9- Estoy Citada Con Un Profesor

40 9 0
                                    

La tarde había dejado atrás un día bastante productivo. A pesar de no haber podido usarlo para descansar o relajarme, me alegraba de que al menos hubiera servido para solucionar parte de mi listado de cosas por resolver.

Saqué de mi recién ordenado armario un sobretodo formal y elegí un bolso a juego con los incómodos zapatos de tacón.

Iba a entrar en la academia de más prestigio del mundo, no podía presentarme allí con unos jeans rotos y zapatillas de deporte.

Seré la loca elegante", pensé avergonzada.

Encaminé mis pasos hacia el campus y, antes de llegar al muro exterior que lo circundaba, ya me dolían los pies.

Frente a mí se hallaba de nuevo la barrera de la entrada. Oteé los alrededores del muro buscando un telefonillo o un timbre... algo que pudiera servir para decir, "eh, ya estoy aquí, tengo cita a las siete".

Pero no encontré nada, ni siquiera una cámara de videovigilancia.

¿Cómo se suponía que iba a entrar?

Al cabo de cinco minutos, y después de haber hecho media maratón por el hormigón de la calle, repentinamente la barrera se abrió con un ruido estruendoso, dejando vía libre a las instalaciones del campus.

El edificio de la academia se encontraba más adelante, a unos cincuenta metros a través de un camino enladrillado bajo unos arcos decorativos de mampostería. No tenía ni idea de dónde tenía que ir, pero supuse que, como todo instituto de secundaria o universidad, tendría alguna conserjería u oficinas donde preguntar.

"Hola, soy Verónica Reyes, tengo una cita con Shouta Aizawa sensei".

Qué vergüenza...

Luego de recorrer todo el camino rodeado de jardines bajo la tortura de mis zapatos, conseguí llegar al edificio en sí. Probé a llamar a una de las puertas que tenía ante mí y al no obtener respuesta, llamé a la de al lado, la cual tenía un mapa del campus pegado al cristal por dentro.

Nadie.

¿Pero dónde estaba todo el mundo?

Miré mi teléfono móvil. Las siete y doce.

Como para no llegar tarde, me dije.

Entonces se me ocurrió buscar en el listado de llamadas el número desde el que me había llamado Aizawa por la mañana. Contestaría, vendría, abriría, hablaría y me esfumaría...

Hice rellamada y esperé quince tonos.

Nada.

Tiré el móvil dentro del bolso y resoplé fastidiada.

¿Me citaban en una empresa famosa y nadie salía a recibir? ¿Pero qué clase de sitio era ese?

Se me ocurrió darle la vuelta en redondo al edificio para buscar una entrada o alguien a quién preguntar, pero todo estaba completamente cerrado a cal y canto. No había señales de vida alguna.

Maldita sea, alguien debía haber allí, si no, ¿quién habría abierto la barrera?

Normal, no era horario lectivo... los alumnos estarían en ese momento en sus horas de ocio en...

Recordé el mapa de la entrada y volví allí a mirarlo en busca de algo que me ayudara a encontrar alguna pista que me dijera algo. Se trataba de un campus, por lo tanto tendría algún edificio donde los internos se recogieran al terminar sus clases.

Empecé a pasar el dedo por el mapa de instalaciones exteriores sobre el cristal.

"Territorio Beta, Territorio Gamma, Gimnasio Gamma, Heights Alliance, Estadio, Centro de simulación de desastres y accidentes..."

Yakusoku - PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora