1. Einstein lo llamaban

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Primer día de clases. Nada tiene porque salir mal si todo sigue como hasta ahora, ¿no?

Pues no.

Que viva el positivismo.

La profesora entra, y detrás de ella el que supongo que es el chico nuevo. No soy muy observadora que digamos, pero oye, de las caras sí me acuerdo, y la suya no me suena.

Es alto y moreno aunque tampoco le presto mucha atención porque estoy más centrada en mi libro. En realidad no suelo prestar mucha atención a nadie, ¿por que lo haría? Me interesa mas la vida de la protagonista que la de la gente de a mi alrededor. Sin ánimos de ofender ehh.

Si claro.

La profesora interrumpe mi hilo de pensamientos empezando la clase:

—Sentaros todos. Dani siéntate al fondo, en el sitio libre.

Ni de coña.

Je, je.

Por si no os habéis dado cuenta, el sitio libre del fondo es el mío. Otro dato que viene bien saber es que no me gusta hablar con mis compañeros, o la gente en general. Sacan mi lado irritante, no es que tenga un lado amable del todo, pero sí mas soportable, y ese ha salido muy poco últimamente.

El caso es que el chico -Dani- se esta acercando a la mesa que tengo al lado y yo ya no se como actuar. Normalmente a mi me suelen dejar sola, para los de mi clase soy 'la chica rara' -muy original, lo se-, no salgo de fiesta, no socializo, prefiero los libros a el alcohol, y lo mas importante -para ellos-; nunca me he besado con nadie. Ni se ha dado la oportunidad, ni es algo que a mi me interese ahora mismo, así que mejor dejamos el tema.

—Hola— saluda el chico a la vez que se sienta.

Yo solo asiento con la cabeza en su dirección y sigo a lo mío. Si lo que quiere es entablar una conversación no lo muestra. Se queda ahí, sentado, tomando apuntes, como si lo que fuéramos a dar el primer día fuera a servirnos de algo para el resto del curso.

Seguramente sí.

Cállate.

A mitad de clase, llaman a alguien por megafonía para ir a recepción. Yo sigo con mi libro y un lápiz en la mano para "simular" que estoy tomando apuntes y que no me llamen la atención como ya han hecho con varios de mis compañeros.

—¡Morales!— levanto la cabeza cuando oigo mi apellido salir de la boca de la profesora. Mierda. — ¿Me estas escuchando?

No. Te. Pongas. Roja.

Tarde.

—Te decía que acompañes a Dani a recepción que no se sabe el camino, —sacude la cabeza en mi dirección mientras dice esto— y así ya le muestras el resto del colegio. —aclara.

Miro a Dani. Me mira. Aparto la mirada y maldigo a quien sea que me escuche por esto. Cierro el libro, nos levantamos a la vez y salimos por la puerta sin decir nada más bajo la mirada de la profesora. Diría que luego voy a ir a quejarme por interrumpir mi educativa clase por esto, pero creo que solo conseguiría llevarme otro grito mas.

Nuestra clase esta en el tercer piso, así que bajamos las escaleras en silencio y cuando salimos al patio de nuestro curso giramos a la derecha para ir a recepción. El no dice nada y yo mucho menos. Miro por el rabillo del ojo como el mira distraídamente a su alrededor al mismo tiempo que se muerde el labio inferior. ¿Eso debería ser sexy?

Gira la cabeza en mi dirección cuando nota que lo estoy mirando y aparto la mirada rápidamente. Mas que nada para que no se crea que soy una psicópata.

Quizá No Tan Distintos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora