Teen Idle 『 RadioDust 』

tu poder

Su celular estaba sonando sobre el escritorio al final de la habitación. El insistente sonido no dejó de retumbar por minutos enteros, la persona del otro lado de la línea timbraba varias veces y luego volvía a llamar e insistir. La vibración y la música del tono de llamada no estaban muy altos, pero Anthony pudo escucharlo y despertar en esa temprana mañana.

El rubio estaba durmiendo en la misma cama que Alastor, lo abrazaba desde atrás y apegaba su mejilla contra su espalda con una expresión relajada y adorable. Ambos estaban cubiertos por gruesas mantas para mantenerse calientes y se veían realmente cómodos a pesar de lo estrecho que era el colchón.

El sol se colaba por la ventana y alumbraba bastante la habitación. Había un par de tazas de café vacías sobre la mesa de luz y un poco de desorden, Alastor y Anthony bebían infusiones calientes hasta tarde y no dejaban de conversar y reírse hasta quedarse dormidos. Se había vuelto algo habitual, una costumbre cálida que ambos adoraban por igual. Nuggets estaba durmiendo en su pequeña cama en una esquina del suelo y sus platos de agua y comida estaban llenos. Él también parecía disfrutar de la serenidad de ese cómodo ambiente.

Poco a poco, esa habitación se volvió familiar y el espacio íntimo de ambos. La esencia de los dos y sus pertenencias rodeaban cada rincón. Seguir conociendo cada parte del contrario era cada día más emocionante y solo hacía que el amor entre ellos creciera de formas incalculables. A veces en serio creían que eran almas gemelas porque no había otra respuesta para explicar lo increíblemente compatibles que eran en todo sentido. No entendían como no se habían dado cuenta antes y fueron tan ciegos y testarudos en los primeros meses que vivieron juntos en la residencia.

Anthony arrugó su nariz y cerró sus párpados con fuerza ante el sonido de su celular sonando.

De mala gana, se separó del cuerpo cálido de Alastor, quién seguía durmiendo tranquilamente del otro lado. El rubio se levantó, se frotó un poco los ojos y bostezó lleno de pereza. Había dejado el celular en el escritorio porque estaba conectado al cargador y el enchufe estaba al costado de la mesa. Aún con pereza, se levantó, caminó hacia allí arrastrando los pies y tomó el celular para corroborar el número en pantalla.

Era un número desconocido. Anthony estaba confundido, pero ante la terrible insistencia de esa llamada, atendió sin pensarlo demasiado. Se llevó el celular al oído y escuchó la voz del otro lado de la línea.

—... Tony.

Una voz de femenina... Anthony la reconoció al instante, abrió sus ojos pasmado y toda la lucidez volvió a su ser como una llamarada de vitalidad que le recorrió todo el cuerpo.

—¡¿Molly?!

Aferró una mano a la mesa y no pudo detener sus reacciones, sus lágrimas comenzaron a caer sobre la madera de la mesa y largó un sollozo involuntario antes de cubrirse la boca con su temblorosa mano.

—Pensé... que tú...

Se largó a llorar sobre el escritorio porque no pensó que la volvería a escuchar. Era su hermana, de verdad era su hermana la que estaba del otro lado de la línea.

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Estaba anocheciendo y el motivo de la reunión de ese día era una celebración. El año al fin estaba terminando, los exámenes finales fueron aprobados en su mayoría y el ritmo universitario de los habitantes de ese hogar estaba marchando estupendamente. Nunca disfrutaban de actividades de grupo y era una buena ocasión para festejar y relajarse todos juntos. Vivir la juventud a pleno y salirse de la rutina.

—Okey. Molly vendrá hoy. Así que se van a portar como hombres decentes.

Anthony los miró de brazos cruzados y quedó en medio de los dos hombres que estaban sentados alrededor de la mesa de la sala charlando tranquilamente. Tanto Husk como Alastor se callaron para observar curiosamente al rubio, quien los miraba atento y severo. Sabía que Alastor era bastante tranquilo, pero nunca lo vio en un ambiente de fiesta así que no estaba tan seguro realmente. Husk era un caso aparte. Se ponía algo exaltado y caótico cuando estaba borracho. Debía vigilarlo más.