2017. Omega

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2017. Omega

El primer beso con Gus fue fuegos artificiales. Fue noche estrellada y cerveza de lata, furgoneta vieja con la pintura levantada y canciones tocadas con guitarra acústica por ojos brillantes, por bocas escondidas tras el humo de los porros, por cabezas inconscientes.

Louis nunca había besado a nadie. Al menos, eso creía. Estaba bastante seguro de que no había besado a nadie. Al noventa y cinco por ciento. Era posible que hubiera encontrado unos labios de los que sus padres no supieran nada, pero parecían cercanos a él. Les conocía desde hacía más de un año, y Louis había llegado a esa conclusión.

Le gustaba pasar sus dedos por la melena despeinada de Gus. Le gustaba que le besara en el cuello, y llegó a sentir placer en que le agarrara del culo y le susurrara «mío». Por Gus, a Louis le gustaba ser omega. Le gustaba cumplir con lo que se esperaba de él y que le mirara con orgullo. Aunque no era un omega perfecto.

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—No digas palabrotas, Louis, va. —Le cogió del brazo y lo arrastró hacia sí. Louis no supo qué decir —. Queda muy mal en omegas maldecir así.

Gus decía palabrotas todo el rato. Era hasta gracioso. Louis sabía que no debía decir palabrotas delante de su madre, pero nunca habría pensado que no pudiera hacerlas frente a su novio. Miró a uno de los amigos de Gus, que seguía tocando de manera distraída la guitarra. Louis le había dicho que «tocaba de puta madre.» Tampoco es que acostumbrara a hablar así. Solo... No sabía.

—Bueno. —Louis sonrió algo incómodo al amigo de Gus —. Pues que tocas muy bien —rio.

Sintió que Gus le soltaba. Louis se sentó en una silla a su lado. Estaban en su garaje. Gus y él llevaban saliendo unos meses. Gus iba y venía de Londres a Chestnut Hills y a veces se quedaba a dormir en la posada, pero pasaba las tardes en casa de los Tomlinson. Era buen chico. A su madre le caía bien. A su padre también, pero no le hacía mucha gracia que su hijo tuviera pareja.

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—¿Estás bien?

Louis tenía prohibido subir con Gus a su habitación de hotel. Así que siempre se despedían en la calle.

—La forma en la que le has hablado a Russel... ¿No te da vergüenza? —Louis abrió mucho los ojos. No supo qué decir —. Mira, es igual. Se me habrá pasado por la mañana, supongo.

Pero Louis no quería dejarle ir. No quería que su novio se apartara de él estando dolido. Le cogió del brazo, pero Gus se apartó.

—Yo... Gus...

—No, Louis. No es agradable que tu omega se comporte así.

Gus se fue. Louis comenzó a llorar.

atávico ; lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora