Familia

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Daniel llevaba una bonita bolsa de regalo color amarillo en tono pastel y con un moño rosa, busco con la mirada a Johnny para entregarle el presente para su amada sobrina. El día anterior de regreso a casa el pelinegro paso por una tienda de juguetes y en el mostrador vio un adorable osito color crema y con un gorrito de dormir, se estacionó fuera del local y lo compro. Aunque la pequeña Sam ya tuviera casi 6 meses de nacida aun no tenía algún juguete.

Y esa decisión fue por una gran razón; el padrastro de Johnny, Sid. Johnny desde que supo del embarazo se movió por todo el Valle buscando un trabajo de medio tiempo y lo consiguió así que el dinero no era el motivo de la falta de juguetes y algunas cosas para Samantha. Un día después del nacimiento de su hija su padrastro pidió hablar con él. Johnny sabía que nada bueno vendría de esa conversación el que lo llamara para felicitarlo fue completamente descartado. Y tal como lo sospecho Sid le hizo lo peor hasta ese momento; le dio un plazo de 7 meses al rubio para irse de la gran mansión pues el gran hombre de negocios se sentía avergonzado de tener un hijastro abandonado por su novia y con un bebé así que Johnny no quiso comprar algunas cosas hasta tener un lugar seguro. El plazo estaba por terminarse y todavía no hallaban un hogar. El rubio pensaba en un pequeño departamento cerca de la familia LaRusso ya que por su trabajo de vez en cuando Lucille cuidaba de Sam para que Johnny pudiera asistir a sus turnos por la tarde, pero no habían encontrado nada.

Al finalizar sus clases Daniel se acerco a Bobby con la intención de preguntarle sobre Johnny, él le contesto que su amigo falto a sus clases de ese día. El pelinegro le agradeció y fue directo a la casa del rubio. Espero unos segundos frente a la puerta. Laura lo recibió con un abrazo.

-Daniel siempre llegas en el momento indicado pasa – Laura colocó el bolso en su muñeca – Sam y Johnny pasaron muy mala noche – suspiro – no resistí ver a mi hijo tan cansado y prometí cuidar a mi nieta, pero Sid me llamo, me necesita en una comida de negocios para entretener a la esposa de su futuro socio

-con gusto cuidare de ambos – Laura rio ante el comentario de Daniel – puede irse tranquila yo me encargare

-gracias Daniel – Laura cerró la puerta y Daniel subió a la habitación de Johnny, lo primero que vio al entrar fue ni más ni menos que al mismo John Lawrence durmiendo abrazado a una almohada. Supo que su sueño era bastante pesado cuando Sam comenzó a llorar y Johnny no la escucho

-así que una bebé de 6 meses acabo con el rey del Karate – dio el pelinegro tomando entre sus brazos a la pequeña – mira que tu padre es un ser muy enérgico no cualquiera lo derrota con facilidad – de nuevo dirigió su vista al rubio – creo que solo tu y yo lo hemos logrado – regreso su atención a Sam – debes sentirte orgullosa – Sam sonrió – será mejor que dejemos a tu padre descansar, traje un regalo para ti y te va a encantar

Luego de tres horas Johnny despertó, al fin logro dormir lo suficiente como para recuperar las horas de sueño perdidas los últimos días. Entre su trabajo, escuela, tareas y Sam cada vez lograba descansar menos. Si no fuera por la ayuda de Daniel, hace tiempo se habría dado por vencido. Recuerda el día que su desesperación y cansancio terminaron con él, ese día lloró en los brazos del pelinegro mientras decía lo decepcionado que estaba de él mismo y de su temor por ser un mal padre para Samantha. Daniel lo escucho, lo consoló y luego le recordó lo que una vez le prometió "cuando estábamos Ali fue a hacerse la prueba de embarazo yo te dije que su hijo o hija tendría un tío que cuidaría de él o ella y así será, no los dejaré solos Johnny". Eso fue suficiente para hacerlo recuperar su ánimo y seguir adelante.

Vio su reloj "6:00 PM", hace una hora le tocaba alimentar a Sam, quito las sabanas de encima y se apresuro a la cuna de su hija, al no verla se asustó y busco por toda la habitación él no era un experto en bebés, pero estaba casi seguro que un bebé de seis meses no podría bajar de su propia cuna y escaparse. Su siguiente movimiento fue inspeccionar las escaleras y al bajarlas todas pudo ver una imagen que logró tranquilizarlo y enternecerlo. Daniel mecía entre sus brazos a Samantha quien tenía puesta su mirada en el pelinegro mientras abrazaba al oso de peluche.

- ¿crees que debamos despertarlo? – preguntó Daniel en voz alta y la bebé respondió con un balbuceo – tomare eso como un no – pensó en qué podría decirle a Sam – sabes tienes suerte de tener un papá como Johnny y un tío como yo, cuando crezcas los dos te ensañaremos nuestros estilos de karate serás como una combinación de los dos. Solo ten paciencia con tu padre a veces se autoexige demasiado y puede llegar a ser un verdadero cabeza dura – rodo los ojos – admito que también yo lo soy en algunas ocasiones por favor no seas como nosotros

-por favor LaRusso lleva unos meses de nacida y ya estas ansioso por enseñarle a dar patadas

-debe aprender a defenderse

-para eso me tiene a mi

-claro Johnny ¿Qué harás cuando en el preescolar un niño o niña intenten quitarle su almuerzo? No creo que patees a un infante de 5 años

-obvio no

-generalmente tu eres el que busca las peleas y yo te detengo, esta vez quiero enseñarle a mi sobrina sobre defensa y tu te niegas

-porque ya son un padre responsable – Johnny cargo a Sam

-tenemos tiempo para decidirlo – el pelinegro sonrió – por ahora te tengo buenas noticias ¿recuerdas a Fredy?

-si

-sus padres se mudarán ahora que el ya se fue a la universidad y eso quiere decir que su departamento pronto estará disponible

- ¿en verdad? – pregunto emocionado – tengo que hablar con tu casera antes de que alguien más se interese por el lugar

-no será necesario, en cuanto lo supe me contacté con ella y me dijo que te espera la próxima semana

-gracias – dijo con un poco de timidez

[.]

Una semana y media después Johnny terminaba de colocar en su auto las últimas cajas de la mudanza. Luego de ahorrar y vender algunas de sus cosas pudo pagar un automóvil propio.

-los visitare las veces que pueda – prometió Laura – cuida mucho de Sam – beso la frente de su hijo y luego la de su nieta – y Daniel por favor cuida a Johnny – el pelinegro aguanto la risa después de ver como Johnny se llevaba la mano al pecho ofendido

-no se preocupe Laura el estará bien

Durante el resto del día ambos jóvenes lograron avanzar en desempacar y organizar algunas cosas. Al llegar la noche el pelinegro tuvo que detener la actividad pues Johnny quería seguir guardando algunas cosas.

-ni lo pienses – advirtió Daniel y le colocó un plato con comida frente al rubio – mañana tienes tu último examen del semestre y debes dormir bien – recogió la pañalera de la mesa – me llevaré a Sam y así podrás dormir mejor, más te vale terminar tu cena – y diciendo se fue a su departamento

Johnny no sabía de qué manera agradecerle, ni en un millón de años hubiera pensado que al chico que le dio varias palizas por robarle a su chica terminaría siendo su principal fuente de apoyo. A ese punto de sus vidas eran solo amigos, más bien ya eran una familia, una poco común, pero al fin familia 

Las cosas raras del amor (LawRusso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora