Por fin - capitulo 10

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POV - Calle

Le conté a mi papá sobre todo lo que habíamos planeado y me dijo que le parecía una excelente idea, que nos merecíamos lo mejor

Aún no conocían a Poché en persona, pero yo hablaba todo el día de ella y mis padres están totalmente seguros de que era una persona increíble

Mi papá era demasiado lindo, y aunque ya teníamos planeado donde nos íbamos a hospedar, dos días antes del viaje, mi papá me llamó

-Hola chiqui, oye, solo para avisarles que les reserve la suit en el mejor hotel de Cartagena, y reservé un semana y media más de lo que me habías dicho, para que puedan disfrutarlo mucho

-Pa, que? Enserio? Muchas gracias, eres el mejor

-Tu eres la mejor, princesa, te amo, dile a Poché que le mando saludos, y que la quiero mucho también, nos vemos, chao

-Si pa, gracias, bye, te amo

Me emocioné bastante cuando él mencionó a mi novia, tener a esas dos personas tan maravillosas en mi vida me hacía la más feliz

No le dije a Poché sobre eso, iba a ser una sorpresa que claro le iba a encantar


En un poco menos de 3 horas, llegamos por fin a Cartagena, ya era casi la 1 de la mañana y claro, Poché seguía dormida.

Estacioné el auto en el parqueadero del maravilloso hotel en el que habíamos reservado y en el cuál podíamos meternos a la habitación a la hora que quisiéramos

Me bajé y abrí la puerta de atrás, en la espalda me puse las mochilas que llevábamos y luego metí mi celular y el de mi amor en mi bolsillo del pantalón

Al final, abrí la puerta y la vi, durmiendo pacíficamente

Se veía preciosa, como siempre

Ella era tan linda, que sin importar que se pusiera, o en que posición, o en donde, siempre, sin ninguna excepción, ella se veía perfecta

Volví a cerrar la puerta y fui corriendo a la recepción para tener la llave de la habitación y no despertarla

La recepcionista me pidió mi nombre, se lo di, y rápidamente me entregó la tarjeta para poder entrar nuestra habitación

La metí en mi bolsa de la chamarra y regresé al carro, ella seguía profundamente dormida

Con todo el cuidado y la delicadeza que pude, la levanté, cargándola, como un bebé

Ella abrió los ojos pero no estaba despierta del todo

-Ya estamos en Cartagena amor, por fin- dije, riendo

-Mhmm- asistió y fue lo único que dijo

Me reí

Deslicé la tarjeta por la pantalla que había en una esquina del elevador, y como nosotras nos hospedábamos en la suit, solo con la tarjeta que teníamos, el elevador abría en ese piso, el de hasta arriba

Luego, la bajé lentamente

Estaba ya parada pero colocó sus brazos sobre mis hombros, yo la abracé de la cintura y dejó caer todo su peso en mi, recargó su cabeza en mi cuello y me abrazó fuerte

Yo ya no me imaginaba con nadie más

Cuando el elevador se abrió, volví a cargarla.

Como pude, entre, dejé las cosas en un sillón y me dirigí a la cama, la acosté, estaba tan cansada que supe que ella sola, no se despertaría para cambiarse y ponerse la piyama

Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora