1. El fulgor de un sueño

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La alegría invade mi alma, pues después de tantas pruebas, Ashei, la amiga que creí perdida, y Shad unirán sus vidas en matrimonio, hecho que antes no pudieron culminar por las malas intenciones del pasado. Agradezco tanto a las Diosas esta nueva oportunidad para ser felices después tan oscura e incómoda época, y sé que esto les ha servido para valorarse mucho más que antes.

- Te ves tan hermosa vestida de novia.

- Estoy de acuerdo con Zelda... estás preciosa. – expresó Gracielle, admirando a nuestra amiga.

- Gracias, pero la verdad no me siento nada cómoda, arreglada de esta manera, sobre todo por el vestido, hace años que no uso uno. – dijo Ashei, mientras hacía una mueca de desagrado.

- No digas eso, te ves hermosa. Ha llegado el momento en el que entres al altar con tu padre, pues tu futuro esposo te espera.

Luego de mis palabras, mi amiga se reúne con su padre, con quien entra tomada del brazo hasta el altar.

La ceremonia fue muy hermosa, todos disfrutaron de la unión de la pareja; mis padres, mis suegros, que vinieron desde Ordon, Impa y Azael, Cocu y Gracielle.

Aunque aún falta una persona... y no entiendo por qué no se encuentra aquí.

Una vez finalizada la ceremonia, celebramos todos juntos aquella maravillosa unión, donde observo como el señor Dante mira con recelo a Shad en el momento de entregarle a su hija para que baile la melodiosa pieza musical con ella. Sin embargo, luego de unos segundos reemplaza aquella seriedad con una cálida sonrisa, demostrándole que todo lo malo y equívoco había quedado en el pasado, causando en mi amigo de la infancia un gran alivio.

Shad toma a Ashei de la mano para bailar con ella, mientras que aquellos robots que los acompañan empiezan a girar alrededor de ellos.

Mientras mis amigos entrelazan sus pasos con el sonido de la música, coloco una mano en mí abultado vientre, el que ha crecido notoriamente con el paso de los meses. Siento inmensa alegría, pues cada día que pasa puedo sentir los movimientos de mi criatura, a quien estoy ansiosa de conocer pronto.

Cuando los recién casados finalizan su acto, mis padres, mis suegros y todos los presentes los acompañan en su alegría, bailando cada cual con sus parejas y demostrando el amor, cariño y afinidad que sienten entre ellos.

Pero... soy la única que se encuentra sola, sin nadie a mi lado. ¿Por qué?

Empiezo a mirar a mí alrededor, y busco a la persona que debería estar acompañándome... Al gran amor de mi vida, al hombre que desde tiempos inmemoriales me pertenece, y con quien he creado la dulce vida que me encuentro acogiendo.

Desconozco los motivos por los que él no está conmigo, lo que causa que la ansiedad se forme en mi corazón. Sin embargo, sé que todo debe tener una explicación, por lo que es mejor proceder a averiguar lo sucedido.

Empiezo a caminar entre la gente, buscando a mi amado con desespero, y es en ese momento que me encuentro con mi protectora y su ahora esposo. Tratando de tranquilizarme me acerco a ellos, dispuesta a que respondan las dudas que tengo, las que me están causando una enorme angustia en mi interior.

- Impa, Azael. ¿Han visto a mi esposo? Lo he buscado por todas partes.

Ante mi pregunta, la pareja de guerreros desvanece su sonrisa y se miran el uno al otro con seriedad, causando que el sentimiento que me está perturbando se acreciente de manera inmisericorde. Vuelvo a repetir mi pregunta.

- ¡Respóndanme, por favor! ¿Lo han visto?

Mi mentora me toma de las manos, observándome con la mirada más consternada que jamás haya visto; luego de aquella reacción, se dispuso a responderme.

Por siempre almas unidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora