Cataclismo

175 12 21
                                    

Es una tontería decir que existe una especie de índice de lo que es aceptable y no lo es.

Las personas asumen que todos deben tener cierto sentido común, pero ¿basado en qué? ¿Cuál era el modelo que estaba siguiendo la población general? Quizás lo que era normal en los adolescentes de Francia no era normal en los adolescentes de América.

O al menos, eso era lo que pensaba Adrien Agreste, al despertar cada hora, a causa de los terrores nocturnos, preguntándose si lo que le pasaba era normal, pero aun si no lo fuera, iba a encontrar la forma de justificar ese sentimiento indescriptible, que carcomía su pecho, como si se tratara de un parásito afín a su miocardio.

-Adrien, tal vez deberíamos avisar a Nathalie de esto... - Susurró Plagg, enfocando sus brillantes ojos a la puerta de la habitación. – Tal vez pueda convencer a tu padre para que regrese.

-No sé de qué estás hablando. Todo está perfectamente. – Adrien se concentraba en inspirar y espirar cada 4 segundos. Los ejercicios de respiración estándar para evitar ataques de ansiedad – No necesitamos decirle a nadie.

Plagg suspiró mientras se acercaba a Adrien, posando sus pequeñas patitas en la frente de este. No tenía fiebre, pero por alguna razón no podía parar de sudar excesivamente. Por más que fuera una criatura un tanto distante con su amigo, sentía mucha pena y necesidad de abrazarlo para contenerlo al darle un mínimo de calidez. Aún cuando era un millonario, muchas cosas en su vida no habían sido del todo fáciles.

El día había sido un completo desastre para su protegido. Adrien había presenciado el momento en el que Nathaniel le había dado el retrato a Marinette. Había decidido intervenir, pero Plagg se lo había impedido. Pues para este punto no tenía sentido humillarlo nuevamente (Aunque, esta vez no estaba seguro de quien humillaría a quien). Sumado a ello, la sesión vespertina de fotos del joven Agreste de había arruinado, pues el joven no era capaz de sonreír sin parecer un maniaco psicópata. La terrible actitud que este había adoptado con las maquillistas tampoco estaba ayudando en nada. Por primera vez, el que era conocido como un ángel con todos los empleados, estaba deshonrando su apodo. Finalmente fue despedido.

Despedido. Adrien Agreste nunca había sido despedido de ningún trabajo. Ahora tenía una mancha en su historial como modelo. Y encima el escándalo no tardaría mucho en hacerse público. La reputación agradable y gentil que había trabajado por esos años había sido arruinada en un desliz de un par de minutos. Su padre lo mataría en cuanto se volviera de su viaje. Si no es que adelantaba su retorno solo para echarle en cara todas las cosas que le debía por el hecho de educarlo y proveerle, como padre soltero. "¿Si quiera tenía una idea de lo que significa ser un verdadero padre?" Mientras iba pensando esto, empezó a subir y bajar las ventanas de la Limosina.

Nathalie estaba preocupada por el joven, pero ella se percibía como una persona más bien lejana a él, por lo tanto, lo que dijera no tendría ningún efecto en él. Sin embargo, trataría de retrasar el que Gabrielle se enterara de la situación. Rápidamente le sugirió que pasara la tarde con sus amigos o con su novia, pues no le había pasado inadvertido que Adrien realmente quería a la muchacha. Ella se encargaría del resto.

Adrien se sorprendió bastante ante la inesperada accesibilidad de la asistente de su padre, ella no solía mostrar ningún signo de fallar en sus términos de lealtad. Si bien, la dama ya no solía meterse en sus asuntos, era una presencia constante de control y disciplina, a pesar de tratarse de una especie de títere de su padre.

Sonriendo para sus adentros, recordando la hospitalidad de los padres de Marinette, y como, si las cosas seguían marchando bien, ya no tendría que preocuparse por seguir buscando una mejor figura paterna (bendito seas, Tom Dupain, bendito entre todos los buenos padres de los buenos padres) Si, sería una linda sorpresa ir a visitarla. Podría llevarla a esos jardines que tanto le gustaban a su madre, aquellos que eran hermosos aún cuando la nieve se posara en cada rincón de la construcción. Podría volver a confesarle su amor y volver aquel día una cosa mágica junto a su adorada y perfecta chica de labios rosados.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 14, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Si la vida te da tomates...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora