favorite crime ➳ MIKEY; TOKYO REVENGERS

04: we ride.

Después de todo si me he perdido algo importante, la tan esperada reconciliación del ToMan había sucedido ayer en plena tarde, Emma me contó que gracias a Takemichi los dos idiotas se habían reconciliado casi al momento haciendo que todo volviera la normalidad, que presenciaron un partido de fútbol tonto y que Hina por fin había invitado a su novio al festival. Parecía que mi tarde con Kouki me había arrebatado la oportunidad de presenciar la reconciliación como tanto había deseado y en su lugar había estado repasando fórmulas que ya tenia comprendidas y malos chistes.

Ahora nos encontrábamos matando el rato en nuestra hora libre, Emma parecía muy emocionada de que el festival por fin fuera mañana, que su yukata ya estaba listo y que Draken había aceptado después de todo, las dos chicas había triunfado en su plan maravilloso de su cita y yo había triunfado en hacer que mi madre si me dejara asistir como ya tenía planeado.

-Kaede - Emma me llama - ¿Enserio no vas a llevar a nadie? No quiero dejarte sola.

-Te dije que estoy bien- insisto - Quiero divertirme sola, ademas no quiero tener que actuar toda linda para impresionar a un chico. No estoy de humor para eso.

Mi amiga asiente, no insiste mas. Nos quedamos sentadas, mirando la explanada grande en donde nuestros compañeros corrían de un lado a otro jugando o peleando entre ellos, adoraba tener horas libres porque podíamos relajarnos unos momentos antes de volver a poner nuestra mente a pensar. Todo había vuelto a la normalidad y era raro decir que se debía al chico que había aparecido de la nada, Takemichi inspiraba confianza y en cierta forma me recordaba a alguien y podía jurar que a Mikey también.

Me dejo caer por completo el césped recién cortado de la escuela, con los brazos extendidos, respirando hondo y sintiendo mi cuerpo relajarse un poco, enserio deseaba que pronto a mi madre se le pasara la idea del tutor y me dejara volver a hacer cualquier cosa después de clases con Emma. No iba a mentir, Kouki realmente era bueno y divertido, aunque solo cruzábamos palabras por las tareas y nuestros chistes sobre ser adultos eran muy malos y reíamos por compromiso, sus rizos me recordaban a los de los gemelos Angry y Smiley, sus largas pestañas se batían cada que cerraba sus párpados por largos ratos y sus camisas siempre estaban pulcras.

-Quiero ser doctora - pronuncio por lo alto haciendo a Emma abrir sus ojos - Quiero serlo.

-Tu madre estará contenta de escucharte decir eso - me apoya - Podrás hacerlo; ¿Aun apuntan a la universidad nacional?

Asentí. Aquello era algo que se sabía desde siempre, mi madre no había podido entrar y deseaba que mínimo yo pudiera cumplir su pequeño sueño, a veces deseaba dejarlo todo y otras veces ver aquella sonrisa en su rostro me hacía creer que todo valía la pena totalmente, ya le debía a mucho a mi madre así que mínimo debía de hacerla feliz con aquello. Además ser doctora era algo que me veía haciendo, atendiendo pacientes, cosiendo y cerrando cuerpos y recetándoles medicinas difíciles de pronunciar y de la cual nadie tiene idea que existen.

Emma termina por acostarse a mi par pensando también, se que ella ha ignorado eso y aún estamos en secundaria y no debería preocuparse pero conmigo hablando de eso constantemente podía creer que ella sentía que me adelantaba sobre ella.

-Puedo ver sus bragas - la voz de Draken nos hace pegar un respingo y nos volvemos sentar cerrando las piernas y sintiéndonos nerviosas, habíamos olvidado que habían chicos cerca - ¿No deberían estar en clases?

-Es hora libre - explico cruzando las piernas y llevando mis manos a mi falda sintiéndome un tanto avergonzado por aquello - Pero deberíamos volver al salón pronto o no nos dará tiempo cuando la próxima clase empiece.

Emma asiente, sin embargo soy solo yo la que se levanta del pasto dispuesta a irme, mi amiga me pide que me adelante con la mirada para que la deje sola con el chico de sus sueños, me despido una última vez de Draken dejándolos solos y aún sintiéndome avergonzada, creía que era tonta por olvidarme que seguía estando en la escuela y que ningún chico pasaría cerca de nosotras, al menos agradecía que se trataba de Draken y no de otro tipo molesto de año mayor o de nuestro salón quienes se descontrolaban como perros en celo cuando la falda se levantaba un mínimo por sobre nuestros muslos.