#momslove?

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Efectivamente, todos en el lugar lo odiaban.

No dejaban de hablar de él y de todo lo bueno que sacaba por acostarse con los alfas Jeon.

Era de esperarse que notaran su ya crecida pancita y le pasaran el dato a su madre, quien hasta ese momento no se había enterado de nada y quien no dudo en llevarlo a otro lugar fuera de la mansión.

A dios sabe que. Pero inimaginablemente el lugar no fue una clínica como la vez pasada, sino que ahora estaban en un restaurante.

Se sentía extraño, de eso si estaba seguro.

¿Era real? ¿Su madre y él compartiendo un estrecho espacio civilizadamente? ¿No hay insultos, ni malas insinuaciones?

La comida llegó y su madre por fin habló.

—¿Quién es el padre de ese cachorro? —pregunto Jisoo, sin mirarlo mientras ponía la carne a asar.

Jin se quedo callado. ¿Había validez en si quiera decirlo? Su madre pensaba que era un cualquiera.

—¿Sera ese tal Namjoon? o ¿Jeon Minho? quizás sea ¿Jungkook? Respóndeme Jin.

Por primera vez desde que llegaron la miro a los ojos y contesto.

—Importa quien sea el otro padre, mamá. Yo lo voy a criar—dijo seguro.

—Por su puesto que sí...

—No sé de quien es—soltó en un impulso.

Y aquí es donde veía el lado bueno de que su madre lo creyera un cualquiera, quizás así dejaba de entrometerse en su vida y lo dejaba en paz.

Jisoo lo mira seria y luego sueltó un suspiro.

—Seokjin...

El omega desvía la mirada.

—No lo sé mamá, te lo digo enserio.

—Esta bien, cariño, comamos—dijo la omega, sacándolo de contexto totalmente.

Jin se volteó a observarla.

¿Había escuchado bien? ¿Su madre le dijo "cariño"?

—Mamá te sientes bien—pregunto preocupado, observando cada facción de la omega, queriendo asegurarse de si no tenía ningún golpe o algo por el estilo.

Pero nada, Jisoo estaba intacta.

—Si, Jin, ¿por qué no lo estaría?

El omega parpadeo unas cuantas veces y hasta inclusive se peñisco. ¿No estaba soñando verdad? ¿Quizás estaba muerto y no lo sabía? ¿Su madre hablándole de esa manera?

—Nada...

—Come que se enfría—dijo la omega, poniendo un pedazo de carne en su plato.

Jin hizo caso en silencio.

—¿De cuanto tiempo estas? —escucho de repente.

—Cinco meses—respondió mientras tomaba un poco de verduras con sus palillos.

—Jin...

El omega la observo.

—Lo siento hijo... perdóname amor—tomo una de las manos del omega y la acaricio.

—Yo no quise hacerte eso amor, yo...

—No hablemos de eso mamá, por favor.

—Quiero ser una buena madre Jin, recién me he dado cuenta que eres todo lo que tengo, no te quiero perder hijo...

Jin, ni siquiera lo pensó, cuando vio a su madre llorar, se levantando su asiento y fue a abrazarla.

—Te quiero Jin, siempre he deseado que vayas por le camino correcto, que te alejes de esa gente adinerada, ellos... ellos solo nos usan amor... se que quizás fui un poco cruel... discúlpame Jinnie... yo realmente te quiero hijo...

—Yo también te quiero mamá y no te preocupes, no me relacionarte con ellos nunca más—dijo Jin, sintiendo un poco del calor maternal que siempre anhelo recibir.

Por primera vez en su vida, Jisoo le correspondió el abrazo y hasta inclusive dejó un beso en la tierna y suave mejilla de su hijo.

—Ya cariño, siéntate a comer.

Madre e hijo, cenaron en armonía y luego cada quien siguió su camino.

A la mañana siguiente Jin se enteró que su madre había pedido permiso para él y ella por el resto de su embarazo.

—Jinnie, está bien que viva contigo, siento que no lo pensé mucho cuando pedí el permiso, pero no puedes hacer más trabajos pesados y seguir desgastando te de esa manera.

—Esta bien mamá, logré rentar una casita fuera de la ciudad, no es grande pero logré equiparla con lo necesario, viviremos bien mamá.

No iba a confesar que la compró con el dinero que consiguió como paga por "ayudar a Jungkook en su celo". Esataba bien así, su mamá no tenía porqué saber ese detalle, a fin de cuentas era una casita acogedora, eso era lo que importaba.

La omega asintió y juntos fueron al hogar de Jin.

—Bienvenida mamá—dijo el omega apenas abrió la puerta de su casita.

Así pasaron tres meses, Jin ya estaba llegando al final de su octavo mes.

Se veía más tierno que nunca todo rechonquito. Un encanto.

Ahora el omega cortaba unas cuantas verduras mientras su madre preparaba el almuerzo.

De repente, sintió un punzante dolor en su vientre bajo, dejó de cortar y se tocó el abdomen.

—Tranquilo bebé,  aun falta amor—le hablo a su pancita.

—Jinnie amor, ¿te pasa algo? —pregunto Jisoo al verlo fruncir el ceño.

—No mamá... ¡ouch!

Pronto sintió un líquido recorrer sus piedras y se asustó de sobremanera.

—¡Mamá, mi bebé!

Who Do You Love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora