36: me and myself.

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He perdido la cuenta de todas las veces que he estado en el hospital este año, en la sala de espera, viendo a los doctores y enfermeras pasarme de largo mientras mi corazón y mente trataban de mantener en calma pero nunca puedes estar en calma cuando alguien que quieres está dentro de cuatro paredes con aquellos aparatos pegados a ella y con toda esa gente moviéndose de un lado a otro para intentar mantenerla despierta. Emma se apoya en la pared con su teléfono en mano, sus manos tiemblas y a juzgar por su rostro lo más probable es que está hablando con Draken.

He terminado sentado en uno de esos lugares qué hay fuera de cada cuarto y en mis manos descansa aquel collar que le he dado meses atrás, él mismo que tarde días en escoger, el mismo que ella debería seguir usando.

-He llamado a su padre - me avisa mi hermana sentándose a mi lado con su mano acariciando mi espalda - Estaré bien, ella estera bien.

-Kaede - pronuncio - Nunca he podido protegerla adecuadamente, nunca he podido devolverle toda esa amabilidad y felicidad que me ha dado y ahora tal vez la pierda para siempre.

- Quien sea que haya hecho esto... estoy segura que lo pagará caro. Los chicos están en camino - Asiento - No vamos a perderla.

Las puertas de la habitación se abren de par en par y ambos nos levantamos de nuestros asientos mirando al hombre que lleva puesto un cubre boca y guantes de látex llenos de sangre, mis náuseas aumentan incluso cuando estoy acostumbrado a ver sangre siempre pero me sentía tan débil y desesperado que mi cuerpo comenzaba a jugarme malas pasadas. El hombre mira a ambos lados del pasillo pero cuando nota que solo estamos nosotros dos ahí parados suspira resignado.

-¿Ustedes son familiares?- Emma y yo nos miramos entre sí debatiéndonos en si mentir o no pero nuestra respuesta no llega a ser rápida así que de nuevo el doctor suspira cansado - En cuanto llegue algún familiar de la paciente los pondré al tanto, por mientras pueden esperar aquí.

Emma niega y se atreve a detener al hombre jalándolo del brazo haciéndolo tambalear un poco pero basta para que le lance una mala mirada a mi hermana para que yo la coloque detrás de mí encarando al hombre que nos sacaba media cabeza de altura dándole a entender que si le decía o hacía algo contra ella yo no dudaría en golpearle así que él se calma y nos mira con poca paciencia.

-Si son o no familiares le dire a las enfermeras que los dejen verla.

Es todo, se da la media vuelta caminando por el largo pasillo blanco e iluminado con toda esa gente que minutos atrás se encontraban metidos en la habitación diciendo cosas extrañas y pidiendo aparatos que nunca en mi vida había visto. Mi hermana abandona el lugar detrás de mi caminando hacia la puerta donde duda unos segundos en si debe entrar o no, para nuestra suerte la única enfermera que se ha quedado ahí nos ofrece una sonrisa cálida y la anima a que pase pero no sin antes colocarse aquel traje azul que los doctores llevaban igual.

-No tardaré - me avisa antes de entrar - Se que quieres verla igual.

-Esta bien - le restó importancia - Tomate tu tiempo, yo esperaré a los chicos y a Kusakabe.

La veo desaparecer detrás de la puerta dejándome solo. Vuelvo a tomar asiento en mi lugar de antes, no sé cómo está, no sé si podré atreverme a entrar a verla, no sé si ella enserio alguna vez volverá a estar a mi lado sonriendo, no sé si después de esto esté bien que un cobarde como yo me quede con ella. Unos pasos apresurados se escuchan por el pasillo, su voz se escucha un tanto quebrada y se detiene a preguntarle a cada persona que camina por el mismo lugar que él si sabe algo de su hija, los ojos de Kusakabe me encuentras y por unos momentos luce aliviado.

Ha estado preocupado desde ayer por ella, cuando supimos que estaba secuestrada él movió cielo, mar y tierra preguntándole a cada oficial si podían ayudarlo a encontrar a su hija, llamó a sus viejos amigos intentado sacar información de las pandillas de la zona, lloro por ella. Creía que los padres de Kaede eran las peores personas del mundo, uno la había abandonado y la otra tenía esa extraña obsesión por convertirla en la mejor alumna, no parecían preocuparse ni un poco por ella y aún así ella era feliz, los odiaba la mayor parte del tiempo y cuando Kusakabe apareció de nuevo en su vida creía que solo la lastimaría de nuevo pero él parecía arrepentido y quería acercarse a ella.

favorite crime ➳  MIKEY; TOKYO REVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora