|Teen Wolf | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs|

|[005] ·Jackson Whittemore·|

Salía de la biblioteca, en la que pase las últimas 3 horas realizando el trabajo de Biología que no había hecho. Mi espalda dolía horrores luego de estar sentada tanto tiempo, y en lo único que podía pensar era en llegar a mi habitación y tirarme en mi deliciosa cama.

Con eso en mente, comencé a caminar, pues el último autobús se había ido hace unas dos horas y media, y no tenía auto. Por lo que no me quedaba más remedio que caminar por la calle de noche.

Todo estaba saliendo normal, hasta que me adentre a una calle, la cual estaba prácticamente en la penumbra. En serio, ni un solo poste de luz andaba en esta calle, que para mí desgracia era demasiado larga y debía pasarla para llegar a mi casa.

Alerta a cada movimiento o sonido que captara, comencé a caminar por esa sombría y solitaria calle. Ni siquiera estaba en la mitad de esta cuando comencé a sentirme observada. Voltee la cabeza a trás, pero al no encontrar nada, porque no podía ver nada, seguí mi camino.

En serio, la sensación de estar siendo acechada era demasiado fuerte como para ignorarlo. Sentía como mi pulso se aceleraba y mis pasos se hacian más rápidos. Hasta el punto de estar corriendo buscando salir de esa oscuridad que predominaba la calle.

En cuanto corrí a la siguiente, me percaté de que en esta tampoco funcionaban los postes de luz, a excepción de uno al final de la calle. Maldije en vos baja y continúe mi camino, aún sintiéndome vigilada.

Mientras caminaba, sentí un movimiento a mi costado derecho, por lo que pegué un saltito y busque el causante. Al no encontrar nada, totalmente alerta a cualquier mínima cosa fuera de lugar, continúe mi camino. En el cual, se repitieron varias veces esas sensaciones de que algo se movía a mi lado, e incluso llegué a sentir como si una mano me rozara la piel en 2 ocasiones.

No les mentire, salí corriendo de esa calle. Sin embargo, supuse que sería un apagón general o algo así porque en ninguna calle andaban más de 2 focos, los cuales parpadeaban, dándole un aspecto de película de terror. Sumándole el que en verdad me sentía acechada y desprotegida, además del hecho que sentía que alguien me tocaba en ocasiones, pero no encontraba a nadie alrededor mío que pudiera hacer eso.

Luego de 2 calles más, llegué a una que, como las otras dos calles anteriores, contaban con un solo poste de luz que iluminaba levemente, sin embargo este parpadeaba demasiado.

Como en las calles anteriores, pasé está. Sin embargo, me llamó la atención el no sentir una mano tocándome o una masa moviéndose a mi alrededor. Llegué casi al final de la calle, y me detuve, justo debajo del único foco que iluminaba.

Este continuó parpadeando, sin embargo ya no me fijaba en eso. Sentía como si hubiera otra presencia en esa calle. Podía sentirlo pero no lo encontraba. Buscaba con la mirada por toda la calle, sin éxito. Hasta que escuché un leve gruñido sobre mi cabeza.

Ese gruñido me dejó completamente estática. Por unos segundos me quedé totalmente quieta, hasta que decidí subir mi vista, y al hacerlo me encontré con un rostro frente al mío. Como primer instinto chille del susto, me tropecé con mis propios pies y en segundos terminé sentada en el duro suelo de la calle. Observando fijamente y con mucho miedo a la cosa que estaba colgada del poste de luz.

Parecía un chico, pero eso era imposible, pues su cuerpo estaba enteramente cubierto de escamas y un color verde oscuro. La cosa esa solo me observaba con atención, y en cuanto caí sentada en el suelo, giro la cabeza a un lado, como un perro.

Bajó ágilmente del poste, ayudándose de su cola, hasta quedar en el suelo frente a mi. Comenzó a caminar en cuatro patas, lentamente a mi dirección, como si de alguna forma me estuviera acechando. En cuanto llegó frente a mi, se detuvo. Mirándome fijamente, y por alguna ilógica razón, yo ya no tenía miedo. No desconfiaba de el, de esa cosa más bien, me trasmitía una confianza que ni con mis seres más queridos de toda la vida había experimentado.