Rompí las reglas por ti (Imagina con Jungkook Y ¿...?) ✔

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(Narra T/N)

Lunes nuevamente, la gente corre de un lado a otro apresurada para ir a sus respectivos trabajos, yo también debería de empezar a correr, faltan 10 minutos para las 07:30 am. Apresuré mi paso y llegué a tiempo, dejé mis cosas y salí a la recepción para esperar a los clientes. La puerta se abrió dejando entrar al jefe, todas hicimos una reverencia ante su entrada.

- Jefe: Señoritas, buenos días. Como saben es el primer día de la semana y también del mes, por lo que quiero que este mes tengamos muchas más ventas que el anterior. ¡A dar lo mejor! *Se fue*

Vaya, eso sí que me animó, nótese mi sarcasmo. El señor Chung no es ni muy viejo ni muy joven, es buena persona cuando quiere, pero no sabe dar discursos de motivación. Trabajo en una tienda de venta de celulares, yo junto a otras tres chicas mas. Aquí los días pasan un poco rápido ya que no tenemos muchos clientes.

Pasó el día, llegó la hora de la salida y todas salieron sin decir ni adiós, es obvio, las tres son inseparables y yo no formo parte de su grupito. La verdad tampoco me interesa hacerlo ya que les faltan algunas neuronas. Estaba a punto de cerrar cuando el señor Chung se apareció nuevamente.

- T/N: Buenas noches, señor. *Reverencia*
- Jefe: Hola T/N, ¿y las demás? *Miró a los lados*
- T/N: Ya se fueron.
- Jefe: ¿Otra vez te dejaron sola cerrando?
- T/N: Sí, pero no hay problema ya terminé aquí. *Sonreí un poco*
- Jefe: Deberías ir a descansar, fue un día duro, por cierto, ¿cuántos celulares vendieron hoy?
- T/N: Solo un cargador de Tablet.
- Jefe: ¿Solo un cargador? *Abrió de más sus ojos*
- T/N: Sí señor, el día estaba frío y empezó a llover… *Dije con cabeza baja*
- Jefe: Si seguimos así terminaré en banca rota. *Dijo yéndose*
- T/N: Hasta mañana, señor. *Reverencia*

Terminé de cerrar todo y me fui a mi departamento, ya era de noche. Llegué y me tiré en mi cama, vivo completamente sola en un pequeño departamento. Estaba cansada y eso que todavía es lunes. Mi vida me cansa, es muy monótona, despierto, voy al trabajo, salgo del trabajo, regreso a casa y duermo. No tengo amigas, por lo general las chicas dicen que soy rara así que siempre estoy excluida de ellas.

La semana pasó, era viernes. Las chicas de mi trabajo se alistaban para salir, corrían de un lado a otro en busca de su maquillaje o de la plancha para el cabello. Yo estaba a un lado de ellas. Vaya, realmente son hermosas, esa es otra razón por la que no se llevan conmigo, yo soy todo lo contrario a ellas. Llegaron las 20:00 pm, un chico entró a la tienda.

- T/N: Bienvenido, ¿en qué le puedo ayudar?
- Chico: Hola… *Una de las chicas de mi trabajo gritó*
- Mirian: ¡Ya llegó! *Al rato las demás ya estaban frente a él*
- Lila: Ya era hora de que llegaras, bobito. *Rió*

¿Bobito? ¿Qué clase de sobrenombre es ese?

- Chico: Sí, había un poco de tráfico. ¿Están listas?
- Betty: ¡Obvio! Ya vamos. *Cogió su brazo*
- Chico: ¿Y ella no vendrá? *Me miró*
- Lila: ¡Dah! *Me miró con asco* ¡Obvio que no!
- Mirian: No hagas preguntas tontas y dinos donde está tu auto, espero que no muy lejos porque no quiero gastar mis tacos.

Ay Mirian, ¿entonces para qué te los pones?

- Chico: ¿Entonces por qué te los pones? *La miró burlón*
- Mirian: Aish… *Se cruzó de brazos* Espero que a la próxima venga Henry a vernos y no te mande a ti.
- Chico: Entonces llámenlo y díganle que él venga por ustedes. *Empezó a irse*
- Betty: ¡Espéranos! *Salieron corriendo detrás de él*

Otra vez debo cerrar sola, debería acostumbrarme, pero es que siempre tengo la esperanza de que ellas me ayuden algún día. En fin, limpié un poco, terminé de cerrar y salí.