VI

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[...]

—Castañeda, Faith y Carsson, interrogad a todos los vecinos del perímetro y preguntad por cualquier actividad sospechosa, buscad pruebas de todo tipo.—indica, releyendo el informe por encima.—Yung-Wo y Benavente, vosotros revisad cámaras de cualquier local de la zona. Quiroga quiero que vayas al mecánico del concesionario y que traigas todas las facturas de coches o arreglos que haya hecho en el último mes. González, no quiero que te separes del niño ni un minuto, prohibido el contacto completo con el padre. Walker, tú conmigo. El resto quiero que os vistáis de incógnito y estéis por la zona toda la madrugada, os quiero con los ojos bien abiertos. Hay que encontrar a esa mujer. —

Cuando el barullo de gente se empieza a dispersar, Patri se acerca a Jeff.
—Me mando la tarea más chota.—murmura por lo bajo solo para Jeff en cuanto Robert se da la vuelta. Walker sonríe.—Buena suerte, tienes para rato.—le dice palmeándole el hombro con cariño.

—El mecánico es de Buenos Aires, mi amigo el Mati. ¿Te acordás?—

Jeff asiente. —Salúdale de mi parte.—

—Dale, rey. Buena suerte a vos también.—le dice con voz ahora genuinamente preocupada. Le guiña un ojo mientras se aleja y Jeff le sonríe de nuevo.

Busca a Robert entre las cabezas que salen de la sala de conferencias pero no le encuentra. Cambia la frecuencia a la radio en la que solo están ellos dos. —Te he perdido.—

"Vestuarios de los despachos, los de la primera planta están llenos."

—No sabía que había vestuarios en los despachos.—

"Son personales, para los jefes."

—¿Subo?—pregunta, subiendo las escaleras.

"Tienes que cambiarte de ropa, nos vamos de operativo."

—10-4, en camino.—
Sube las escaleras con prisas y cuando llega le ve sin camiseta. Se pierde levemente en los músculos de sus brazos y carraspea cuando se encuentra con sus ojos. —¿Qué ropa nos ponemos?—

[...]

—Me gustan mucho los disfraces, pero me estoy muriendo de frío.—murmura en un susurro mientras caminan por el tejado de un bloque de pisos. Hacía media hora que habían salido de comisaría y se habían adentrado en el barrio de El Rancho en busca de la chica. Lo último que sabían de la víctima, testimonio de Eliott, es que había ido a ese barrio. Jeff llevaba unos vaqueros oscuros y demasiado anchos, dejando a la vista su ropa interior y la v de su pelvis. Arriba, una camiseta blanca ajustada a sus músculos y un pañuelo en la cabeza color negro con una gorra por encima, hacia atrás. Ambos outfits los había elegido Robert y de no haber estado ambos semidesnudos, vistiéndose en el mismo espacio, se habría quejado del frío un poco más.

—Lo siento, es la ropa de incógnito más abrigada que he encontrado.—
Robert no se quedaba atrás. Llevaba una chaqueta roñosa de un equipo de fútbol local junto con unos vaqueros azules, parecidos a los de Jeff. En los pies, unas deportivas de color rosa y en la cabeza una gorra junto a unas gafas de sol. Son las dos de la mañana y es de noche. Jeff no sabe si llaman más la atención así.

—Como siga nevando así vamos a tener que irnos al coche.—dice mientras se tira sobre la nieve. Se tumban cerca inconscientemente, en busca de calor ajeno.—Vamos a acabar con nieve hasta en los calzoncillos.—

Jeff+Robert! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora