Who Do You Love?

#canifly?

Jisoo no era la madre más amorosa y eso todo el mundo se lo sabía muy bien. Y no poder meter la manos en el asunto hacía sentir a Minho impotente, pero ahora que Jin estaba más grande, ahora que el omega era un adulto sí, porque Jin ya no seguía las ordenes de su madre al pie de la letra y como cualquier otro ser humano podría decidir que hacer con su vida.

Así que mientras el le buscaba la quinta pata al gato, convencería a Jin que era momento de volar lejos del nido. Minho era consiente de que este ambiente era muy toxico para el omega así que soltó la propuesta que rondo su mente desde que se entero de esta tontería de unir a dos familias "poderosas".

—Jinnie, ¿no crees que es hora de abrir las alas y volar? —dijo el alfa mayor mirándolo directamente a los ojos.

El omega negó, ¿A donde iría? Él no tenia una profesión con la cual sustentarse y fuera de la casa de los Jeon era presa viva de los lobos, quizás antes si hubiese deseado alzar vuelo, pero ahora lo duda un poco.

—¿Seguro?, una vez escuche que querías ser modelo, sabes que te puedo ayudar...—aseguro el señor Jeon.

—Sí, alguna vez ese fue mi sueño... pero...

Jeon Minho lo interrumpió. —No peros Jinnie, piénsalo, en definitiva tu tienes potencial, mira lo guapo que eres—el alfa alago. —Ers muy talentoso, inteligente, los demás modelos te envidiarían por seguro.

Jin rio por eso, Jeon Minho, estaba un poco loco ¿no?, sí, tenía que estarlo...Esos modelos Gucci, Chanel, Prada, Victoria Secret y de esas grandes marcas ¿envidiosos de él? ¡No! En la vida el estaría a la altura de gente como esa, si no pudo estar a la altura de Jungkook, menos podría soñar en ser modelo de esas grandes marcas.

Con solo pensarlo el autoestima se le bajo hasta llegar al nucleó de la tierra y se noto en su aroma. Y así como un cachorro cuando busca protección de sus padres, Jin se abrazo más al cuerpo de la única figura paterna que tenía.

—¿No me crees verdad?

El omega negó y movido por sus emociones no puedo evitar desahogarse con él.

Quería tanto un abrazo, un poco de cariño y comprensión que se sentía tonto, y era irónico que un ser que no tenia relación ninguna con él, lo cuidaba y demostraba amarlo más que su propia madre.

Jeon Minho se sentía en un déjà vu, por segunda vez en el año.

—Shhhh... Jinnie.... Shhhh... —decía el alfa mayor mientras acariciaba tiernamente los cabellos de "su cachorro" omega, buscando calmarlo.

Minutos más tarde Jin pudo disminuir la intensidad de sus emociones y el alfa mayor pudo salir de la habitación esperanzado,  Jin había prometido pensar su propuesta.

Sin embargo, el omega solo fingió calmarse para no seguir molestando a Jeon Minho, puesto que interiormente se sentía tan dolido, tan estúpido, tan usado, inútil, tan herido , tan débil...

Era en momentos como esté en que pasaba por su mente el recuerdo de su cachorro y no podía evitar sentirse culpable por no poder protegerlo, por no ser valiente y huir del ese lugar, ahora ya tuviera cerca de seis meses y podría jurar que sí hubiese huido ni bien se entero, todo estuviera bien.

Quizás no tenía una profesión, pero sabía sobre labores domesticas y hubiese podido darse una vida de esa manera, quizás no hubiese sido una presa de los lobos como pensaba o quizás hubiese tenido suerte y una casa de ayuda lo hubiese acogido.

Todo por ese bendito "amor" que le arrebataron su concepto de felicidad y ¿para que?, ni si quiera su relación con Jungkook llego más allá.

Siempre era triste imaginarse a su bebé, ¿cómo se viera ahora? ¿hubiese subido de peso? ¿hubiese tenido esos antojos extraños a media noche? ¿hubiese tenido una cachorra o un cachorro? ¿a quien se hubiese parecido más, a él o a Kook?

No había como responder a estas interrogantes, ni mucho menos ahora había la forma de siquiera experimentarlas para darles un concepto, "su alfa" ya no era suyo.

No durmió en toda la noche como había planeado, así que muy temprano se puso su uniforme y comenzó con sus labores.

Por ahora no quería encontrase con el alfa y dudaba que quiera hacerlo en algún momento.

Pero el destino, siempre se volvía un perro cuando quería evitar personas o situaciones. Y justo hace algunos minutos había comenzado a lavar los trastes, y ¿¡oh!? ¡sorpresa!, la persona que tanto anhelaba ver estaba haciendo su aparición en la cocina.

Sabía que era Jungkook, tantos años de su vida a lado del alfa que lo reconocía hasta por su forma de caminar, pero lo que le aseguraba que era él, era su aroma. 

¿Por qué madre Luna? ¿Por que levantaste a Jungkook tan temprano? ¡Son las 4 de la mañana! ¿Y ahora? ¿Cómo desaparecía de ahí?

Se hizo el que no noto su presencia y siguió en lo suyo, bendita la hora en que no corrió de ahí cuando escucho la puerta de su habitación ser abierta.

Agradecía enteramente tener los audífonos puestos y con la música sonando, no alto como hubiese deseado, pero estaba bien para hacerse el sordo, si se diera el caso de que el alfa le dirigiera la palabra.

De un momento a otro, todo su cuerpo se endureció y evito mover algún musculo cuando sintió la mano de Jungkook en su cadera.

Los segundos se sintieron eternos, poso la mirada directamente a las afueras del gran ventanal, no respiro, no parpadeo, ni mucho menos abrió la boca, espero alguna acción más por parte del alfa, pero Jungkook solo se apoyo en él para tomar un vaso y luego dirigirse a  al refrigerador y servirse un poco de agua antes de salir del lugar.

Aun sentía la caliente mano de Kook en su cadera y si le preguntaban a su corazón que latía todo acelerado por esa simple acción, la respuesta era que deseaba más toques de él.

¡Vamos Jin, se fuerte!, se alentaba el omega.

Los días pasaban y Jin, solo conseguía consuelo trabajando desde muy tempranas horas de la mañana hasta las horas más tardes de la noche.

Estar en muchas actividades le hacían olvidar lo que estaba sucediendo con su patética vida.