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— ¿Tres bolsas de Doritos, Mark?

Mark se encogió de hombros.

— Estaban de oferta.

Haechan rodó los ojos.

— ¿No soy yo el del festejo? Me dijiste que eligiera todo lo que quisiera— Mark abrió sus brazos, con una sonrisa enorme, que contagió a Haechan.

— Sí, lo eres, tienes razón— dijo el menor, tomando una de las bolsas de Doritos y abriéndola, sentándose junto a Mark en el sillón de su sala, mirando al mayor buscando algo que ver en Netflix.

Mark pasó un brazo sobre los hombros del menor, y Haechan le ofreció de los chips.

— Podrías ser un poco más "novio romántico" y alimentarme— dijo Mark con algo de burla.

— No soy tu novio, idiota— dijo Haechan con el ceño fruncido.

— Tienes razón... ¿Quieres ser mi novio?

Haechan sonrió de forma apretada, el rubor subió a sus mejillas, después negó y suspiró.

— Me encantaría— dijo, mirando—. Pero diré que no.

Mark alzó sus cejas y parpadeó varias veces para corroborar que aquello era real, Haechan de todas formas llevó uno de los Doritos hacia él, ofreciéndole, Mark lo apartó y se inclinó más hacia él, sintiendo su corazón comprimido, preguntó en tono bajo y dolido:

— ¿Por qué?

Haechan negó, aún tenía una pequeña sonrisa en sus labios, que ya tenía un dejo melancólico.

— Porque no es justo para ti y porque te va a doler después, Mark, no puedo hacerte algo así.

— ¿Algo así qué?

Haechan negó, miró sus manitos, que se movieron incómodas, apretadas entre sus rodillas.

— Haechanie... —Mark tomó su rostro, trayendo los ojos del menor hacia los suyos—. Yo te amo, bebé, ¿Y tú también me amas, no?

Haechan asintió, pequeñas lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojitos.

— ¿Y quieres ser mi novio, Haechanie?

Haechan volvió a asentir y las lágrimas comenzaron a caer, Mark las limpió con sus pulgares.

— ¿Entonces por qué no, bebé? ¿Por qué no intentar lo que ambos queremos? Somos el uno para el otro, Haechan, ¿No lo ves?

Haechan volvió a asentir, sus ojitos intentaban esquivar la mirada de Mark, pero el mayor no lo dejaba.

— Podemos hacer oficial lo que los dos sentimos, bebé— el mayor besó su nariz y su frente.

— Yo... Es que no tengo nada que darte que merezcas, estoy enfermo y no puedo hacer mucho, no puedo hacer el amor contigo... Y apenas puedo besarte, ¿Quieres algo así, Markie? — preguntó Haechan.

— Eres mucho más que eso, Haechan— le recordó Mark—. Y eso no es nada, bebé, estarás mejor, saldrás de esta como ya has salido antes y como yo salí, nene, y yo voy a estar a tu lado, y te voy a amar exactamente igual, porque te amo como nunca antes, y quiero estar a tu lado.... Lo que cuenta es que me amas como nadie más y me encantas, y sientes lo mismo que yo y eres maravilloso conmigo, bebé.

Haechan seguía llorando y sólo pudo asentir.

— Bebé, ¿Quieres salir conmigo?

— Estás... ¿Seguro de eso? ¿Seguro que quieres salir... Con alguien como yo?

Mark asintió.

— Responde por ti, bebé, yo ya dije todo lo que te amo y todo lo que estoy dispuesto, amor.

— Sí quiero, Mark— dijo, asintiendo.

— Entonces está hecho— dijo el mayor, con una sonrisa, y fue a dejar besos en el rostro del menor hasta que él sonrió y dejó de llorar.


Maratón 4/5

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Maratón 4/5

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