capitulo 21: Frio

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la idea clara que se tenía para el momento era el de simplemente dejar que el perro los guiara, Lucy sintió la necesidad de seguirlo mientras que David solo aplico la lógica en sus argumentos para seguir al perro, ninguno de ellos sabría de lo que hubiera pasado si se quedaban estoicos en medio del camino por otro minuto más, el resultado habría sido inevitable.

Arena decorada por manchas del profundo tono carmesí, la sangre impura reseca por el sol, y un pavimento de kilómetros de distancia en estado deplorable, las moscas posadas en los cadáveres eran los únicos que disfrutaban de su festín de muerte e iniciando su proceso de asunción, la mala distribución de la vida, educación y valores, aun si es persistente como para prescindir en la era actual son inadmisibles. Todo hombre que nace en lo bajo, termina en los huesos.

Nadie aprende, pocos se resguardan y muchos imploran, imploran con todo a lo alto, ya nadie puede aprender, simplemente es un factor del cual ya no podemos beneficiarnos. Me pregunto desde lo mas profundo de mi agonizante espíritu aun regodiento del hambre, de la justicia, ¿Qué será de los niños? ¿Qué será de mí? ¿Qué será de... de... dios...?

Terror, solo eso hay que esperar, tantos avances terminados, tanto potencial desperdiciado. ¿había algún motivo para mantenerme vivo? Creo que no.

Aun me quedan algunas cosas que hacer en esta tierra mugrienta, mi lista de venganza esta casi completa, mi registro pesa con cada gota de tinta que anote sobre ella, fue una vida larga debo admitirlo, pero la persistencia de la lucha y mi hambre de justicia no es algo que pueda quitarme, los recuerdos, la carga y las vidas. No más, no más, ¡NO MAS ¡

Lucy: espera David, no corras tan rápido.

David a: no más, no más por favor, no maaaaas.

Lucy: David, detente-gritaría nerviosa ante el acto de David.

David a: ¿uh? -se detiene de golpe y en estado de shock al oír la voz de su compañera.

Leo: woof woof.

Lucy: leo ven aquí muchacho, -gritaría dando señas al perro.

El nuevo compañero peludo haría prisa en alcanzarlos con un gran fulgor en sus ojos, pero David estaba perdido en sus pensamientos, confundido por la reacción momentánea al oír la voz de su colega, en muchos años no había experimentado estos deslices mentales, el peso de sus recuerdos lo derrotaron de sobremanera, se dijo a si mismo que nunca más perecería ante ellos y que el presente era lo importante, pero tristemente se había equivocado y volvió a fallar.

La constancia y la insistencia en su persona por ayudar a los débiles que no paraban de clamar por ayuda lo habían derrotado, había sucumbido ante lo único que podría vencer al rencor de hasta el mas frio de los individuos, que destroza el orgullo, pero brinda oportunidades, El arrepentimiento.

Lucy: David, David reacciona por favor, - dándole una cachetada fuerte a David que lo quitaría de su trance.

David a: ¿ah que? ¿Qué paso?

Lucy: empezaste a correr frenéticamente y luego quedaste viendo a la nada, ¿necesitas respirar? ¿o darte algo de espacio?

David a: estoy... bien. Solo tuve un desliz, algo que no me había pasado en mucho tiempo es todo. bien el perro se detuvo y estamos muy alejados de la ciudad, eso es bueno.

Lucy: debemos seguir caminando hasta nuestro destino, tenemos que llevar los suministros a esa pobre gente.

David a: tienes razón, al paso en que vamos llegaremos en 45 horas aproximadamente, si tuviéramos un auto es probable que el viaje dure menos de un día, pero la gasolina ya no es tan fácil de conseguir.

La maldición del conocimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora