Capítulo 53

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Min Yoongi no ha dormido durante varios días porque siempre extraña a la misma persona. No puede dejar de pensarlo y no puede evitar sentir una terrible pena en su corazón. Para Min Yoongi todo es muy doloroso, desde el día en que salió del hospital hasta el momento actual.

Cuando encontró a Kim Jaesang, creyó que el tema de su pareja sería un asunto razonable que pensaría a profundidad. No esperaba que ese hombre estuviera loco y tuviera a un idiota por hermano. Estaba claro que Jaesang estaba protegiendo a Namjoon y en ese momento, Min Yoongi se desanimó y detuvo cada engranaje que movía su vida mientras se autocompadecía y pensaba que más hacer.

Hoy, Min Yoongi se quedó dormido en su escritorio. Estaba demasiado cansado y lo suficientemente agotado como para hacer algo más que respirar. Aunque adopta una posición muy cómoda sobre su mullido asiento, Min Yoongi no durmió bien. Parece que su cuerpo todavía está conectado con el mundo exterior y con Park, Kim y el cáncer... Comenzó a tener sueños muy reales.

En ese sueño, Min Yoongi sintió que todavía estaba en la escuela secundaria, en el aula de química. Le dijo al maestro que tenía sueño y antes de quedarse dormido sobre el pupitre, la última mirada que ve es la del adolescente sentado a su lado. Estaba vestido con un uniforme escolar, su pelo era negro y suave, y realmente parece prestarle atención a la clase. Su aura, es clara y pura.

—Mi pequeño Park...

Min Yoongi escuchó a alguien llorar, pero cuando se despertó, se dio cuenta de que tenía un líquido frío y húmedo corriendo por su mejilla. No se movió de su escritorio, sus pestañas se cerraron un par de veces, y su voz era tan baja que parecía al punto de un quiebre:

—Regresa. Regresa a mí y permíteme cambiar.

Pueden tener gatos y cachorros. Pueden ser una familia verdadera esta vez y criarlos los dos juntos. Trabajarán duro y cuando él vuelva a casa, lo abrazará y lo besará por una infinita cantidad de tiempo, hasta que se haga de noche. Solloza y le deja su corazón entero al Park Jimin que no puede oírle.

✤✤✤✤✤✤

En medio de la noche, Min Yoongi conduce por la carretera lo más lejos posible de su casa, porque hay todavía un soplo de Park Jimin por los alrededores. Tal vez era su libro de poesía con olor a tinta o su ropa con fragancia a sándalo. No había sensación de tranquilidad, no podía encontrar paz...

Min Yoongi también está de mal humor.

Parte del dinero que utilizó para amenazar a Jaesang y parte de lo que gastó intentando localizar a Park Jimin, es el capital de la compañía. La junta directiva ya no está satisfecha con él, pero afortunadamente ha estado en el poder durante los años suficientes como para evitar que le despidan.

Entrada la madrugada, al volver al edificio de departamentos y cuando finalmente se abrió la puerta del ascensor, vio a un joven delgado, sentado en la oscuridad junto a la puerta de su casa. Su corazón saltó, pensando de pronto... Que tal vez podría tratarse de Park Jimin. Tiene una figura delgada y parece absolutamente triste mientras se abraza las rodillas. Min Yoongi se encuentra un poco nervioso, su corazón comenzó a correr en su pecho como si fuera un caballo desbocado y se sintió terriblemente arrepentido. Se esfuerza en atreverse a moverse, por tener el control de sus pensamientos... Pero entonces escucha:

—Min Gi...

El otro hombre deliberadamente puso una voz suave, el sonido es asfixiado por las prendas que cubren su boca. Extiende las manos y casi se arrastra hacia él. Min Yoongi tiene la mirada oscurecida, siente la cabeza pesada. Cuando se pone de pie, Min no se mueve y finalmente contesta:

—¿Qué estás haciendo aquí?

Hyosik dijo:

—Vine a disculparme... Vine a pedirte que regreses a casa.

Min Yoongi de repente se echó a reír, burlándose con ganas de lo que escuchaban sus oídos:

—¡Pero que descarado!

Dejándose llevar por sus impulsos, Hyosik se levantó y corrió hacia la cintura de Min Yoongi... Sin embargo, fue lanzado de inmediato. Hyosik se encuentra severamente golpeado al impactar con la puerta de atrás e incrustar su piel con la manija, aunque este dolor no puede compararse con las heridas que tiene en el corazón:

—Min Gi. ¡No me dejes! Por favor, sé que estuvo mal lo que hice...— El rostro de Hyosik se ve pálido, luce débil al dejarse caer contra los mosaicos. —Podemos volver a hacer lo mismo que hacíamos antes... ¡Tomaré mi distancia! ¡Seré bueno!

La mirada de Min Yoongi es salvaje y se ve increíblemente incómoda. Camina hasta llegar a su lado y lo sujeta con fuerza de la camisa:

—No digas palabras tan repugnantes en mi puerta.

Min Yoongi no quería escuchar más. Es asqueroso. Palabras asquerosas de un hombre asqueroso. Pronto, se siente disgustado por haber sido tan indulgente con él.

Hyosik se queda sin habla, llorando a mares. Las lágrimas escurrían sin parar por sobre sus mejillas de melocotón y le provocan suspirar involuntariamente. Después de mucho tiempo, habló de nuevo. Gimió:

—... Min Yoongi, realmente... Realmente me gustas.— Lo ama de verdad, incluso si el hombre no es amable con él. Incluso si lo trata como una puta y sólo lo utiliza para jugar. ¡Puede jugar con él si quiere! No son las lágrimas su pena. ¡Las gotas son su sangre! Su expresión está muy vacía, la mirada que le muestra es igual a la de un niño regañado. —... No tomé tu anillo para hacerte daño... Min Gi, no te enojes... Min Gi, me dijiste que esperara por ti en la casa, pero casi nunca llegabas. Me has dado dinero y no lo he usado, ni siquiera lo de la tarjeta... No tomaría jamás ventaja de ti.

Su llanto es demasiado pesado, no se reprime y deja que Min Yoongi escuche su pánico reprimido. Los dedos de Min Yoongi tiemblan ferozmente, entendía los sentimientos profundos de Hyosik y entendía el dolor que le obligaba a sollozar. Miró a Park Jimin nuevamente en las pupilas de Hyosik.

Min Yoongi le soltó, pestañeó de nuevo y asintió un poco confundido.

—De acuerdo.— Suspiró, esperando que todo el asunto terminara si cooperaba con él. —Yo... Iré contigo mañana, pequeño Park.

Hyosik, sonrió y se rio como si hubiera recuperado el alma:

—¡Bien! Min Gi, ¡te encontraré mañana entonces!

Hyosik salió aturdido. En realidad, Min Yoongi no había dicho un nombre equivocado para hacerle daño, ¿verdad? Era lo normal, era lo que merecía... Caminó sin rumbo, su mente no estaba clara. La luz verde al final de la calle se encendió y un Maserati negro lo golpeó cuando se quedó parado justo en medio.

La sangre manchó el camino.

Su vida, a los ojos de las personas que no tuvieron nada que ver con él, sólo merece una pequeña sección en el periódico del día siguiente.

Los diez años en que más te amé ๑ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora