Memorias

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Las delicadas hojas de los árboles habían perdido su verde y vivaz tonalidad, pues ahora se hallaban teñidas de ocres y dorados tintes, anunciando que el otoño había llegado a cierta tierra bendecida por la fauna y la flora, la que alguna vez fue un pequeño poblado en las profundidades del bosque. El reino de Ordon.

En homenaje a tan especial estación, Ordon celebraba el festival de otoño como todos los años, en donde ninguna persona se perdía de sus hermosas actividades ni su deliciosa comida; incluso varios extranjeros se trasladaban al sitio para disfrutar del evento, sin importar que tan lejano estuviera.

En el palacio de Ordon, Link tomaba una siesta con su pequeño hijo, quien dormía plácidamente en su pecho. Aidan ya contaba con dos años de edad y se caracterizaba por ser un niño risueño e inteligente, además de algunas travesuras en su diminuto historial.

Con los primeros rayos del atardecer, el príncipe empezó a despertarse, aunque Aidan siguió en la misma cómoda posición, demostrando que había heredado de su padre el buen gusto por el sueño. Con cuidado, para que su hijo no se despierte, el joven lo acomodó en la cama para que él pudiera levantarse, mas se sorprendió de ver que en la almohada que estaba a su lado se hallaba un sobre cerrado con su nombre escrito. Con curiosidad tomó el comunicado para empezar a leerlo.

"Las memorias son el cofre de invaluables vivencias, y para seguirlo llenando es importante que sigas las instrucciones. Dirígete a la zona del festival en donde se aman las parejas, y es ahí donde te aguardará la siguiente pista para seguir enriqueciendo el tesoro."

A pesar de que no comprendió del todo el motivo del comunicado, supo perfectamente que la emisora no era otra que su amada esposa. Su delicada caligrafía y el perfume con el que había rociado la hoja eran inconfundibles.

Decidido a seguirle el juego a su amada, se peinó y arregló lo mejor que pudo frente al espejo, y salió de su habitación para dirigirse a la ciudadela, no sin antes dejar a su retoño bajo el cuidado de su madre y alguna de sus doncellas.

...

Solo alegría se reflejaba en los rostros de todas las personas que disfrutaban del festival de otoño. Niños corriendo por todas partes mientras lucían los premios que se habían ganado en algún concurso, o visitantes de todas las edades disfrutando de la comida típica de la región. Por ningún lado se veía alguna muestra de aburrimiento.

Link caminó por todos los animados rincones buscando alguna evidencia de la pista que le habían puesto, la que por más que releía no lograba descifrar, sin embargo, su mente pareció despejarse cuando llegó a la zona de música, donde las parejas bailaban al ritmo de las dulces notas. El príncipe los estuvo observando por varios minutos, recordando las múltiples veces en las que bailó con su amada de esa manera, sobre todo la primera vez, cuando tenían meses de casados.

El joven estaba tan perdido en sus pensamientos que no notó cuando una pareja de ancianos le estiró la mano para entregarle un sobre, el que tomó sabiendo que se trataba de otra pista. Definitivamente, su princesa se había puesto muy creativa para el juego al que lo había metido. Sin perder tiempo, abrió el comunicado, descubriendo el siguiente paso que debía seguir.

"Las memorias más hermosas son el reflejo de los actos del corazón, como las estrellas que se reflejan en el agua mientras ascienden al firmamento."

- ¿Estrellas que ascienden? Definitivamente, mi esposa ha enloquecido. Las estrellas no ascienden al cielo, ellas siempre se mantienen en el mismo si...

Con sus propias palabras logró resolver el acertijo, así que se dirigió de inmediato a un lugar sumamente especial para él y su esposa. La fuente de Latoan.

Por siempre almas unidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora