Noche 4: Bomba (I)

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(William)

Abrí la puerta de mi apartamento y lancé las llaves sobre el aparador.

Había sido un día largo, y todas las pérdidas de amigos que "querían vivir la vida loca sin comprometerse" habían sido la palma de la jornada.

La Gran Limpieza no sólo provocaba que no quisiera irme a dormir, sino que también me destrozaba al pensar en toda la gente que había conocido y que ahora debía de estar muerta.

Me senté en el sofá con una cerveza entre las manos. El contestador automático volvió a pitar, diciéndome que tenía un mensaje.

"Will, soy yo, Kris. Hace días que no sé nada de ti. Estoy teniendo unas pesadillas horribles, por favor, ven a casa a dormir conmigo aunque sólo sea una noche. Te quiero."

Suspiré cansado. Llevaba así desde mi primer sueño en La Gran Limpieza, y sé que sonaré como un completo gilipollas, pero estaba cansado de que me llamara diciendo que me necesitaba. La razón era simple: otra chica no dejaba de rondar en mi cabeza.

Sus ojos profundos, su largo cabello y su lealtad me fascinaron desde el primer momento en que la vi. A veces las parejas se decían que matarían por el otro o cursiladas así, pero ella realmente lo había hecho. Había matado a tres tipos cuando yo había sido un auténtico imbécil con ella. Pero lo mejor había sido poder observarla dormir. Si me concentraba mucho, aún podía sentir su piel entre mis brazos y el olor de su pelo.

El único problema era que no podía recordar nada de lo que me había dicho. Tenía el leve presentimiento de haber recordado su nombre en mi sueño anterior, cuando la vi tumbada sobre la hierba. También creía haberla llamado, y lo que se me había grabado a fuego era su cara de pánico al verme. Recuerdo haber parado al ver su expresión y sentir las ganas de llorar aflorar en mi pecho.

Otro mensaje entró en el contestador.

"Will, contéstame, una vez al menos."

Dejé la cerveza sobre la mesa del comedor y me fui a dormir. No tenía ganas de seguir oyendo a Kristina mandándome mensajes una y otra vez. Me quité la ropa, quedándome en bóxers, y me tiré sobre la mullida cama.

La incomodidad de un traje fue lo primero. Lo segundo, el gran rascacielos repleto de ventanas ante mí. Decenas de personas entraban en él, con el manos libres en su oreja y ajenos a lo que pasaba a su alrededor. Sobre la puerta, un rótulo gris que ponía "Money S.A." en letras negras.

Inconscientemente, me reí ante la imaginación del nombre de la empresa.

Accedí al interior del edificio y me permití maravillarme por un momento del lujo a mi alrededor. Hombres con Rolex y mujeres con collares de perlas y tacones de suela roja se paseaban ante mí por el gran vestíbulo. Los techos estaban cubiertos por lámparas de araña, que hacían un extraño contraste con la sobriedad del exterior.

Una mujer se acercó a mí.

-¿John Gómez? Debe de haber sido un vuelo largo desde Argentina -me señalé a mí mismo, incrédulo ante las palabras de la mujer. Tenía pinta de todo menos de Español Latino-. Vamos, no podemos llegar tarde a la reunión -me agarró del brazo a la vez que me daba cuenta de la situación. Era primeriza.

Salimos del gran vestíbulo y caminamos por pasillos que iban a juego con el exterior del edificio. Una gran puerta de cristal nos esperaba al final del pasillo.

Le sonreí coquetamente a la chica. Era guapa, y parecía de las fáciles.

Puede que fuera un sueño, pero también tenía derecho a disfrutar.

La imagen de la chica de ojos azules pasó fugazmente por mi mente y sentí un mareo.

-¡Señor Gómez! ¿Está usted bien? ¡Dios mío, voy a por un poco de agua! -la chica salió corriendo, dejándome tirado semiconsciente en medio del pasillo.

Me acerqué a una de las paredes y apoyé la espalda en ella. Cerré los ojos, intentando enviar lejos el malestar en mi cabeza.

"-Soy Abigail -observé la mano que me tendía, maldiciendo a Dios por hacerme conocer a un niñata tan estúpida.

Finalmente, estreché su mano, pensando en la chica desnuda que dormía a mi lado en el mundo real.

-William. Y recuerda: nada de acortarme el nombre, eso lo hacen los amigos, nosotros no somos amigos -apartó su mirada de mí, y yo sonreí cínicamente. Cuanto más lejos la tuviera, mejor."

-¿Está usted bien? -un hombre de mi edad me miraba desde las alturas. Se pasó la mano por el pelo castaño, claramente burlándose de mi estado.

Me levanté y miré directamente a sus ojos castaños, intimidándole.

-¿Por qué no iba a estarlo? -en ese momento llegó la chica con una botella de agua en la mano.

Rodeé los hombros de la chica y acepté la botella, mientras caminábamos hacia la puerta.

Dentro, un hombre canoso me esperaba mirando por el ventanal de su despacho, muy a lo Christian Grey.

-Jenny, puedes irte -la chica salió de la estancia y el hombre se dio la vuelta-. William Senford. Hacía tiempo que no oía nada de ti. Pensé que habías muerto -por alguna razón, aquel hombre no me inspiraba confianza.

-Pues aquí estoy. Vivito y coleando. ¿Qué quiere? -él se rió.

-Quiero que me hagas un favor.

-Yo no hago favores a nadie -levanté las comisuras de los labios, hipócritamente.

-Esto es especial. Creemos que hay una bomba en el edificio.

-Eso a mí no me concierne.

-Eso ya lo sé -soltó una carcajada sin humor-. Pero si no salvas a Jennifer no podrás follártela, y eso sería muy trágico -sonreí cínicamente.

-No me importa Jennifer. No me importa nadie -el hombre me miró largo rato desde el otro lado del despacho.

Finalmente, sonrió.

-Yo no estaría tan seguro. Puedes irte -me di media vuelta y salí de allí.

Avancé por los pasillos, sintiendo olores que no había notado antes. Perfumes, ropa nueva, metales... Todo llegaba a mi nariz. Pronto, mi cabeza se llenó de sonidos. Oía absolutamente todo lo que ocurría a mi alrededor, todas las conversaciones. Y un pitido. Dos. Tres. Pitidos que ya había oído antes, cuando me enfrenté a una amenaza de bomba y casi salgo volando por los aires.

Me dio igual, todo era un sueño. Aquellas personas ni siquiera eran reales.

Pero entonces, su olor inundó mis fosas nasales, y su voz, mi cabeza.

Y la vi.

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NO ME MATÉIS, SE ME OLVIDÓ SUBIR AYER OK? OK

William es un gigoló, cuanto antes lo aceptéis, mejor 😂

Pd. Sí, William se ha leído 50 Sombras.

Pd2. No, yo no me lo leí

Pd3. taty726 algún día veremos esa película *mira al horizonte* algún día...

Pd4. Ok, ya ._.

No muráis ››››luta

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