Siglo XVIII, 1708, 10 de diciembre
3:12 P.M.Cerré la puerta lentamente, como si no quisiera hacerlo, como si con ello estuviera bloqueando la entrada de mi corazón al mundo entero. Cerré la puerta donde guardo todos tus recuerdos y regalos, le di la espalda después de bloquearla bajo llave y suspiré pesadamente.
—Me prometiste que veríamos nuestras flores renacer cuando llegara la primavera... por muchos años... no que te marcharías todo ese tiempo...
Apreté la manija y metí la llave en la cerradura de nuevo, la abrí con tal de ver su rostro una vez más para no olvidarla.
Verla retratada en tantos cuadros me da paz, ver las cosas que anhelo obsequiarle cuando vuelva me regalan una pequeña chispa de esperanza.
—Te he pintado... dibujado... incluso moldeado con ayuda de Nazaire para no olvidarte. —Un pequeño nudo se formó en mi garganta, tragué saliva invisible y finalmente me atreví a nombrarla—: Mavra.
Observé su sonrisa detalladamente, aún recuerdo la primera vez que la dibujé... fue hace tantos años.
Vagué por el salón y me detuve en mi mesa de trabajo.
—En este cuaderno está tu retrato más vivo y perfecto... el primero de todos —digo como si pudiera escucharme mientras tomo la libreta entre mis manos.
Repasé la hoja con la yema de mis dedos y respiré profundamente. Todavía recuerdo esa tarde, mientras ella tocaba su violín yo la retrataba tan alegre que nunca me hubiera imaginado que esa iba a ser la última vez.
—Tengo miedo a olvidar tu rostro —espeto, mordiéndome los labios como ella lo hacía.
He pintado y dibujado tanto, incluso he intentado representarla como cómo se vería ahora pero nada me convence. Es imposible retratar la belleza tan única y perfecta de esa niña.
—¿Cuándo piensas volver? —le pregunto a la par de dejar caer mi mano sobre el cuaderno—. He estado intentando no olvidarte... pero si no regresas va a ser muy difícil para mí no hacerlo... —espeto decaída.
Giré sobre mis pies y observé el salón, un pequeño museo solo de ella.
—¿Puedes creerlo, Mavra? El cómo terminé así... No es de extrañar, ¿cierto? No se puede considerar raro... No llega a ser una obsesión... No al ver cómo te arrebataron de mi lado.
Observé todos los retratos y lentamente me dejé llevar por la melancolía.
—El primer año olvidé tu tacto —comienzo serena—, el segundo tu voz... el tercero tu figura... Pero aquí estoy el día de hoy, intentando plenamente recordarte... en tu estación.
Suspiré pesadamente y dejé que el frío invadiera mi cuerpo.
—Pero tú me pediste que te esperara, y así lo haré... aunque me hiera... —espeto temblorosa.
***
—¿Ya vio todo esto, su alteza? —me pregunta mi maestro.
—Sí...
—¿Qué le impide terminar los cuadros? —me inquiere, dejando un paisaje invernal incompleto sobre la mesa oscura.
—Ella...
Abrió la boca para decirme algo pero en seguida se puso a pensar.
—¿Cada cuánto la pinta?
—Cada vez que me inspiro, muchas veces tengo que irrumpir el proceso por ella —le digo señalando los cuadros con la mirada.
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El Caballero de la Reina II [La caída del reino]
Historical Fiction¿Mavra ha regresado? Dabria va a ser coronada como reina. ¿Dónde está el tan aclamado caballero que protege a la princesa? Dabria ha arriesgado su vida de nuevo. ¿Alguien siquiera la ha visto desde aquel verano? Dabria sabe todas las respuestas. Per...