[...]
El teléfono de Jeff resuena sobre la mesilla, inundando toda la habitación de una vibración contaste, que no tiene pinta de cesar pronto y ambos se remueven entre las sábanas.
Robert se queja, obviamente y hace aspavientos mientras se frota el ojo con el puño, pegándose más a Jeff. Se queda dormido de nuevo en cuanto su mejilla toca los abdominales de su pareja de cama. Walker estira el brazo y agarra el móvil "Patri, Llamada entrante." lee. Suspira, cansado y con ganas de seguir durmiendo abrazado a su amor platónico (quizá no tan platónico). Echa una vista rápida a la hora y frunce el ceño. Las cinco y veintitrés. Desliza el dedo sobre el botón verde y se lo lleva a la oreja.—¿Que pasa, Patri?—le pregunta bajito mientras un bostezo se cuela entre sus palabras.
"Boludo; ¿Dónde mierda te llevaste mi carro? ¡Me dejaste tirado acá fuera del antro!"
Jeff se palmea la cara. "Le dije que se lo devolvería." recuerda en su cabeza. Suspira. —Voy a por ti, dame diez minutos.—le dice adormilado, y sin dejar hueco a más palabras para que su amigo hable cuelga la llamada. Se deja caer a la almohada, mirando al techo mientras el móvil en su mano suena en un último mensaje, la ubicación de Patri.
Suspira de nuevo y se remueve levemente disfrutando del calor contrario. Siente la piel de los labios del otro contra su abdomen y su respiración le eriza entero. Sus pestañas largas caen sobre sus mejillas rosadas por el esfuerzo de la noche y está tranquilo. Las canas, que lentamente empiezan a hacer acto de presencia en su barba le pinchan levemente los abdominales y sonríe.
Maldice a Patricio mientras se incorpora apoyándose en los codos sobre el colchón. Agarra la muñeca de Robert con toda la suavidad que posee y levantándola se escapa de su agarre.
Sale de la cama con casi un salto y empieza a buscar su ropa. "En el pasillo." Esas largas cuatro paredes habían sido testigo de muchas cosas. Con el móvil aún en la mano y totalmente desnudo, se dirige hacia fuera de la habitación. Algo en su interior le llama para que se gire en ese momento y le vea una última vez, ahí, dormido, sereno y vulnerable.
Una sonrisa se le escapa y decide que un último beso le vendrá bien, para ponerle el broche final a esa aventura. Deja el móvil a los pies de la cama y se acerca a él, rodeándola. Le acaricia los rizos que se le han formado durante la noche (porque se ha enterado que Robert tiene rizos naturalmente) y él se remueve hacia su lado.
Robert siente su presencia y estira los brazos, en un intento de abrazarle de nuevo para que duerma con él. Se le engancha al cuello y Jeff forcejea levemente para librarse de él. Se acerca a sus labios y en un roce, le deja un beso. Le gusta. Eran sospechas que ya tenía desde hacía mucho, pero las ha vuelto a confirmar, porque eran cosas que necesitaba plantearse un par de veces.
Decide irse, porque si no se quedaba ahí toda la vida. Pilla su móvil otra vez y busca su ropa. Mientras se viste, Patri le llama de nuevo.
"Jeff se me está congelando el orto. ¿Dónde carajo estás?"
—De camino, es que Robert no me dejaba salir de la cama y... da igual.—se retracta cuando escucha el hipido de emoción de su amigo.
"¡¿Al fin cogisteis?!"
—¿Al fin?¿Cómo que al fin, capullo?—le susurra entre dientes.
"Luego me contás, si llegas antes de que me convierta en un ¡maldito iceberg!" exclama, en tono cómico. Jeff sonríe mientras sujeta el móvil con la oreja y se sube los pantalones. —Voy, voy.—la cremallera de su bragueta resuena por el pasillo.
"Apúrate pelotudo." le insiste, y le cuelga. Se tiene que agachar para buscar las llaves del coche debajo de un aparador que hay en la entrada, y palpa. Las encuentra, tras alcanzar hasta el antebrazo. Las llaves tintinean en sus manos y se acerca a la puerta, posando su mano en el pomo. "Debería avisarle que me voy. ¿No?" piensa. Dejarle un mensaje, quizá.
ESTÁS LEYENDO
Jeff+Robert!
Romance¿Que pasaría si Robert le concediera una cita? Leve contenido +18.