|[013]·Brett Talbot 𝕪 Theo Raeken·|

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Dos Hombres lobo que repentinamente entran en celo, al mismo tiempo. De modo que comienzan a actuar extraño cerca de una misma chica, Chiara. Por lo que necesitan de su afecto y cariño urgentemente.

Anoche no dormí prácticamente nada, todo gracias a la profesora de Biología Avanzada, a la cual se le dió por pedir una explicación completamente detallada sobre la "Energética Celular".

Aún así, no terminé el trabajo, por lo que caminé por el solitario pasillo hasta mi casillero a buscar los libros que saqué de la biblioteca y, mientras estoy haciendo eso mismo, unos brazos me cargan desde la cadera.

De pronto mis pies dejan de tocar el suelo, instintivamente estos se mueven de forma casi frenética, buscando tierra firme en dónde pisar.

— ¿¡Qué mierda te pasa!? — Exclamó furiosamente, en dirección a mi asaltante. No tardo en reconocer el rostro de Theo, mirándome feliz, haciendo que me relaje en el proceso.

Theo, al ver que no cambio mi cara de reproche, me aprieta un poco más contra el. Metiendo su cabeza entre mi hombro y cuello, ahora sí, abrazándome por completo a su antojo.

Dejándome sin ninguna salida.

— ¡Suéltame! — Exijo, removiendo mi cuerpo apegado a el.

Éste saca su rostro de mi cuello, para acercarlo con una sonrisa genuina al mío y acariciar su nariz con mi nariz.

Fue un gesto dulce que hace aparecer una inconsciente sonrisa en mi rostro.
Distrayendo mi mente, para que olvide que quiero separarme de su abrazo.

Coloco mis manos en sus hombros y observo su rostro de satisfacción cuando realizo pequeños masajes en esa zona.

Luego recuerdo la situación en la que estamos. El hecho de que está en celo y que si por algún motivo pierde el control, podría tomar conductas violentas y sexuales. Por lo que vuelvo a quejarme y retorcerme entre sus brazos buscando que me baje.

Al ver mi acción, me baja lentamente al suelo y me deja allí, manteniendo sus manos en mis caderas y haciéndome sentir pequeña ante su altura.

Me mira y sonríe de nuevo, siendo esa una sonrisa hermosa, cargada de felicidad y alegría. Últimamente se la pasa sonriendo y abrazándome en todo momento.

Se agacha un poco, dejando su rostro a la altura de mi cuello y sube la vista, mirándome suplicante.

De inmediato comprendo que me estaba pidiendo permiso para lo que quería hacer. Lo consideré unos segundos, finalmente asintiendo con la cabeza y dejando que hiciera lo que se le antojara conmigo.

Pasó su nariz muy cerca de mi nuca y aspiró profundamente. Lo sentí suspirar de satisfacción y luego salió de mi cuello, regresando a su posición inicial. Me observaba aún más alegre que antes. Lo que me hace mirarlo de forma divertida.

— Hueles extremadamente bien… — Comenta, fijando su mirada en la piel de mi garganta, embobado.

— Algunas veces no puedo… resistirme a tu aroma. — Exclama, sonando algo ido. Observo sus claros ojos y puedo distinguir que sus pupilas se encuentran muy dilatadas.

— Está bien, pero no por eso debes cargarme cada cinco minutos y apretarme contra tí. — Replicó, explicando con mis manos y poniendo caras graciosas en el proceso. — Debes poner de todo tu auto control para poder sobrellevar ésto. O sino, terminaré partida al medio por un estúpido Hombre Lobo que no sabe controlarse. — Exageré.

Reímos un momento y, por fin, libera mi cadera, permitiendo que me voltee y continúe con lo que estaba haciendo, esperando apoyado en el casillero de al lado.

|Teen Wolf | Oɴᴇ Sʜᴏᴛs| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora