Okay, me disculpo por burlarme, patito, pero es que... No sé que esperas que te diga, la única persona que puede decirte por qué te molesta el asunto con Mark eres tú mismo. De la forma en la que yo lo veo, parece que él te gusta. 

—¡No me gusta!

—Entonces no tiene por qué molestarte, sigues con tu vida y ya está —Taeyong se encogió de hombros, como si con eso resolviera todo. Donghyuck gruñó en voz alta. Ya era la tercera vez que le decían lo mismo, pero era más fácil decirlo que hacerlo.

—Pero-... Hyung, intenta ponerte en mi lugar. 

—Yo tengo novio, y Mark es como que muy menor para mi. Raya en la ilegalidad, ¿sabes?

—¡Ew! No, solo... Imagina que no eres novio de Johnny hyung. 

Taeyong asintió—. Okay, y no me gusta nadie. 

Esa era una pequeña mentira, una mentirilla piadosa, porque a Donghyuck si le gustaba alguien, pero en este caso no contaba.

—Exacto. Entonces, Johnny y tu son amigos de toda la vida, no como los mejores amigos del tipo de uña y sucio, pero amigos casi cercanos y las cosas entre los dos están bien... Normales y luego —Donghyuck exhaló y se quedó un segundo pensando en sus palabras—. Y luego te enteras que le gustas a Johnny por un buen tiempo ya, pero él ni te dijo nada, ni hizo intentos de nada y, ¡Nada!

—Bueno, yo le preguntaría a Johnny por qué no dijo nada, solo para tener algo de paz mental y luego, como no me gusta —su hermano puso énfasis en esa ultima frase y le picoteó el abdomen con intención de hacerle cosquillas—. Seguiría adelante con mi vida. 

—No creo que sea tan fácil para mí. 

—¿Por qué? ¿Crees que puedas cambiar de opinión respecto a Mark si te dice por qué no te dijo nada?

Y como si no tuviese suficientes preguntas en su cabeza, ahí iba otra más a la pila.  Quizá las personas a su alrededor tenían razón, debía seguir con su vida y ya, porque a ese paso, su cabeza le iba a explotar.


N/A:

Creo que este es un capítulo más corto a comparación de los anteriores pero Meh, adoro escribir a Hyuck abrumado. 

Creo que la forma más sencilla de que alguien te guste es simplemente decir: No me gusta. He estado y me ha pasado, y he tenido que tragarme mis palabras luego. 

Gracias por todo como siempre. Les mando un beso.

Hasta lueguín. 


Se dice que le gustas ➳  MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora