Capítulo 7

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Capítulo censurado.


Recomendación musical para este capítulo: v[NEU] - RED EMOTION ~kibou~:

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Capítulo 7

La primera reunión de aquella mañana fue para ajustar los detalles de la misión que comenzaría al día siguiente. Saga daba las indicaciones frente a un grupo de santos y soldados, de espaldas a Shion sentado en su trono. La única voz que retumbaba en la sala era la del caballero de Géminis; todo el mundo lo escuchaba atento, sin comentar o apartar la mirada de él. La única excepción era Shaka: Saga tenía algo que no lo dejaba tranquilo y hacía que divagara en su mente, pero no podía decir qué era ese detalle que había cambiado en el santo de Géminis.

—El ejército de El Dorado es milenario y misterioso —explicaba Saga—. Las pocas veces que han tenido contacto con el Santuario se vivieron situaciones muy tensas. Es importante ir con cuidado, en especial porque no queremos generar conflicto.

El tercer guardián lucía igual que siempre, su voz no presentaba ningún cambio. Incluso la manera de pararse, con el pecho salido y la cara en alto, era la que mostraba cada vez que daba órdenes. Lo peor, según el santo de Virgo, era que nadie parecía notar nada, ni siquiera Shion.

—En caso de que suceda algo que ponga en riesgo la misión en un momento crítico —decía Saga—, se va a dar de aviso al segundo equipo para que se preparen a ir. Si la situación es insostenible, Mu de Aries es el encargado de devolver a todos al Santuario. Llegado a ese punto Aioros de Sagitario, Aphrodite de Piscis, Shura de Capricornio, Aioria de Leo, Shaka de Virgo, Mayura de Pavo y Shaina de Ofiuco van a continuar la misión.

Escuchar su nombre consiguió sacar al sexto guardián de sus pensamientos, aunque ya se había perdido la mitad de la explicación. La reunión finalizó a las pocas palabras y todos comenzaron a dispersarse.

—Te vi un poco distraído. ¿Pasa algo? —le preguntó Mu a Shaka.

—Ah... No... Tal vez sean los efectos secundarios del cosmos de Athena.

—¿Vas a estar bien? Digo, en caso de que tengas que ir a la misión.

—Dudo mucho que se requiera mi presencia —Vio hacia un costado, donde Saga hablaba con Aioros y Shura—. No con él a la cabeza del equipo.

—Espero que tengas razón y que todos vuelvan sanos y salvos.

Entonces escucharon a tres santos femeninos que hablaban a pocos metros de distancia.

—Más vale que vuelvas con vida, Marin —le dijo Mayura—. Tenés que demostrar por qué sos maestra a una edad tan corta.

—No tengo pensado morir hasta que Seiya no consiga una armadura —respondió segura de sus palabras.

—Espero que así sea —dijo Shaina—. No quiero tener que ir a buscar tu cadáver.

Mu y Shaka caminaron cerca de ellas que continuaron conversando y haciendo promesas de que no fallarían en la misión. Los dos santos salieron de la sala del Patriarca con una sensación pequeña de temor.

—Son peores que Deathmask y Aphrodite —comentó Shaka.

—Siento que mi madre me diría lo mismo —Mu suspiró.

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