«El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A nosotros, los enfermos, nos reconocen por nuestras ojeras. Profundas ojeras que delatan nuestras noches en vela, despabilados por unos brazos que nos ocasionan fiebres devastadoras y nos...
«A veces nuestro orgullo nos ciega tanto que no podemos ver el trasfondo de unas simples miradas de amor.» - QST (Quiero ser tuyo)
CAPÍTULO 17
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Muchas veces los padres ocultan la verdad para no lastimar a sus hijos. Aunque a veces esto pueda ser perjudicial en un futuro lejano o tal vez cercano. Cuando los padres comenzaban a ocultar la verdad, ¿qué se puede esperar de las otras personas que los rodean? Tal vez se muestren de una manera para luego hablar pestes a las espaldas, cuando se da la suficiente confianza a una pareja para que luego tras una pelea, todos aquellos momentos de supuesta felicidad se vayan al tacho por rumores o fotos que no debieron ser expuestos. ¿Cómo es que se sentía cuando traicionan la confianza? ¿Cómo se sentía cuando se descubren ciertas verdades? Cuando se descubre la falsedad que para ellos era insignificante, pero para sus hijos, era el mundo entero.
— Qué es lo que quieres.
— ¿No puedo hablar con mi hijo?
— No te quiero en mi empresa, Gael —el viejo se negaba a obedecer a su hijo, por lo que pasó por alto su comentario y tomó asiento en la silla quedando frente a frente con Ángel Gray.
— En realidad, hijo mío —pausó pasando su mirada por toda la oficina del padre de Jileen pensando en todas las cosas que pasarían en adelante—, esta es mi empresa y tengo el poder de decidir sobre ella.
Lo que más podría enfurecer a Ángel era el egoísmo de su padre, ¿cómo es que podía ser tan ignorante ante los sentimientos de su único hijo varón?
— Qué quieres ahora —dijo resignado.
La primera vez después de años que su padre pisó esa empresa fue para comprar las acciones de esta, ya que estaba en decadencia. Por la mente de Gael solo pasaban números y más números, sin embargo, había una pequeña parte cerrada con llave en la que el corazón quería dominar sus ambiciones.
¿Vender la empresa en la que tanto se esforzó en construir y liderar? Eso no podría ser posible, no se la dejaría tan fácil a aquella persona que no aceptó a su familia. Por más que fuese su padre, sus hijos y esposa eran lo más importante para él frente a cualquier cosa o cualquier persona, y estaba muy seguro que lograría sacar a delante su empresa como lo llevaba haciendo desde el primer día.
— Mi único hijo —lo miró cruzando sus piernas— construyendo la empresa que yo le regalé, que ironía. ¿No crees que ya es tiempo de que regrese a su dueño?
Gael, un hombre de negocios, necesitaba de su hijo mayor. Iba contra el tiempo mientras su edad seguía avanzando hasta llegar a un momento donde su corazón se pararía, por lo que tenía que estar seguro de que su legado continuaría con su hijo. Herencia, todo lo que al viejo le preocupaba hasta el momento, si su hijo no tomaba posesión de sus empresas el apellido Gray se extinguiría de la Élite y eso no podía ser factible.
