AU de Inazuma Eleven Orion.
Cuando los ómnicos, robots con inteligencia artificial desarrollados por los propios humanos, se revelan y tratan de destruir a la humanidad, una organización creada por la ONU aparecerá para resolver el problema.
Overwat...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nariño, Colombia // 24 de julio de 2083
No podía evitar estar preocupada, lo estuve en la base y también durante el viaje en avión. Durante todo ese tiempo Isabelle trató de tranquilizarme para que no perdiera los nervios y pudiera tomármelo con calma. ¿Cómo te tomabas con calma el secuestro de tus propios hijos?
Recordaba perfectamente el día que me enteré de mi embarazo, sentí tanto miedo que pensé que me moriría de un infarto. Tan solo tenía veintidós años y no hacía ni uno que me había casado. Sentía que me vida iba tan rápido que ni yo misma podía controlarla. Por suerte, el hecho de que tuviera que madurar tan rápido para cuidar de mis hermanos menores cuando era niña, y luego tener que aprender a vivir por mi cuenta cuando todo acabó, me ayudó a mantener la cabeza lo más fría posible.
Tanto el que era mi marido en aquel entonces como yo misma lo hablamos mucho. Barajamos todas las opciones que teníamos desde tener los niños, abortar o darlos en adopción. No quería abortar a pesar del miedo, no llevaba ni dos semanas embarazada cuando me enteré, pero aun así ya sentía una especie de vínculo con ese niño o niña que venía en camino, pero tampoco me veía capaz de criar niños con tan poca edad por lo que la opción de darlos en adopción era la que más fuerza cogía.
Pasaron las semanas y eso parecía ser lo que finalmente haríamos aunque no lo habíamos afirmado en voz alta aún. Pero un día, en una ecografía, el médico me dijo algo que jamás hubiera esperado: eran mellizos. No esperábamos a un bebé, esperábamos a dos.
Verlos en aquella pantalla moverse, sus corazones palpitar, sus pequeños cuerpos formarse... Acabé haciendo crecer ese vinculo extraño e invisible que siempre nos unió al punto de que a los seis meses de embarazo hablé con mi pareja y decidimos quedárnoslos. Daba igual lo difícil que fuera o lo inexpertos que éramos, su familia también nos apoyó con la decisión y debía admitir que mi suegra nos ayudó muchísimo, sobre todo los primeros meses después del nacimiento.