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No se esperaba ver a Robert ahí, al menos no ese viernes por la noche. Sabe, por chisme de otros agentes que el Capitán no ha salido de su casa desde hace días. Sabe de primera mano que Jeff tampoco ha hecho y vuelve a pensar, una vez más, que estan hechos el uno para el otro.

Siente la mano de Zandra acariciarle la mejilla y se gira hacia ella para mirarla. Sus ojos verdes son preciosos. —¿Estás bien?—

Patricio asiente. —Sí, disculpá reina, me perdí por un momento.—

—¿Es su novio? Los vi muy unidos el día que fui a comisaría.—dice, refiriéndose a Robert.

—Ni yo lo sé. Tienen una relación... complicada.—la explica, acercándose a ella más para que le escuche mejor.

—Espero que Devon no se haya precipitado.—dice ella con ojos preocupados en dirección a dónde ha desaparecido su jefe.

—¿Cómo?—

—Devon conoció a Jeff en el hospital. La vez del balazo, y le gustó. Así que le conté que íbamos a salir tú y yo y...—

—Mierda—dice al darse cuenta de que ha mandado a Robert a ver como Jeff coquetea con otro. Le busca con la mirada cuando siente un empujón a su espalda.

Robert, con urgencia y cara de espanto se dirige a la salida. Gligard no le pide perdón por el choque, tan solo le dedica una mirada fría y desaparece.

Patricio, queriendo confirmar lo que acaba de pasar, busca los ojos de Zandra, la cual igual de confundida, tampoco entiende nada. Quiroga, con el tercer instinto que le impulsó a ser policía, va en busca de Jeff y cuando llega a dónde está, suspira.

Se acerca con parsimonia a ellos y en cuento puede, se asoma por el hombro de Devon. —Jeff. ¿Podemos hablar un segundo?—

Jeff se impulsa de la pared mientras asiente y se acerca a su amigo. —¿Qué pasa?—

—Robert estaba aquí.—

—¿Qué? ¿Dónde?—pregunta buscándole con la mirada.

—Se ha ido porque te ha visto todo pegado a Devon. Parecía enfadado.—

Jeff frunce el ceño. —Solo estábamos hablando.—

—Lo sé, pero parecía afectado.—

—¿Sabes a dónde a ido?—

Niega.—Creo que ya no está.—

—Mierda.—murmura antes de empujar a un par de personas y dirigirse a la salida.

Patricio suspira, porque sabe que esto va a afectarle colateralmente a él por igual y decide salir a la calle también. Cuando llega fuera no hay rastro de Jeff, pero si escucha los zapatos de Zandra tras él e inspira, al menos ella sigue allí. El aire frío le llena los pulmones y se siente cansado, previendo el mal humor de Jeff en los próximos días. —¿Te llevo?—le pregunta Zandra, acercándose y acariciándole la mejilla cariñosa.

Patricio niega. —Tranquila, el metro pasa en diez minutos.—le sonríe como puede. Ella, al ver esa mueca, enreda sus brazos a su cuerpo y le abraza. Él, cansado, se deja mimar. —Le afecta mucho este tema, Zú. Siempre están en este tira y afloja muy raro. Yo solo quiero que sea feliz.—

Ella tan solo se mantiene en silencio mientras le acaricia la mejilla despacio. Tiene una mueca triste, porque no le gusta verle así. Siente como le agarra de las mejillas y clava sus ojos verdes en los suyos. Es hermosa, y Quiroga no ve a cansar nunca de mirarla. Le deposita un leve beso en los labios antes de separase de él. —Si necesitas algo o solo quieres un beso, llámame. ¿Vale?—

Jeff+Robert! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora