Capítulo 59

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En esta vida, cuando los hombres no tienen un camino que recorrer al lado de la persona que más aman, siempre pueden esperar a la reencarnación. Si no hay posibilidad de ser feliz en esta vida, lo serás en la siguiente.

Esa es la promesa que mantienen. Se escuche ridículo o no.

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Ya era tarde cuando volvieron a casa, y el camino que llevaba al lago todavía estaba repleto. Park Jimin miró un poco por la ventana, y Kim Namjoon se permitió disminuir la velocidad.

—Cuando te sientas mejor, te traeré de vuelta aquí.

Park mira hacia atrás con ayuda del espejo retrovisor y sacude la cabeza:

—No creo que sea posible porque últimamente me siento muy cansado.

Kim Namjoon no sabe qué decir. Ya notó la fragilidad en el cuerpo de Park Jimin, pero siente que es él quién se lleva todo el dolor y la pena. La garganta de Kim Namjoon se cerró y el crepúsculo se encendió al final de la carretera. Después de unos segundos, sus palabras salieron sin pensarlo como si fueran una corriente de agua fría:

—Tu cumpleaños es en menos de medio mes. Ahora, ya he preparado un regalo para ti. Celebraremos tu cumpleaños, y después los jazmines comenzarán a florecer. El nacimiento de los peces koi en el lago es el mejor momento de ese mes. Se dice que trae consigo el espíritu especial de la primavera.

La organización mental del médico para ese momento es absolutamente una vergüenza. Está tan triste, que lo que siente no llega de manera correcta a su cerebro antes de caer en sus labios. No quiere pensar que será muy tarde, no quiere imaginar que Park no llegará a la primavera. Park Jimin miró ligeramente a Kim Namjoon y notó que su rostro estaba pálido... Pero parecía que no se daba cuenta de eso. Tenía una pequeña sonrisa que no le iluminaba los ojos.

Jimin tiró entonces de la esquina de la ropa de Kim Namjoon:

—¿Estás bien?

Kim Namjoon asintió con la cabeza:

—No te preocupes.— Hizo una pausa. —¿Quieres besarme otra vez?

Park Jimin desvío la mirada y resopló con un sonido nasal. Su actitud ni siquiera era la de alguien enojado, más bien, transmitía una imagen tímida y suave. Una luz algo débil y dañada.

Kim Namjoon se rio:

—Bueno, lo pediré de nuevo después.

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Pronto, el bajo nivel de azúcar en la sangre de Park Jimin hace que se maree fuertemente. Cuando estaba cansado, como ahora, sentía que no tenía ni siquiera la fuerza para hablar.

Kim Namjoon puso su abrigo sobre Park Jimin y murmuró:

—Olvidé traer una manta y el aire acondicionado no es tan bueno como me gustaría. Todavía tomará un tiempo llegar, pero es mejor no quedarse dormido o te sentirás peor más tarde.

Cuando Kim comienza a actuar así, Park opina que se comporta como una madre amorosa. Jimin lo escuchó, pero al final el sueño que sentía fue mayor que su fuerza de voluntad. Gran parte de su rostro estaba enterrado bajo sus ropas holgadas y soltaba de tanto en tanto, unos pequeños ronquiditos.

También murmuraba el nombre de alguien más.

Kim Namjoon lentamente niveló el asiento e hizo su mayor esfuerzo para llegar a casa pronto. Él rara vez siente disgusto hacia alguien. Le cuesta mucho trabajo sentir rencor, un rencor verdadero... Pero admite que odia a Min Yoongi. Es despiadado y egoísta. Para conseguir lo que desea es capaz de hacer de todo y por ello, está ligeramente preocupado desde que dejó Seúl.

Más, porque siente que se robó a su amante.

Los diez años en que más te amé ๑ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora