XXII

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Apenas habían entrado al aeropuerto y Louis sentía el corazón latiendo a mil por hora, esperaba que Harry se presentara ahí, pero eso no sucedería, no cuando ni siquiera sabía que él era quien estaba escapando esta vez.

– Vamos por acá Lou, te ayudaré con lo que necesites hacer y luego esperamos a los chicos.

Suspiró y siguió muy de cerca a Niall, hicieron lo que debían hacer y luego esperaron a Liam y Zayn, quienes no tardaron mucho en llegar con los famosos bagels que Louis extrañaría. Charlaron un poco y se burlaron del jefe de los chicos, algún día dejarían ese infierno.

Cuarenta minutos después se encontraban entre lágrimas despidiéndose de Louis, pasaría un buen tiempo hasta que se volvieran a ver. Estaba por abordar cuando un sentimiento abrumador lo recorrió, sin embargo lo ignoró por completo y subió al avión sin mirar atrás.

...

Habían pasado tres días desde que Louis estuvo en el departamento, y sinceramente él esperaba que regresara o lo buscara en el trabajo, pero nada de eso ocurrió. Decidió que dejaría pasar un poco más de tiempo.

Los días pasaron y nada cambiaba. Él seguía solo en aquel lugar al que alguna vez llamó hogar. Los platos y vasos se acumulaban en la cocina, la ropa volvía a estar esparcida por la habitación y un tanto en la sala, las pesadillas habían regresado más desagradables de lo habitual y con ataques de pánico incluidos, llegó al punto en que prefirió no dormir.

Nunca bebía, en realidad él mismo se sorprendió cuando tres meses después decidió que tenía ganas de una cerveza, era viernes por la noche después de todo.

Había estado en tantos lugares con Louis pero no podía recordar alguno en donde hubiera alcohol, fue un pacto que ambos hicieron cuando comenzaron a vivir juntos, nada de bebidas embriagantes en sus vidas a partir de entonces, ¿qué más daba si rompía otra promesa?

Las calles se encontraban particularmente despejadas, aunque todo se encontraba perfectamente iluminado. Podía escuchar la música de las discotecas, las risas en los bares y ver a grupos de gente entrando y saliendo de locales, algunos con copas encima y balbuceando de forma incomprensible. Ni siquiera dudó en entrar cuando observó que un tumulto de jóvenes se reunía en la entrada de un lugar.

Era un lugar bastante tranquilo, la música no estaba tan alta, todo estaba decorado en colores amaderados y blancos. Se sentía fuera de lugar pero no estaba dispuesto a irse hasta que alguien lo corriera definitivamente.

El sueño lo venció después de beber doce cervezas en lata, completamente inconsciente de que tres pares de ojos lo observaban sin saber qué hacer.

– Creo que deberíamos llevarlo hasta su casa – Liam obtuvo un gruñido de parte de Niall.

– ¿Qué pasa si ya no vive ahí? – habló Zayn sin prestarle atención a los quejidos del ex rubio.

– Pues... nada perdemos con averiguarlo, vamos Z, llevemoslo al auto.

– ¿En serio harán esto? – tenía el ceño fruncido. – No es nuestro problema lo que se encuentre haciendo ahora – se notaba un ligero enojo en su voz.

– Niall, sé que esto no es fácil por todo lo que pasó con Louis, pero si él se ha ido y lo está superando ¿por qué no puedes hacerlo tu también? – Liam estaba tratando de razonar con Niall, mientras Zayn se aseguraba de pagar su cuenta y la de Harry. – Además, que no se te olvide que también fue tu amigo y estuvo para ti más veces de las que puedo recordar ahora mismo. A Louis no le gustaría que lo dejaras aquí tirado.

Niall bajó la mirada y suspiró. Tenía razón, tal vez. – Vamos – dijo y caminó entre las mesas hasta llegar a la salida.

Les costó un poco de trabajo sacar a Harry de aquel lugar y luego subirlo al coche, pero finalmente lo lograron. Liam, quien era el menos ebrio, fue quien condujo hasta el ya conocido edificio.

Media hora después estaban buscando las llaves del departamento entre la ropa del rizado mientras Zayn intentaba no dejarlo caer. Cuando encontraron la solitaria llave dentro de su chaqueta todos soltaron un suspiro de alivio. Niall encendió las luces y observaron el desorden, pero no le tomaron mucha importancia, necesitaban recostar a Harry y asegurarse de que estuviera bien.

Lo siguiente que hicieron fue quedarse para poder echarle un ojo, no tenían idea de como iba a despertar ya que beber no era precisamente su fuerte. Durmieron en donde pudieron y se turnaban para ir al cuarto y revisar que todo estuviera en orden.

Harry se despertó cuando escuchó murmullos en la sala, lo primero que pasó por su cabeza fue Louis, pero el dolor punzante no lo dejaba escuchar con claridad, se levantó con cautela, y a pesar de no estar totalmente consciente, se dio cuenta que Louis no se encontraba entre las personas ahí. Se quedó escuchando la conversación detrás de la pared.

– ¿Crees que sepa que se fue?

– Liam, no lo sé – Niall rodó los ojos – no lo creo, ellos no volvieron a hablar, nosotros estuvimos juntos todo el tiempo así que no hubo oportunidad de que sucediera – dio un sorbo a lo que sea que hubiera en la taza.

– ¿Deberíamos decirle? – preguntó Liam cauteloso mientras observaba el desastre que había más allá en la cocina.

– ¿Para qué mierda le quieres decir, para que lo persiga y no lo deje en  paz? Louis ha pasado por un montón de cosas para que le hagamos esto, así que ni siquiera pienses en abrir la boca.– Liam solo se limitó a asentir, no importaba cuánto peleara con Niall, nunca le ganaría porque tenía razón.


Se había ido.

Louis se había ido y probablemente era lo mejor.

Aunque le doliera con todo el corazón, tenía que dejarlo ir.



Imagine [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora