favorite crime ➳ MIKEY; TOKYO REVENGERS

13: bloody halloween.

Kusakabe después de todo si que sabe cuándo debe intervenir y cuando no, mamá seguía sin saber qué me escapaba por las noches y él estaba sentando con nosotras en la mesa tomando el desayuno y sonriéndome cada tanto, ahora que compartíamos un secreto sería más difícil mantenerlo lejos de mi, era como una piedra en el zapato de la cual quería deshacerme cuanto antes pero no podía. Debía de mentirle a mamá hoy también diciéndole que debía ir a la biblioteca cuando en su lugar iría a casa de Emma para esperar a que la pelea terminara y pudiera ver a Baji. Había confiado en Chifuyu y Hanagaki quienes le aseguraban que cuidarían de mi primo, incluso después de golpear a Chifuyu este aún seguía queriéndolo demasiado así que estaba un poco tranquila. Sin embargo no había podido hablar con Mikey para pedirle que parara aunque mi petición no iba a hacerlo cambiar de opinión pero podía ayudar a que él se tentara el corazón al momento de patear el trasero de mi primo.

Cuando termino de dar el último bocado me apresuro a tomar mis cosas y a despedirme de ambos mayores diciéndoles que debía ir a la escuela, sin embargo mi madre me detuvo.

-Kusakabe quiere acompañarte - es todo lo que dice, sigue molesta porque le he levantado la voz y porque le he llevado la contraria sin embargo ha estado más tranquila que las otras veces en las que la he desobedecido y odiaba creer que era porque él antes mencionado estaba cerca.

Yo termino asintiendo y espero a que él adulto se levante de la mesa y tome sus cosas para que ambos podamos ponernos en marcha hacia mi escuela. Esta era la primera vez que alguien me acompañaría, atravesé la puerta junto con el mayor para que el pudiera seguirme.

-¿Como te fue ayer?- pregunta colocando esa personalidad relajada, parecía que aún seguía aparentando con mi madre que era todo educado y perfecto.

-Supongo que bien aunque no sé si podré evitar que él vaya - le explico, a este punto creo que hablar con él es lo mejor, así no me guardo nada y dejo de sentirme tan ansiosa - los hombres son tan tontos y complicados, mira que eso de pelear por un territorio o porque no pueden disculparse.

-Si, esa era una buena vida - Exclama soltando un suspiro - Cuando uno es joven cree que formar parte de una pandilla es divertido y lo es, pero no notas que te estas hundiendo poco a poco, solo algunos cuentan con suerte y logran asentar cabeza con alguien a quien no le importe toda la mierda que hizo antes y otros no. Supongo que fui parte de esos afortunados.

Rodé los ojos, no quería escucharlo contar su tonta historia de amor fallido tan temprano, aun quería golpearlo y preguntarle por qué demonios se había ido y por otro lado podía sentirme tranquila por tener a alguien que no fuera Emma con quien hablar. Las calles están más transitadas, hay señoras que salen a comprar, niños que van a la escuela y madres quienes se juntan pea hablar, él mayor y yo no nos detenemos ni un solo momento y seguimos con el viaje a mi escuela hablándonos de vez en cuando, al parecer si era verdad aquello de su nuevo trabajo, de su nueva casa y todo eso debido a que la rubia se había deshecho de él, supongo que a todos nos llegaba el karma.

-¿Como está tu tía?

-Lidiando con su hijo revoltoso, deberías ir a verla. Es tu hermana - él pega un respingo, parecía ser que ellos seguían creyendo que Baji y yo seguíamos tragando ese cuento de que nuestras madres eran hermanas cuando no era así - No me mires así.

Kusakabe ríe. Realmente odiaba que riera tanto, jamás había conocido un adulto tan carismático como el, la mayoría eran amargados y nos trataban como idiotas pero él parecía recordar que también había sido un adolescente y podía entendernos, era eso o que verdaderamente no había madurado y creía que hablándonos de la misma manera seguiría sintiéndose joven. Ambos nos detenemos cuando hay que cruzar una calle transitada sin embargo pegó un respingo cundo veo la CB250T ser estacionada frente a mi de golpe y antes de notarlo Mikey me jala hacia él separándome de Kusakabe amenazándolo con la mirada.