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LISA'S POV

El día siguiente llegó rápido. Me quedé viendo el techo de mi habitación mientras acariciaba la cabeza de Max. Repase lo sucedido del día anterior, parecíamos una pareja en la galería. Y me sentía bien tenerla cerca, así que decidí no pensar en lo que pudiera pasar con ella en mi departamento.

Al final quedamos que a las 5 de la tarde nos veríamos, yo prepararía la cena e iría por ella a su hotel. Decidí hacer una pechuga de pollo con especias y espagueti en una crema blanca.

Me duché, me aliste y salí al supermercado para comprar lo necesario para la cena, incluyendo el vino. Volví a casa a las 3 de la tarde. A las 4:55 ya estaba afuera del hotel de la coreana. Le mande un mensaje con mi llegada y me contestó un "ya bajo". A las 5:05 la vi salir por las puertas eléctricas. Y sonreí. Subió al auto y me sonrió.

— Hola.

— Hola, ¿descasaste? — pregunté antes de arrancar el auto.

— No tan bien como en mi propia cama, pero si, gracias — asentí — ¿tú qué tal?

— Bien — le sonreí.

Llegamos rápido a mi edificio en un silencio cómodo. Subimos hasta mi piso y abrí la puerta.

— Bienvenida, siéntete como en tu casa.

La invité a pasar y sonrió entrando. Cerré la puerta y la observé mirar todo el lugar.

— Que bonita decoración.

— Gracias, lo que más me gusta es la pintura de mi sala.

Dije sin pensar, causando que me mirara y que después caminara a la sala para ver su cuadro. Pude ver cómo su boca se entreabría, sorprendida. Su firma se podía ver fácilmente en la parte inferior derecha, así que no se podía negar que era de ella.

Me quedé a unos cuantos pasos atrás de su lugar, viendo su reacción con las manos en mis bolsillos, esperando a que preguntara cómo la había conseguido.

— ¿Cómo? — alce ambas cejas — ¿cómo es que tienes mi cuadro? — pregunto viéndome.

— Viniste a una exposición hace 2 años — asintió esperando a que continuara — fui y lo compré.

— ¿Qué? — frunció el ceño — ¿Cómo es que fuiste y no me dijiste? Mejor dicho ¿cómo no te vi? — me encogí de hombros.

— Yo si te vi, solo que no dejé que me vieras. Pero vi todos tus cuadros, y ese fue el que más me cautivo de todos. Tuve que comprarlo, y así lo hice.

Volvió su vista al cuadro. Yo la vi procesando la información recién obtenida.

— Este fue uno de los que más me gusto también — dijo en voz baja.

Sonreí de lado sin que me viera y decidí cambiar de tema.

— ¿Tienes hambre? — pregunté yendo a la cocina.

La sentí seguirme, abrí el vino, saqué dos copas y lo serví tranquilamente. Agarre una y me di la vuelta para extendérsela. La tomo rozando nuestras manos. Nos miramos a los ojos sin que quitara mi mano.

¿Por qué lo hice? No lo sé.

La solté pocos segundos después y tomé un gran trago de la mía.

— Entonces... ¿tienes hambre? — volví a preguntar recargada en la encimera.

— ¿Vas a cocinar de verdad? — pregunto alzando una ceja risueña.

— ¿No me crees? — negó riéndose — hmmm, si te gusta mi comida ¿qué me darás a cambio? — desafíe.

My Woman, My love. (Jenlisa adaptación) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora