yo se lo que les digo. Busquen la forma, inténtenlo, o háganlo desde la pagina wey o algo así. Pero pongan la música ÒwÓ✨
Después de el pequeño shock que causó esas palabras, la albina soltó una larga risa algo macabra que estremeció a todos ahí, eran sonrisas, miradas intensas entre esos dos que solo podían hacer que el rey se llenara de terror. Una vez estuvieron en tierra firme, meliodas y Elizabeth avanzaron uno al lado de otro causando pequeños roces en sus pieles y se colocaron justo enfrente de los dos tronos. No hicieron reverencia por supuesto pero si dejaron que el eco de sus zapatos estremeciera a todos los que observaban
—A ver, a ver, a ver...—
—Qué fantástica reunión, Rey estarossa — este trago en seco al escuchar la voz de Elizabeth tan falsa mirando como ella solo se volteaba para mirar a su audiencia con sorpresa y la boca entreabierta — La nobleza, la condesa y la plebe— la mujer sonrió con burla mirando a cada uno de los estatus presentes y extendió su brazo dejando que wandle se posara sobre este acariciando sus plumas negras—Que singular — desvió su penetrante mirada hacia su pequeña víctima notando a tres singulares hadas que conocía bien, no pudo hacer más que un puchero que habría sido adorable en otras circunstancias —La gentuza también— nuevamente miró hasta el soberano de gran corona completamente serena— Admito que...tal vez me desconcertó un poco no recibir invitación, ya que yo fui parte fundamental para que seas rey pues...— se alzó de hombros sin quitar su pequeño puchero, meliodas solo negó con la cabeza e inclusive el cuervo graznó y negó igual que el rubio
—No eres bienvenida aquí —
—Ah...— agacho su mirada azul hasta el suelo —Hmm...mmm— acarició nerviosamente su brazo y remató con hacer un pequeño mohín triste. Al inicio estarossa pensó que en verdad los rencores habían quedado en el pasado pero justo cuando estaba por hablar, Elizabeth se rio fuerte y subió su mirada. Estaba actuando.
—Nishishin ay por favor, no nos metan en su embarazosa situación —
—¿N-Nos ofendió?— murmuró la reina
—Por supuesto que no —le respondió Elizabeth por meliodas mirando con algo de odio a la mujer de cabellos rojos, tan rápido como apareció esa expresión su seriedad fue borrada por una sonrisa torcida que heló a la mujer y remató con hacer una reverencia provocando un sudor frío en estarossa —Y para que vean que no hay rencores, con gusto le ofreceré un don a la niña —
—¡No! ¡No deseamos tus dones!—se levanto el rey de su asiento con brusquedad asustando incluso a su mujer, por obvias razones Elizabeth no le hizo caso alguno a su antiguo amor. Caminó hasta la cuna con mucha lentitud pensando bien en lo que diría
—¡Aljeta de la bebe Ellie!—
—S-Si aléjate Ellie, ella no...—
—Shuuu— con un sutil movimiento de muñeca asustando a la audiencia, meliodas hizo que un viento alejara a las tres hadas que lo criaron de pequeños y las encerró en un pequeño baúl cercano para que no interfirieran en el plan de venganza de Elizabeth. Merecía más que nadie esa venganza dulce
—Ahora todos escuchen esto— empezó diciendo dejando caer su magia azul en la bebe — La princesa crecerá dotada de gracia y belleza, quien la conozca la amará — murmuro fulminando con la mirada a la pequeña bebe dormida mientras gruñía. Meliodas la admiro de esa forma y desvió la mirada, no estaba de acuerdo con eso.
—E-Es un hermoso don —Elizabeth se volteó con brusquedad a ver a la reina pero sus ojos capturaron algo más valioso, la mirada de horror en el soberano
— No lo hagas Elizabeth — escucho a estarossa murmurar, pero ya era demasiado tarde para retractarse de su camino, solo pudo hacerle la seña que guardara silencio y giró su mirada buscando algo para poder continuar con su hechizo, cuando el singular brillo de la aguja de una rueda llamó su atención por completo la idea llegó hasta ella como una flecha

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Elizabeth
FanfictionDesde pequeña fue de las más poderosas de el Páramo, un hermoso reino mágico en el que las criaturas confiaban las unas en las otras formando armonía, nunca estaba sola, siempre era perseguida por sus amigos que intentaban mantenerla quieta entre el...