Capítulo 38:

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Domingo 4 de septiembre – 02:15pm – Londres

~Joe~

Mis padres insistieron en que nos quedáramos a almorzar, mi madre preparo lasaña, la comida preferida de Mary, y volví a sentirme un niño, un niño sentado junto a sus hermanos que hacen bromas por lo bajo, los tres esperando entre risas que mamá ponga su plato especial delante de nosotros mientras que nuestro padre nos mira sonriente porque seguro esta teniendo una especie de Deja vú, lo único que ha cambiado que ya no somos niños, la mesa se expandió porque se sumaron dos desconocidos que se volvieron familia haciéndose llamar, mis cuñados y dos hermosos torbellinos a las que llamo; sobrinas. 

Luego de la sobremesa, panza llena, corazón contento como alguna vez escuche decir a Ben, me despedí de mi familia para dirigirme directamente hacia el departamento rogando que fuese cierto que estaría allí.  

Entro sigiloso al apartamento siendo recibido alegremente por Frankie, la tranquilidad invadió mi cuerpo, que ella estuviera era buena señal. Me agacho para tomar a la cachorrita en brazos y juntos dirigirnos al dormitorio. 

Al entrar en la habitación, del lado que acostumbra mi novio, noté un bulto debajo de las mantas, cuidadosamente, apoye al animalito en su camita, me dirigí a mi lado de la cama, me senté para quitarme las zapatillas, seguí abriendo la cama para terminar acostado junto al bulto que nada más, ni nada menos era Ben completamente dormido de costado. 

—Perdón, perdón, perdón, perdón. –repetí incontables veces tomando su rostro y depositando besos cortos en sus labios

— ¿Cuántas veces te he dicho que si me amas me dejes dormir? –preguntó con su voz ronca

—Es que eres demasiado tierno mientras duermes. –dije acercándome más a él 

—Déjame ser tierno entonces.

—No puedo controlar la extrema ternura que provocas en mí. –seguí diciendo mientras apoyaba mis manos en sus mejillas calentitas

—Entonces deberé replantear la convivencia porque también necesito dormir. 

—Deberás dormirte después que yo. –dije 

Lo tenia tan cerca que no pude contenerme a besar sus tibios labios

— ¿Almorzaste? –pregunté después de un rato 

—Si... ¿tú?

—Tuvimos un almuerzo familiar... mi mamá insistió en que sigas yendo, incluso quiere que vayas a tomar el té una tarde. 

—Lo haré... cuando me recupere.

— ¿De que debes recuperarte? –pregunté confundido

—De la vergüenza que me has hecho pasar Joseph Mazzello III

—Eres demasiado dramático... y te falto el Francis. –dije entre risas

—Si lo decía me hubiese quedado sin aire antes de poder terminar. –bromeo 

—Realmente tienes un problema con mi nombre. –me reí

—Es muy largo. –dijo para luego depositar un beso en mi frente

— ¿Don perfección tiene otro nombre? –pregunté

—Si aunque nunca lo sabrás –dijo seguido de un intento de risa malvada

—Lo buscaré en tus papeles de ingreso a la agencia.

—Sólo aparece la inicial. 

—Le preguntaré a Lucy.

Algo nuevo... eso te incluye a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora