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T/N

No lo pienses.

Si no lo piensas será mejor.

Solo olvídate de él.

Sigue adelante como lo has hecho todos estos años.

Me repito lo mismo una y otra vez desde que hace tres días descubrí lo de Apolo. Ese es mi manera de darme "ánimo" y no ponerme depresiva.

Eso no lo va a ver mi hijo. Ante todo tengo que ser una madre luchona.

¿Verdad?

-Ahí viene mi Uber, nos vemos mañana T/N - se despide Wendy.

-Hasta mañana - me despido con una sonrisa mientras veo como se sube al auto y desaparece.

Obviamente yo me regreso en bus, así que voy de camino a la parada de buses que queda a unos cinco minutos de donde estoy parada justo ahora.

Cuando ya estoy aquí, veo un auto negro con los vidrios polarizados, me pita, pero no quiero ni pedí un Uber así que lo más probable es que se haya equivocado.

De repente el auto baja sus vidrios dejándome ver al piloto.

-Ni siquiera lo pienses Apolo - le advierto.

-T/N solo quiero hablar.

Pero antes que siga hablando me voy de ahí en busca de un taxi.

Escucho la puerta del auto abrirse para volver a cerrarse, pero sin embargo no me doy la vuelta, solo camino lo más rápido que pueda.

-T/N por favor - escucho a mis espaldas.

No me inmuto en decirle nada.
No lo regreso a ver.

Apolo intenta agarrarme del hombro pero yo lo manoteo para que no me toque.

-¡Quítame las manos de encima!

-T/N por favor solo hablemos.

-¿De qué? Escúchame bien Apolo porque solo te lo voy a decir una vez: No me busques, no me llames y no vengas a buscarme. ¡Déjame en paz! ¡No quiero seguir aguantándote!

-No era mi intención engañarte.

-Es que a mí no me engañaste, porque todo este tiempo... ¡yo he sido la otra!

Lágrimas amenazan con salir, pero las retengo.

-¡Pero esto acabó! Ve a casa con TU prometida y a mi déjame en paz.

Me doy la vuelta para seguir caminando.
Siento un nudo. Un nudo en la garganta.

Regreso mis pasos y me acerco a Apolo.
Cuando estoy frente a él mi mano va hacia su cara, para darle una muy fuerte cachetada que incluso a mi hizo que me quede doliendo la mano un poco pero no demostré dolor.

-¡Me entregué a ti! ¡Dejé que volvieras a estar en mi vida! - las lágrimas que antes contenía ya estaban resbalando por mis mejillas - En todos estos años, he estado sola, a nadie he querido dejar entrar en mi vida, viniste tú y dejé que... - ya ni sé que decir - No quiero volver a verte.

Me vuelvo a dar la vuelta ahora sí para marcharme.

-T/N, te amo - me hizo parar en seco al escuchar esas palabras.

Me doy la vuelta pero no me acerco - Si me amaras, me habrías dejado en paz desde el principio.

Vuelvo a caminar, paro a un taxi para subirme en él e irme, pero antes que lo haga Apolo vuelve a hablar.

-T/N sé que te fallé, pero te amo, después de tantos años te he vuelto a encontrar, eso no voy a dejar pasar, no voy a perderte de nuevo.

Se me sale una risa amarga - Buena suerte.

Termino de decir y me subo al taxi.

En este momento mis lágrimas son más en cantidad, el conductor me regresa a ver por el retrovisor pero no dice nada.

Apolo

Soy un estúpido. Estas cosas me pasan por no haberme sincerado desde el principio con T/N y Camila.

Estoy cansado. Tanto físicamente como emocionalmente. Estos días casi ni duermo.

Regreso al departamento con Camila. La encuentro reposando en la cama, me acerco y me siento en una esquina de esta, la observo dormir.

Lo siento, pero esto tiene que terminar.

Camila se levanta, aún un poco somnolienta me habla - Amor, no te oí llegar.

-No pasa nada, estabas dormida.

-¿Quieres que te prepare algo?

-No gracias, no tengo hambre.

-¿Te pasa algo amor?

Trato de buscar las palabras adecuadas para decirle lo que me pasa.

-De hecho... Quiero hablar contigo.

-Yo también - habla emocionada - tengo que decirte algo muy importante - dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-Déjame decir lo mío primero - le pido.

-No, no, no - niega rotundamente - lo mío es más importante.

-Camila, enserio necesito...

-Que no - me interrumpe ella - solo es un minuto, de ahí puedes hablar tú todo lo que quieras amor.

Suspiro - Está bien.

Ella vuelve a sonreír con más fuerza.

Se acerca a mi, me agarra las dos manos con las de ella y aún con su sonrisa en la cara empieza a hablarme - Estoy embarazada.

¿Qué? Esto no... No. No puede ser.

¿O sí?

-A decir verdad no era la reacción que esperaba - habla Camila haciéndome salir de mi pequeño trance.

-Es.. es que esto fue sorprendente - me callo un momento - no sé exactamente qué decir.

-Está bien amor, es la sorpresa del momento, pero ya se te pasará.

Después de otros segundos en analizar todo, o por lo menos tratando, le pregunto - ¿Cuánto llevas... Así?

-Fui al doctor y dijo que llevo casi tres meses embarazada.

-Am... La última vez que tuvimos algo fue hace un mes y medio aproximadamente.

Ella balbucea su respuesta antes de seguir respondiendo tranquilamente - Apolo mi amor, recuerda que llevamos mucho tiempo juntos y no solo hace un mes y medio nos acostamos, fueron varias veces antes y seguramente fue antes de venir aquí a pasar las vacaciones de navidad, que ya estaba embarazada.

-Claro, perdón, seguro tienes razón.

Ella me sonríe como respuesta.

Apolo. Te has metido en un lío.

-¿Qué querías decirme amor? - me pregunta Camila.

Trago grueso antes de responder.

Voy a tener otro hijo, está bien, pero allá afuera también tengo un hijo y no puedo olvidarme de él, eso sí jamás.

Fui un cobarde con las mujeres, pero con mi hijo no quiero serlo, ni lo voy a ser.

-Tenemos que hablar de algo importante.

-Dime - dice tranquilamente.

-Camila, me haré todo el cargo de nuestro hijo, pero tienes que saber que... yo ya tengo otro hijo.

Ella parpadea varias veces, su ceño se frunció y su boca se abre, la vuelve a cerrar y la vuelve a abrir - ¿Qué? - pregunta en un hilo de voz.

Aquí viene. La verdad. O una parte de ella.

A través de tu mirada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora