25

15.1K 1.5K 331
                                    

LISA'S POV

El teléfono se me cayó de la mano, dejando un sonido sordo en el completo silencio de mi casa. Me quedé en shock por largos minutos, con solo Max mirándome fijamente, pareciendo que sabía que algo andaba mal. Reaccione cuando su nariz tocó mi mano. Tome una gran respiración antes de tomar el teléfono del suelo para pegármelo en el oído para gritar.

— ¡¿Dónde está?!

Mi respiración se volvió irregular y una furia invadió mi cuerpo. Apreté el celular inconscientemente y tensé mi mandíbula, todos mis músculos, esperando a que la mejor amiga del amor de mi vida respondiera.

— En e-el h-ostipal privado "Ángeles".

Podía escuchar su voz entrecortada y llena de angustia y miedo. Yo, podía sentir la furia y el miedo en mi ser. Sin contestarle nada, corte la llamada bruscamente para meterlo a mi bolsillo y salir corriendo por las llaves de mi moto. Aventando el casco con impotencia, subí a mi moto encendiéndola, y en cuanto se abrió la cochera, aceleré. Sin importarme las posibles multas que pudiera recibir, me salte semáforos y altos, pasando entre medio de los autos sin preocuparme de cualquier cosa que me pudiera pasar. Podía asegurar que me veía como una lunática.

Las llantas de la motocicleta rechinaron en cuanto frene de golpe en el primer lugar que encontré del estacionamiento. En cuanto mis pies tocaron el asfalto, corrí y corrí, casi empujando a todas las personas de la entrada y del pasillo de la recepción. Llegué al escritorio con varias enfermeras detrás de él.

— ¡JENNIE KIM! — Exclamé. La mirada asustada de la enfermera me enfrentó. — ¡¿Dónde está?!

— La están atendiendo. Los familiares se encuentran en la sala de espera del quinto piso.

Mis modales se fueron a la mierda y volví a correr hasta el ascensor, aplastando repetidamente el botón para subir. Mi desesperación gano, maldecí empujando la puerta de un lado que daban las escaleras. Subí de dos en dos, casi tirando a un doctor por el camino, pero seguí. Al llegar a la puerta que daba al quinto piso, con el número 5 en ella, me detuve. Mi corazón latía como loco en mi pecho, sentía como quería salir detrás del de mi coreana.  Y de repente, el miedo me invadió. No sabía lo que me espera detrás de la puerta, y eso me asustaba malditamente. No sabía lo que pasaría conmigo si Jennie me dejara sola en este mugriento mundo.

Mis manos se volvieron temblorosas, y el sudor de mi frente lo empezaba a sentir. Cerré mis manos en puños, tratando de evitar el temblor. Tomando varías respiraciones profundas, empuje la puerta, viendo el largo pasillo con paredes blancas. Al fondo, pude ver las sillas de la sala de espera, mientras caminaba a pasos rápidos y grandes. Pude ver a varias personas sentadas cabizbajos y preocupados, pero no me enfoque en ninguno. Cuando Jisoo me vio, se levantó rápidamente llegando a mí, donde me agarro de los hombros, deteniendo mi caminata. Fruncí el ceño mirándola a los ojos. Ella estaba llorando, sus ojos estaban rojos por todas las lágrimas derramadas. De repente me abrazó con fuerza, tomando mi camisa entre sus manos por mi espalda y escondiendo su rostro en mi hombro.

— E-stá en ci-rugía. — Susurró con voz entrecortada. — Que-daron en avisarnos.

Mi respiración apresurada y potente se hizo peor después de unos largos segundos, para después, simplemente romper a llorar, sintiendo como Jisoo me apretaba más en el abrazo. Así que la abracé sintiendo la impotencia. Antes de sollozar me empujó fuera de la sala, para que nadie me viera caer en pedazos. Me aleje de ella, dándole la espalda, dejando mis manos sobre mi rostro, sintiendo el sudor y las lágrimas mojar mis manos. Me desesperé. Bajando mis manos viendo la pared, para después volver a sentir el enojo invadirme. Sin importarme, subí mi puño y golpee la pared con toda la fuerza que poseía, haciéndome gritar furiosa con la vida. La pelinegra que aún estaba detrás de mí soltó un grito de sorpresa para correr hacia mí y tomar mi mano entre las suyas. Sollocé de nuevo, pegándome a la pared, recargada me dejé caer al piso. La amiga de la coreana se sentó a mi lado sosteniendo mi mano. En ese momento sentía todo menos el dolor de mi mano. Mis nudillos estaban con sangre, y la sentía punzar. Mi otra mano la llevé a mis ojos, cubriéndolos.

My Woman, My love. (Jenlisa adaptación) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora