Mente de David
-Estuvimos caminando durante un buen tiempo hacia el norte para recolectar los suministros para que las personas del refugio pudieran vivir un día más, ya íbamos por el tercer día de la tarde en este viaje directo al infierno al menos era así bajo mi punto de vista. Y ahora para nuestra mala suerte y como si no tuviéramos suficiente con nuestro sufrimiento, llegamos a un antiguo terreno baldío que estaba cubierto por yerbas muertas y césped bastante seco que cubría los antiguos establecimientos, junto con un olor repulsivo a moho ante el material degradado ya que estaba compuesto por materiales de segunda mano. Le di a Lucy una mascara especial para que pudiera caminar por el sitio con mas seguridad y aunque yo podía encontrar un atajo tenia el presentimiento que eso seria una mala idea.
- Ni un alma a la vista, mis ojos me ardían por la atmosfera toxica del terreno y quería salir de aquí lo más rápido posible, y como dije no había ningún alma en el lugar al menos, no humana. Vi una figura cuadrúpeda en la lejanía cubierta por una niebla grisácea, Lucy apresuro el paso hacia dicha figura pero la detuve porque tenia miedo si eso era algo que nos podía perjudicar, ella no parecía hacerme caso y fue corriendo hasta la figura que mientras nos acercamos a ella se hacía más visible, pasamos por la niebla espesa que separaba a la figura de nosotros y nos encontramos con algo impactante.
- Lucy: wow, mira mueve la cola al vernos.
- David (asombrado) ¿pero cómo es posible esto? ¿un perro vivo?
- Lucy: ¿Por qué estas tan sorprendido David?
- David a: mira al perro, esta en perfectas condiciones, no se ve signos de hambre o de sed ni siquiera esta sucio.
- Lucy: a lo mejor alguien le dio un buen cuidado.
- David a: lo dudo, esto me da mala espina nadie puede tener tantas ventajas como para darle a este inocente ser vivo un gran cuidado. Además, como este animal no presenta signos de enfermedad a causa de la atmosfera del sitio.
- Lucy: no lo se, no te rompas la cabeza David, hay cosas que es mejor no saberlas de antemano.
- David a: (suspirando): tienes razón, ¿Qué hacemos con el perro?
- Lucy: podemos llevarlo, si el pudo sobrevivir en plenas condiciones no esta mal que este bajo nuestra compañía ¿Qué dices?
- David a: muy bien, llevemos al perro. Aunque aun siento que pueda ser una mala idea
- Lucy: sii muchas gracias David. oíste amigo iras con nosotros
- El animal empezó a ladrar y a girar persiguiendo su cola, era un perro de color blanco y no era de raza, tenia ojos de color café y una lengua larga que babeaba sin cesar y tampoco tenía un collar o algo que dijera que el animal tuviera un dueño anterior. la única conclusión lógica que tenia del animal es que como cada ser vivo, este se adaptó al cambio de las condiciones geológicas a través de un proceso lento y quizás doloroso. O también podría haber sido por un tema más sobrenatural, aunque no quisiera pensar mucho en esa clase de cosas uno no puede exceptuar estos hechos tan extraños que dejan mas preguntas que respuestas.
- Lucy: y... como lo llamaremos.
- David a: ...
- Lucy: ¿David?
- David a: ¿Qué pasa?
- Lucy: ¿Cómo llamaremos al perro?
- David a: no lo sé, a mí me da lo mismo.
- Lucy: (pensando) que te parece leo.
- Leo: "woof woof"
- David a: ¿parece que le gusta, pero porque leo?
- Lucy: es mi signo zodiacal.
- David a: ¿todavía algo como eso existe?
- Lucy: bueno, me gusta mucho la astrología.
- David a: muy bien, no te juzgo por eso.
- Lucy: ¿y dime cuales tu signo zodiacal? Aunque es claro que no te importa.
- David a: géminis.
- Lucy: ¿en serio, cuando naciste?
- David a: ...
- Lucy: ¿David?
- David a: no se si me creerás cuando te diga el año y el día en el que nací.
- Lucy: te creeré no te preocupes. No es así leo
- Leo: woof
- David a: jejeje, bien, nací el 10 de junio de 1998
- Lucy: ... ¿acaso me estas jodiendo?
- David a: después de todo lo que te Conté ¿aun no me crees?
- Lucy: (nerviosa) dime tu edad.
- David a: tengo exactamente unos 1029 años de edad.
- Lucy: ...
- Leo: woof.
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La maldición del conocimiento
SpiritualEl constante deseo nos conduce a la locura, y la búsqueda del saber nos ayuda a despertar en la cruel realidad