𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋𝐇𝐄𝐓 || Dicen que la palabra es un arma, por eso el silencio es un escudo
【 Todos tenemos miedo a
algo, Astlyr, a que suceda
lo mismo que en el pasado.
...
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|| La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados ||
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—Ícaro, te lo prometo, yo jamás me rendiré...
Una sonrisa apareció en el rostro del peliblanco para asentir, apretó en su mano derecha la carta de Drake, quien se había ido antes que el albino pero aún se encontraba vivo, un joven hombre les había hecho un trato, uno de los dos podía vivir pero el otro debía de morir.
Ícaro decidió sacrificarse, sabía que si intentaba huir a ultimo momento Drake moriría y con todo su pesar tuvo que despedirse de su persona favorita.
—Astlyr —. Nombró en un susurro para elevar una mano a la mejilla de la castaña donde lágrimas caían. —Gracias por hacerme tan feliz.
Dolía...
—Perdón... —. Murmuró sintiendo una presión en su pecho. —Quiero tener un futuro contigo, con todos... pero no se va a poder realizar...
Quería gritar...
—Te amo... aunque no sepa muy bien lo que signifique... creo que es correcto decirlo... —. El suave roce de las respiraciones las cuales se mezclaban entre si, un sentimiento de niños tan puro que llevó a hacer que el de cabellera plateada quiera sentirla antes de que su vida fuera arrebatada por las garras de su depredador.
Labios contra labios, quietos e inmóviles, sintiendo y experimentando aquello juntos por primera y última vez.
Sus lágrimas aquella noche fueron silenciosas, escondida entre estanterías repletas de historias con finales felices, cuando ella sufría por no tener su final feliz, maldito destino que la condenó a perder a quien quería. Su cabeza enterrada entre sus piernas y lo hizo, se levantó, se escapó a las afuera de la casa, corrió como nunca lo había hecho para llegar a donde estaba la muralla.
Apretó sus dientes para poder soltarlo todo, todo el dolor que tenía.
Un grito desgarrador, que denotaba todo tipo de emociones, sentimientos y pesares, un grito que se resumía todo con una palabra.
