|Teen Wolf | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs|

|[006] ·Liam Dunbar·|

|[004] ·Liam Dunbar· -Parte 2-|

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El principio de nuestro fin

Liam estaba apoyado a mi lado, soltando gritos y jadeos por el dolor en su muñeca. Yo estaba sufriendo horrores tambien. El dolor en la parte baja de mi antebrazo era insoportable. Como si me estuvieran clavando agujas calientes dentro de la piel.

Podía sentir algo viajando en el interior de mi muñeca y brazo, como si se tratara de veneno.

Un brusco movimiento a mi lado me asustó, mirando al instante en dirección a Liam. Quien estaba parado, forcejeando con Scott para luego empujarlo lejos de nosotros.

Me cogió por el antebrazo para ayudarme a levantar del suelo y correr hacia la puerta de salida. El miedo seguía presente en mi y solo actuaba por instinto. En este momento lo único que quería era alejarme de ese lugar. Un dolor sordo se instaló en mi cabeza y al segundo perdí todas mis fuerzas, sintiendo como mi cuerpo chocaba contra el suelo.

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Me sentía incómoda y cansada. Intenté abrir mis ojos, pero estaba segada por el brillo de las luces. Pasaron unos cuantos segundos hasta que mis ojos se adaptaron y pude mantenerlos abiertos.

Instantes bastaron para que los recuerdos llegarán a mi, golpeando mi mente como un balde de agua helada. Comencé a moverme frenéticamente y recién en ese momento me percaté de que mis piernas estaban pegadas una a la otra con cinta adhesiva, junto con mis brazos que estaban pegados a mi pecho.

Estaba encintada de brazos y piernas y apenas podía moverme. Incluso mi boca tenía un pedazo de cinta cubriéndola, impidiendome hablar o pedir ayuda. Estaba limitada a solo poder hacer leves sonidos quejosos, ya que no podía separar mis labios para conseguir decir alguna palabra.

Intentaba liberarme, forcejeando cómo podía. Restregandome contra lo que sea que tenía detrás en un intento de conseguir pararme para poder salir de allí. Estaba en un baño, específicamente en la bañera, con la cortina tapando la vista del resto de la habitación.

Un sonido grabé, idéntico a un gruñido, resonó contra mi oreja. Paralizando todo mi cuerpo al instante.

¿Había alguien detrás de mí?

¿Desde cuándo tenía a alguien detrás de mí?

¿Quién o qué era?

Totalmente asustada, gire la cabeza lo más que pude, hasta que me topé con un par de ojos azules. Podía sentir su respiración chocando contra mis cabellos.

El también estaba encintado como yo, con un pedazo de cinta en su boca y sus brazos amarrados contra la parte baja de su pecho.

Fijé mi mirada en sus bonitos ojos, y aunque no pudiéramos hablar, con la mirada extrañamente percibí que el tampoco sabía que estaba pasando. Estaba asustado al igual que yo.

Ya no me moví, en su lugar volví mi mirada al frente, tratando de pensar en una manera efectiva de salir de aquí, y el que yo me siga restregando contra Liam no ayudaría.

Mire a mis costados y efectivamente me percate de que estaba entre las piernas de Liam. A diferencia de mí, el no tenía sus piernas pegadas, si no que separadas para dejar espacio a mi cuerpo. Me concentre en la diferencia de tamaño que tenían mis cortas piernas y las de Liam.