Capítulo nueve: "Entonces también sientes"

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Y como tercera ocasión en la que pudo aprender algo, fue en el siguiente escenario, en un nuevo recuerdo que había llegado a sus pensamientos una vez tuvo en mente todo lo demás.

Una noche incluso más oscura que otras veces, el viento frío corriendo libremente por el exterior. La temperatura ya de por sí había sido baja a lo largo del día y en la noche nada más llegaba a ser peor, incluso el aliento de Kyōjurō era totalmente visible cuando llegaba abrir la boca para liberar su aliento en un pequeño suspiro. La piel de sus manos y rostro estaba fría, pero ya casi no podía sentirlo, pues aparentemente su piel se había adormecido por causa del frío, cosa que era lógica, pues era las únicas partes de su cuerpo que se encontraban expuestas en ese momento.

Suspiraba tranquilamente mientras arreglaba la roja bufanda que agradecía haber tomado esa mañana. Cuando vio el cielo que indicaba el comienzo del día, una parte de él le dijo "Hoy hará frío" y hasta Senjuro le había comentado sobre la temperatura en el ambiente, así que era una clara señal de que debía salir abrigado.

Parpadea cuando siente el viento ir con relativa fuerza hacía su rostro y siente perfectamente que hasta la piel de sus parpados también parece estar fría. Luego no puede evitar agradecer que la sensación no pasó a mayores, probablemente porque la tela en su cuello era una de las cosas que evitaban el que pudiera tener un escalofrío por la ausencia de calor, aparte de seguir en movimiento. Regresaba a casa luego de eliminar un demonio, aquello fue realizado hace bastante rato, así que la temperatura de su cuerpo por la actividad ya estaba comenzando a disminuir.

Él no era el tipo de persona que se considerara friolenta, pero aquella noche parecía realmente helada y hasta Kyōjurō quería llegar pronto a su casa para aprovechar la noche y recargar energías, aparte de calentar su cuerpo. Porque tenía que decirlo, esa noche era realmente fría y si debía ser sincero, sentiría verdadera sorpresa y hasta preocupación si llegara a ver a alguien desabrigado en ese momento. Pero ahora que lo piensa ¿Quién no podría cubrirse en esa situación?

"—Kyōjurō~" —se escuchó detrás de él con un tono claramente cariñoso. No le tomó ni siquiera un solo segundo saber de quién se trataba, y mucho menos le tomó voltear.

"—Akaza" —saludó el cazador mientras detenía su andar para que el demonio llegara a su lado— "Llegas un poco más tarde de lo usual" —comentó ya teniendo en cuenta qué tanto tiempo transcurría desde que se ocultaba el sol, para que Akaza hiciera su aparición.

"—Estuve más ocupado de lo que me gustaría, pero por allí escuché 'Mejor tarde que nunca' ¿No?" —comentó con su sonrisa característica una vez acortó distancia con Kyōjurō.

Cosa que le hizo darse cuenta de una cosa que dejó pasar desapercibida por un segundo: Akaza vestía exactamente igual que de costumbre.

Y Kyōjurō no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo al mirarlo, así que como si de una persona común se tratase, le dijo.

"—Está helando ¿No crees?" —para dejar en claro que no sería buena idea andar así.

"—Está algo fresco, no te lo negaré" —escuchó como respuesta, cosa hizo al humano descolocarse un poco. Porque en realidad, no, no estaba "fresco", estaba helando y hasta Kyōjurō podía reconocerlo.

Cosa que le hizo preguntar:

"—¿No tienes frío?" —por la gran sorpresa de que realmente tuviera tal aguante a la baja temperatura. Porque realmente tenía que ser una broma. Akaza nada más tenía un chaleco sin nada más que cubriera su torso, además de unos pantalones que para colmo no le cubrían la totalidad de las piernas, aparte de que además estaba descalzo.

"Vistazos al ayer"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora