Capítulo 26:

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Lunes 1 de agosto – 07:15 am – Paddington, Londres

~Joe~

La noche fue eterna, entre el calor y las pesadillas... soñaba, despertaba agitado y transpirado, me disponía a dormir pero la pesadilla seguía, Ben aparecía en ese sueño, tal vez porque fue en lo último que pensé antes de cerrar los ojos, intentaba interpretar el sueño mientras me duchaba. 

Al salir del baño limpio e higienizado, me vestí y una vez listo para ir a desayunar, fui al comedor donde me encuentro con Madeleine de buen humor.

—Buenos días, osito. –saludó ella

—Buenos días. –respondí abrazándola y dándole un beso en la frente

—Pasaste una mala noche, es por eso que hice tu desayuno favorito. –dijo ella sirviendo el café para ambos

—Tú sabes cómo animarme, será un día difícil en la oficina. –comenté recordando la charla pendiente

— ¿Mucho trabajo?

—Si, y sólo somos dos. –agregué 

— ¿Dos? ¿Y el otro inútil? 

—Maddie deja de tratar así a Ben, él es de publicidad cumple otro rol.

—Trae trabajo a casa tal vez, pueda ayudarlos.  

—Eres un ángel pero debo irme a trabajar. –dije tomando el último sorbo de café

08:30am

Entré en la oficina, sólo estaba Gwilym al teléfono, me coloqué en mi cubículo, prendí la laptop esperando instrucciones nuevas, ya que el viernes habíamos terminado todo lo pendiente...

Minutos más tarde, Gwil seguía en el teléfono, me preparé un café en la cocina, cuando estaba regresando a mi lugar siento un beso en mi mejilla, me paralicé... hasta que note a Lucy colocándose delante de mi... 

—Buenos días Joey, ¿Cómo te encuentras? –dijo mientras prendía su laptop

—Buenos días Lu, bien, sorprendido pensé que te habías ido de vacaciones nuevamente.

—No, estamos endeudados de las primeras, comeremos conservas hasta que cobremos nuevamente. –dijo entre risas

—Lucy, ¿de veras? Porque no me pidieron ayuda, con gusto les prestó. –ofrecí

—Si gastamos mucho pero no a ese extremo. –seguía diciendo

—Cualquier cosa saben que cuentan conmigo. –dije 

—Gracias Joey, ¿Gwil te ha dicho que teníamos que hacer hoy?

—No... desde que llegué está al teléfono. 

—Mejor... no notó mi tardanza...

—Y la de Ben. –dije por lo bajo 

— ¿¡QUÉ!? –gritó mientras giraba su cabeza violentamente hacia la oficina oscura y vacía. 

—Este idiota se durmió. –dijo molesta buscando algo entre su bolso

Tomó su teléfono, pulsó dos dígitos seguramente porque lo tiene como marcación rápida, se lleva el dispositivo a su oído...

—BENJAMÍN JONES HARDY... ¡TE QUEDASTE DORMIDO! –gritó ella

— ¿Qué? ¿Qué es eso?

—Los matare a ambos. En quince minutos te quiero aquí, aprovecha que Gwil está ocupado...

Algo nuevo... eso te incluye a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora