asesina por mi, cariño

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¿Cómo una persona así... tiene buenas calificaciones?

Alastor estaba sinceramente sorprendido al revisar esa parte prohibida de la habitación. Se trataba del escritorio de Anthony, el cual llevaba una gran cantidad de papeles desordenados, una laptop de tapa maltratada y carpetas con, al menos, una caligrafía de letras cursivas bastante estéticas. Esos detalles eran mínimos, las planillas de calificaciones que estaban a la vista solo mostraban resultados positivos. El rubio era buen alumno, casi un prodigio.

Hey, ¿No estás prejuzgando demasiado, bebé?

Anthony se apareció por detrás de su nuevo compañero de cuarto y colocó sus manos por sus hombros con una sonrisa maliciosa. Era normal que todos tuvieran la falsa impresión de que solo iba de paseo de lugar en lugar solo para coger y que realmente no estudiaba. Por el contrario, era un alumno responsable. Se saltaba clases y se quedaba dormido por la resaca, pero nada muy alarmante o destacable. Era como el resto.

Como sea. ¿Cuánto tiempo vas a quedarte? Odio compartir mi habitación.

Se volteó y soltó a Alastor, luego le dio la espalda y colocó sus manos en su cintura. Apreció la ventana abierta y el fresco aroma del aire limpio ingresar.

Esperaba con toda sinceridad que el castaño no tuviera la ridícula idea de compartir habitación por el resto de su estadía en la universidad, es decir, hasta graduarse. Esos eran años y no estaba permitido. Amaba tener una habitación para si solo porque era cómodo traer clientes, también podía fumar libremente sin que nadie se quejara por el humo.

Alastor frunció el ceño con indignación. Alzó su dedo índice para protestar. ¿A qué se refería con su habitación? Ahora era de ambos, a pesar de que odiaran la idea.

Pero... Oye, nosotros-

—Nada de PEROS. Está es mi habitación y esa cama es de Nuggets. No puedo creer que tenga que compartila con un fracasado como tú. Al solo ver tu forma de vestir puedo deducir que no has tenido sexo en mínimo cinco años.

Eso fue tan brutal y grosero. El rubio lo miró de reojo y, al darse la vuelta, se cruzó de brazos con verdadera arrogancia y una mirada impetuosa que lo analizó de arriba hacia abajo. Conocía a los nerds del tipo freak, como Alastor. Y le eran repugnantes. Eran el sentido opuesto a diversión. Solo se encerraban para leer y era ermitaños natos. Un horror social.

En realidad, esto es surrealista. Desde hace dos semestres no comparto mi lugar con nadie.

Se miró sus uñas recientemente pintadas de un color rojo brillante y llamativo con una expresión desinteresada. Solía arreglarse la mayoría del tiempo porque siempre salía a mínimo darse una vuelta por los dormitorios. Siempre había lugares por donde agarrar en esa clase de residencias.

Pasó a sonreírle con inocencia fingida. Nunca era mala idea intentar cobrar extra por quitarle la virginidad a alguien. Anthony era más amable de lo que todos decían. Solo un poco brusco en cuanto palabras.

Bueno. Puedo hacer de tu estadía un paraíso si hablamos en los mismos términos. Puedo deshacerme de tus inmundos hábitos aburridos, sé cómo hacer que personas como tú se diviertan.

—No. Definitivamente no hablamos en los mismos términos.

Alastor se dignó a hablar con un tono de voz fastidiado y repleto de hartazgo. El tipo era insoportable, altanero y muy soberbio. Caerle bien sería imposible y el sentimiento era mutuo. El peor de los ninfómanos era un principiante contra él. Además, no era gracioso, no era simpático y no era alguien que tuviera tacto. Siempre iba al grano sin vergüenza y eso le parecía espantoso. Después de todo, Alastor no estaba acostumbrado a lidiar con gente así.

Teen Idle 『  RadioDust  』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora