No podía creerlo, volvía a sentir sus alas en ella. Lo pensado de tenerlas en su espalda, el poder controlarlas para volar y ser igual de libre que antes. Llevo su mirada azul hasta donde la pequeña princesa llegaba corriendo alcanzando a presenciar esa épica escena. Ella le había devuelto sus alas, sonaba irónico que su padre las hubiera quitado y la hija se las devolviera. Se sonrieron mutuamente pero antes de poder hacer algo más un brillo rojizo llamó su atención, al espada que había atravesado a meliodas estaba llena de sangre. Frunció su ceño y apretó los puños
—¡Rápido! ¡Destruyanla!— gritó el codicioso rey al verla recuperar lo que se le fue quitado. Ya no iba a dudar ni a parar, ahora era más rápida que todos ahí. Lo primero que hizo para mantener a los soldados ocupados fue cortar la cadena de uno de los candelabros haciéndolo caer sobre los soldados que sostenían a wandle, apenas el dragón fue liberado inició de nuevo a quemar a todo aquel que fuera su enemigo. Lo más rápido que podía, Elizabeth fue hasta los caballeros que sostenían a el blondo, aleteo fuerte una vez creando una enorme ráfaga de viento, otro más logrando que soltaran la cadena que quemaba su brazo y al tercer aleteo todos los que lo rodeaban salieron disparados hasta la pared. Elizabeth solo se acero hasta él colocando su mano obre su abdomen para empezar a curar su herida
—Corre...yo no ¡agh!...— se quejó, era doloroso, más que nada por sentir como la piel y los músculos volvían a regenerarse. No era cálido como un simple rasguño en el que te aliviabas, ahí era un poco más doloroso —Tienes que irte, rápido — soltó un gruñido por el dolor —Yo no importo linda, corre y llévate a melissa — susurró
—No te dejare. Solo quédate quieto — le pidió, sin embargo había perdido demasiada sangre para ese punto. Estaba pálido y sin fuerzas, antes de la herida de su abdomen sanara por completo estarossa se encaminó hasta ellos impidiendo que ella terminara con su labor y se alzara en el aire
—Corre — escuchó su murmullo. No podía dejarlo, no podía hacerlo solo debía de buscar alguna salida. Tomando algo de aire se dirigió hasta los tronos, rompió las cadenas de el metal que cubría la ventana dejándole a todos una salida pero antes de que pudiera ir hacia el rubio para tomarlo alguien la tomó de el tobillo
—¡joder!—
—¡Dispárenle!—estarossa la tenía bien sujetada por una cadena de el tobillo. Algunos de los caballeros que no habían sido derribados tomaron las ballestas y arcos que tenían para empezar a lanzarle flechas. Una tras otra, pero ninguna la tocaba, sus alas la cubrían y disminuían las flechas. No iba a quedarse ahí parada solo por que alguien la sujetaba. Apretó su quijada cerrando los ojos y usando de toda la fuerza que disponía siguió volando, sus alas eran grandes y fuertes lo suficiente como para llevarla con alguien.
—¡Ahh!— soltó un grito cuando consiguió empezar a moverse de su lugar, ya no iba a parar, el único lugar seguro era afuera, miro la ventana que dejó descubierta, agachó su cabeza, se cubrió con sus alas y sin dejar de dar vueltas consiguió romperla saliendo completamente ilesa. Bueno, no tan ilesa pues su mejilla se cortó con un pequeño vidrio de tantos. Estarossa seguía atado a su pie gritando y sosteniéndose fuerte de la cadena que lo mantenía en el aire, estaban fuera de el palacio dejando que ella iré limpio sin humo llenara sus pulmones. Aterrizó en una de las torres de vigilancia, se quito la cadena con la mano para liberarse y completamente furiosa solo acorraló a el rey y lo empezó a horcar. Su mirada azul desprendía irá mientras su antes amigo y amado se ponía cad aves más rojo y morado, no podía, melissa merecía pasar tiempo con su despreciable padre al menos un poco—Se terminó — murmuró, lo tiró a el suelo permitiendo que tomara aire, se dio media vuelta dispuesta a irse y dejarlo ahí. Ya no había nada por que pelear
—Ven acá pequeña perra—
—Kyaaaa— sin poder darse cuenta el rey loco se le aventó encima aprisionando sus alas pero también perdiendo el equilibro haciéndolos caer a ambos, rápido y en caída libre hasta el suelo, cada vez podía ver más cerca el piso de madera que iba a terminar con su existencia—¡Maldita sea!— ya estaba desesperada y asustada, lo golpeó con su codo en la cara consiguiendo que la soltara y apenas sus alas emplumadas quedaron libres el viento la sostuvo en el aire permitiéndole ver cómo el albino caía. Una última mirada le dio en la que sus ojos ónix se iluminaban, por unos segundos le pareció ver a el niño que conoció aquel día cuando todos eran pequeños e inocentes, Yam rápido como ese brillo apareció este se fue con el sonoro golpe de su cabeza chocando y su cadaver quedándose quieto. Disminuyendo la velocidad Elizabeth aterrizó a su lado dejando que sus enormes alas arrastraran y lo miro, se agacho a su lado cerrándole los ojos y luego suspiro —Descansa en paz viejo amigo — murmuro, pero si de algo sabía es que su antiguo conocido no conseguiría paz por tanto daño que le causó a el reino y a ella
![](https://img.wattpad.com/cover/269048929-288-k270979.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Elizabeth
FanfictionDesde pequeña fue de las más poderosas de el Páramo, un hermoso reino mágico en el que las criaturas confiaban las unas en las otras formando armonía, nunca estaba sola, siempre era perseguida por sus amigos que intentaban mantenerla quieta entre el...