𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋𝐇𝐄𝐓 || Dicen que la palabra es un arma, por eso el silencio es un escudo
【 Todos tenemos miedo a
algo, Astlyr, a que suceda
lo mismo que en el pasado.
...
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|| El mejor reencuentro es con la persona de la que no te querías despedir ||
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Tenía miedo, ver como un ser querido se encuentra entre la vida y la muerte puede asustar a cualquiera, sobre todo a un niño. Alejandra llegó a pensar que no eran malas personas, pero ante el movimiento de el mayor dentro del grupo todo sus pensares se borraron para dar paso a un odio ante ellos. Noel a su lado miraba preocupado a la hermana. Era conocido por pertenecer al trio desastrosos, haciendo bromas y molestando en el buen sentido a sus hermanos y cuidadoras, pero eso no era para nada sinónimo de que deseaba el mal a la hermana Juliette.
—¡Dejen a la hermana Juliette! —. Gritó el niño a los adultos, la de cabellos naranjas miró dudosa, no sabía de que lado estar.
La de largos cabellos detuvo su caminar al escuchar el grito, su agudo oído pudo detectar que se trataba de Noel, aceleró el paso cuidando de no crear mucho ruido al pisar ramas o gravilla del suelo. Se escondió detrás de una gran roca para ver lo que estaba sucediendo, no podía ver bien los rostros de los intrusos, pero lo que si pudo ver fue a la mujer pelirroja de rodillas en el suelo con una pistola en su cabeza.
Un hombre de cabello oscuro, desordenado y con un inusual mechón blanco era quien la retenía.
'Un adulto' pensó Astlyr. 'Debo de liberar a Juliette para que huya con los niños... la prioridad son ellos'
Yuugo seguía apuntando la cabeza de la mujer pelirroja con mirada aburrida, Norman se separó del grupo mirando el cielo desinteresado de lo que quieran hacer, sabía que Emma, Drake y Ray se encargarían y hablando de Ray y Drake, estos dos debatían entre si de que hacer con la situación actual.
—¡Aléjate! ¡Monstruo! —. Exclamó Noel a la pelinaranja al ver que ella se agachó a su altura, se entristeció por eso.
—N-Noel —. Nombró Alejandra preocupada.
—¡Son unos monstru--!
Yuugo abrió los ojos al sentir como una mano se posaba sobre su arma para arrebatársela, ser empujado hacia atrás y ser golpeado en su abdomen quitándole el aire.
